Una de "gatomaquia"
El tratado de gatomaquia no se ha escrito sobre papel, pero se escribe muchas tardes sobre el albero del orbe taurino. Ayer se escribi¨® otra p¨¢gina en la quinta de feria de las Hogueras en la que dos d¨ªas antes se hab¨ªa abierto la puerta grande a El Juli y Jos¨¦ Tom¨¢s. Y no es que hicieran faenas de esas memorables, sin contar con los incondicionales, que esos se las saben todas: fecha, lugar y hora. No, simplemente que los gatotauros de ese d¨ªa colaboraron un poco m¨¢s para que sus matadores justificasen sus buenos sueldos. Pero ayer, rompiendo la racha de puertas grandes, s¨®lo Vicente Barrera obtuvo un trofeo. Y eso, porque dentro de la gatada enviada por Lorenzo Fraile al coso alicantino, el segundo fue un noblote animal que ayud¨® a remontar un poquito la irregular temporada del valenciano. L¨¢stima que con el quinto Barrera tuviera que sufrir, con todas las consecuencias, un toro s¨®lo por kilos, pero tan justo de fuerza como de casta.
Puerto / Espl¨¢, Barrera, Rivera
Toros de Puerto de San Lorenzo, chicos, inv¨¢lidos y sospechosos de afeitado. Luis Francisco Espl¨¢: dos pinchazos y estocada corta (ovaci¨®n); estocada atravesada que asoma, media y descabello (ovaci¨®n). Vicente Barrera: estocada (oreja); cinco pinchazos -aviso- y descabello (ovaci¨®n). Rivera Ord¨®?ez: seis pinchazos y otro hondo (pitos); pinchazo y estocada baja (ovaci¨®n) Plaza de Alicante, 23 de junio. 5? corrida de feria. Tres cuartos de entrada.
As¨ª que mientras no haya toros ¨ªntegros y con gas en el albero los toreros de fama tienen que gesticular y mostrar su supuesta disconformidad, o hasta puede que incluso su cabreo sincero, cuando sus enemigos gatotauros ruedan por los suelos y les hacen s¨²plicas ora con las manos humilladamente dobladas, ora peg¨¢ndose unas costaladas como de borrachos que los dejan m¨¢s moribundos que antes de caer. Luego viene surcarlos, tirarles del rabo o, en fin, ponerlos de pie entre toda la cuadrilla.
?ste era el material de ayer, como antes fueron los de Valdefresno, Daniel Ruiz, o Victoriano del Rio. El primer perjudicado, por tanto, es el espada, es obvio, pero hay cosas obvias que en los toros son extraordinarias. Eso le pas¨® a Vicente Barrera, que con el quinto pudo abrir tambi¨¦n la puerta grande a poco que el animal hubiese estado m¨¢s fuerte y el espada no hubiera fallado con los aceros. Barrera lo tore¨® con las zapatillas clavadas en el albero y lo hizo en redondo, la mano baja y rematando con alguno de pecho de cabo a rabo. Eso y matarlo a la primera le vali¨® la oreja.
Luis Francisco Espl¨¢, adem¨¢s de hacer unos pocos amigos al declarar que torero hay que serlo no s¨®lo dentro sino tambi¨¦n fuera del ruedo a cuenta de la espantanda que sus compa?eros de escalaf¨®n han hecho de la Nueva Asociaci¨®n de Toreros que quieren tener m¨¢s voz y voto en las retransmisiones taurinas televisivas, justo el d¨ªa que TVE transmitia este pasaje de gatom¨¢quia en directo. Pues bien Espl¨¢ se gan¨® la medalla de oro ol¨ªmpica poniendo banderillas en su primero, aunque clav¨® mucho mejor y arriesgando mucho m¨¢s en el cuarto de la tarde, al que pare¨® m¨¢s reunido y en su sitio. Con el percal el alicantino estuvo variado y seguro y s¨®lo correcto en el cuarto. La franela la movi¨® con m¨¢s soltura en el que abri¨® plaza menos al natural que le sal¨ªan trompicados. Complet¨® una faena m¨¢s aseada que llena de virtudes ortodoxas.
Rivera Ord¨®?ez escuch¨® pitos por matar un inv¨¢lido e hizo una faena de miradas al tendido y poco m¨¢s, o sea: nada. Eso s¨ª, dio un recital a espadas.
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