Branco dice que el cine aspira a "esa parcela del arte destinada a durar"
Lisboeta de 1950, Paulo Branco es un productor de cine un tanto at¨ªpico. Vinculado al cine desde los 24 a?os a partir de la programaci¨®n de una sala en Par¨ªs, se convierte luego en distribuidor de cine de dif¨ªcil salida para pasar directamente a la producci¨®n en 1980. Ayer, Paulo Branco afirm¨® en Valencia que [EN] si el cine no es s¨®lo entretenimiento, "tambi¨¦n puede aspirar a esa parcela de arte destinada a durar".
Un centenar de pel¨ªculas, de las que una veintena se programan en el homenaje que le rinde estos d¨ªas en Valencia el festival Cinema Jove, dan fe de los prop¨®sitos art¨ªsticos de este singular productor que ha colaborado con directores como Wim Wenders, Manoel de Oliveira, Ra¨²l Ruiz, Peter Handke o Felipe Vega. Un buen ejemplo de los m¨¦todos de trabajo de Paulo Branco lo constituye el arranque de su colaboraci¨®n con Robert Kramer en Doc"s kingdom. El director norteamericano atravesaba un bache profesional y ten¨ªa la impresi¨®n de no estar haciendo el cine que deseaba, de manera que Branco le invit¨® a permanecer en su casa de Sintra durante un tiempo con sus amigos hasta que advirti¨® que no dispon¨ªan de mucho dinero. Este productor independiente que se mueve como pez en el agua por Europa desde su base parisina era pieza codiciada por Cinema Jove desde hace ya alg¨²n tiempo, y al fin se encuentra en Valencia recibiendo su homenaje. Una distinci¨®n, la de los homenajes, que no es precisamente muy de su agrado, ya que "a veces puede confundirse con los prop¨®sitos de una cierta jubilaci¨®n", lo que no es el caso de este lisboeta de mirada inteligente y un aire vagamente mejicano, "porque a¨²n me queda mucho por hacer y nadie me retirar¨¢ de un oficio en el que hago precisamente lo que me gusta". Le resulta complicado hablar de su trabajo de manera gen¨¦rica, porque "un productor resulta m¨¢s eficaz hablando de soluciones para problemas concretos, sobre todo en la fase de rodaje" y porque lo suyo es estar a pie de obra. Pese a todo, confiesa que el cine es para ¨¦l "un buen medio para trabajar con la gente que me gusta y para hacer amigos entre personas interesantes". Su car¨¢cter independiente se trasluce no s¨®lo en los proyectos que apoya sino tambi¨¦n en cierto desd¨¦n elegante hacia el rendimiento econ¨®mico como objetivo. En cualquier caso, precisa "que son t¨¦rminos muy relativos. La vida de una pel¨ªcula es muy larga, y el suceso comercial del momento no siempre tiene la ¨²ltima palabra, al menos en el cine que yo hago. No parece que Cervantes se hiciera rico con su novela, y no por ello hay que hablar de fracaso". ?Y qu¨¦ cine hace Branco? "El que me gustar¨ªa ver en las pantallas, el que no puedo hacer s¨®lo". O tambi¨¦n: "Hacer dinero es f¨¢cil, si es eso lo que uno quiere. No se me ocurre que la meta del productor sea hacerse rico, sino propiciar el tipo de cosas que le gustan". Adaptar a Proust Amigo de Wim Wenders desde antes de su colaboraci¨®n en El estado de las cosas, que el alem¨¢n realiz¨® entre sofoco y sofoco del Hammet que estaba rodando para Coppola, Paulo Branco no quiere pronunciarse sobre la posici¨®n de Peter Handke, con quien rod¨® La ausencia, sobre el conflicto yugoslavo, limit¨¢ndose a exponer algunos detalles de su profunda amistad iniciada en Par¨ªs. Este hombre cordial, al que le encantan las relaciones cordiales en los equipos de trabajo, acaba de producir El tiempo recobrado, uno de los vol¨²menes de Marcel Proust, para Ra¨²l Ruiz. "Nos esperaban con la artiller¨ªa cargada, ya saben, no se puede adaptar Proust para el cine. Se puede, y as¨ª se ha hecho. Y tal vez la pel¨ªcula perdurar¨¢ tanto como la novela". Al fin y al cabo, si el cine no es s¨®lo entretenimiento, "tambi¨¦n puede aspirar a esa parcela de arte destinada a durar", afirma Branco con un orgulloso optimismo. El tiempo recobrado, interpretada por Catherine Deneuve, Emmanuelle B¨¦art y John Malkovich, se proyectar¨¢ hoy en la sesi¨®n de clausura del festival que se celebrar¨¢ en el Rialto.
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