Almendralejo: la fiesta del f¨²tbol
Amaneci¨® un cl¨¢sico domingo estival extreme?o. Ya se sabe: 40 grados y el cuerpo pidiendo sombra. Pero en Almendralejo el sol no tira para atr¨¢s, acostumbrados como est¨¢ a faenar en la vendimia. A mediod¨ªa la gente se lanz¨® desafiante a la calle. Comenzaba la fiesta, como cada domingo. Cerca del bar Estadio dos individuos de rostros sonrosados manten¨ªan con las palmas de sus manos un duelo desigual contra los goterones de sudor que ca¨ªan de sus frentes. Eran los enviados especiales de Footbal Woord dispuestos a comprobar el origen de la leyenda azulgrana. No eran los ¨²nicos periodistas extranjeros acreditados. Un equipo de la televisi¨®n alemana entrevistaba a don Jes¨²s, el cura del Extremadura. El sacerdote, envuelto en su inseparable sotana, asent¨ªa a las afirmaciones de su contertulio: un tipo peque?o que exhib¨ªa orgulloso los colores del Villarreal: "Padre, o ustedes o nosotros. Al Alav¨¦s, que le den", dec¨ªa ante la mirada curiosa de don Jes¨²s. "Pues eso, pienso yo tambi¨¦n", replic¨® el cura. Desde tierras gallegas llegaron gentes de A Rua, la segunda patria chica del Extremadura. Su alcalde, Jos¨¦ Solarate, fue nombrado socio de honor de la pe?a Juanito. En Nandi, Los Peques, Costa Verde, los bares del entorno del estadio, el olor de calamares y prueba de cerdo, se mezclaba con el sudor humano. Gritos convincentes: "Venceremos", los de la pe?a Paco Hora reivindicando que "quieran o no quieran seguiremos en Primera", y apoyados en un seiscientos te?ido con los colores azulgrana, dos chicos anunciaban que tras el partido "se ba?ar¨ªan en bolas en la fuente del Ri?¨®n". "A qu¨¦ esperar", espet¨® un cuarent¨®n. Cada domingo hay algo m¨¢s que f¨²tbol en Almendralejo.
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