De la porter¨ªa al p¨²lpito
El guardameta del Mallorca anuncia su retirada del f¨²tbol para convertirse en pastor de la Iglesia Adventista
"Me dedicar¨¦ a predicar el verbo divino", explica Carlos Roa, que cambiar¨¢ los guantes de portero del Real Mallorca por la Biblia. A partir de ahora, dejar¨¢ de convertirse en el ¨²ltimo obst¨¢culo del delantero que busca el gol, y adoctrinar¨¢ en su Argentina natal almas descarriadas. Uno de los mejores guardametas del f¨²tbol mundial anuncia su adi¨®s en el momento estelar de su carrera -cumplir¨¢ 30 a?os en agosto- para convertirse en pastor de la Iglesia Adventista y "transmitir la palabra de Dios", seg¨²n declar¨® ayer en la conferencia de prensa que ofreci¨® en el estadio Luis Sitjar. Roa hizo un aut¨¦ntico acto de contrici¨®n en su despedida de la isla. "He sido un mal ejemplo, un mal cristiano, no he hecho las cosas como ten¨ªa que hacerlas, pero a partir de ahora empiezo una nueva etapa, en la cual podr¨¦ hacer lo que ?l me pide y vivir una vida tranquila con mi familia, apartado de todo el entorno del f¨²tbol", se sincer¨® ante la sorpresa general. "Para seguir a Cristo en sus caminos", a?adi¨®, "no hace falta acudir a una Iglesia en especial; simplemente hay que tener mucha fe, agarrar una Biblia y dejarte guiar por Dios".
Producto de la cantera de un club al borde de la desaparici¨®n, el R¨¢cing Club de Avellaneda, ubicado en una barriada industrial de Buenos Aires, perdi¨® el puesto de titular en favor de Ignacio Gonz¨¢lez, hoy portero del Las Palmas. Desterrado en un equipo peque?o del sur porte?o, el Lan¨²s, todos dieron su carrera por acabada. Un par de buenas temporadas bajo las ¨®rdenes de H¨¦ctor C¨²per lo llevaron, junto a su t¨¦cnico, al Mallorca. Todo ello hasta su consagraci¨®n final, en el marco de la selecci¨®n argentina.
El futbolista explica que la decisi¨®n de abandonar su carrera deportiva para predicar la palabra de Dios la ven¨ªa madurando desde hace "bastante tiempo", pero que fue el pasado verano, en el Mundial de Francia, cuando se convenci¨® de que la Biblia le llenaba mucho m¨¢s que parar goles entre los tres palos.
"Hubo un hecho casi definitivo en esa decisi¨®n", asegura, "y fue el que la pr¨¢ctica activa del f¨²tbol profesional exige jugar los s¨¢bados, justo el d¨ªa en que Dios descans¨® tras crear el mundo [conforme a la doctrina de la Iglesia Adventista], seg¨²n se?ala el cuarto mandamiento. Eso era incompatible con mis convicciones religiosas y no me qued¨® otra opci¨®n. Ya s¨¦ que muchos se sorprender¨¢n de que deje dinero, fama y una carrera en alza, pero en la vida hay cosas mucho m¨¢s importantes que todo eso. Insisto, no tengo miedo ni dudas; muy al contrario, me voy feliz y satisfecho".
Roa siempre ha sido un cristiano convencido y practicante. Hasta la numeraci¨®n -el 13- que eligi¨® para su camiseta del Real Mallorca en los partidos de Liga ten¨ªa una explicaci¨®n: "El 1 es Dios, la creaci¨®n, y el 3 porque Cristo resucit¨® al tercer d¨ªa".
En ese contexto, el portero argentino cree que no ha enga?ado a nadie. "El propietario del Mallorca sab¨ªa que mi intenci¨®n era dejar el f¨²tbol, a pesar de que me restan dos a?os m¨¢s de contrato. Renuncio a todo, a m¨¢s dinero , a firmar aut¨®grafos, a los titulares en los diarios... para dedicarme de lleno a las cosas de Dios", precisa. "Tengo fe, mucha fe, y s¨¦ que Dios proveer¨¢", conf¨ªa en el momento de su retirada.
No obstante, el Mallorca ha querido cubrirse las espaldas y evitar un perjuicio en caso de que la fe del guardameta flaquee; el club ya anunci¨® su intenci¨®n de recurrir el contrato ante la FIFA si Roa decidiese volver al f¨²tbol pero vistiendo otra camiseta.
Roa proclam¨® en su despedida que ha sido feliz en el Mallorca -"un club chico con un coraz¨®n grande"- y que no va a olvidar los dos a?os de vivencias en la isla. "A todos, muchas gracias, y sepan que me voy en busca de cosas mejores; seguir¨¦ el camino trazado por ?l y espero encontrar una nueva felicidad".
Una salva de aplausos despide a Roa mientras abandona la rueda de prensa, el mundo terrenal, camino del mundo celestial. El guardameta dirige los pasos hasta su coche y extrae unos 30 ejemplares de una publicaci¨®n de su iglesia para repartir entre los periodistas: Paz en la tormenta. C¨®mo quedar libres de preocupaci¨®n, culpa y temor. "Leyendo esto", termina, "me entender¨¦is mejor".
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