10.000 personas salen a la calle en el centro de Serbia para exigir la dimisi¨®n de Milosevic
ENVIADO ESPECIALNo fue una manifestaci¨®n espont¨¢nea; es la primera que convoca la Alianza para el Cambio, un grupo de oposici¨®n, desde la derrota de Kosovo. Cerca de 10.000 personas salieron ayer a las calles de Cacak, pese a la visible oposici¨®n policial, para exigir la dimisi¨®n del presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, y la convocatoria de elecciones. "Es tiempo de elegir entre Milosevic y Serbia", declar¨® Zoran Zivkovic, el alcalde de Nis, la segunda ciudad del pa¨ªs, y vicepresidente del Partido Dem¨®crata, uno de los principales de la oposici¨®n democr¨¢tica.
Levantado el estado de guerra que imped¨ªa las manifestaciones callejeras, ayer comenz¨® en Cacak el verano del descontento con el que se enfrenta el derrotado Milosevic. Situada a 150 kil¨®metros al sur de Belgrado, esta peque?a ciudad fue ayer el escenario de la primera gran manifestaci¨®n organizada contra el Gobierno de Milosevic. El presidente, en un intento por contrarrestar la ola de indignaci¨®n, anunci¨® ayer reformas econ¨®micas y la construcci¨®n de viviendas para todos antes de noviembre. "?Que se vaya, que se vaya!"; "?que renuncie, que renuncie!", coreaba la multitud cada vez que uno de los oradores de la Alianza para el Cambio mencionaba el nombre de Milosevic. La polic¨ªa, que intent¨® impedir la protesta, bloque¨® todas las carreteras que conduc¨ªan a Cacak. "La manifestaci¨®n es ilegal. Hoy nadie pasa", aseguraba un tanto ufano el jefe de un control sobre la carretera de Belgrado. "La ley soy yo", respondi¨® el polic¨ªa rasc¨¢ndose la ingle a la pregunta del periodista. A pesar de ello, miles de personas procedentes de otras ciudades de Serbia y periodistas extranjeros lograron romper la barrera por caminos secundarios y campo a trav¨¦s.
S¨®lo hubo un momento de sobresalto cuando un artefacto -similar a los que usa el Ej¨¦rcito en los simulacros de maniobras- estall¨® entre unos matorrales de la plaza principal de Cacak. "La polic¨ªa quiere intimidarnos, pero jam¨¢s lo lograr¨¢", exclam¨® un joven dirigente sindical de Kraljevo. "?Bandidos rojos!", replic¨® el gent¨ªo.
El cl¨ªmax lleg¨® cuando el alcalde de Cacak, Velimir Velja Ilic, apareci¨® en la tribuna de oradores. Llevaba un mes en la clandestinidad; la polic¨ªa de Milosevic hab¨ªa ordenado su captura, bajo la acusaci¨®n de fomentar un movimiento de oposici¨®n. "Este Gobierno s¨®lo ha tra¨ªdo verg¨¹enza a nuestra patria", dijo ante una enfervorizada multitud que exig¨ªa libertad. A su lado apareci¨® Sima Stokic, miembro del Partido Nueva Serbia que poco despu¨¦s fue detenido mientras distribu¨ªa panfletos en favor del incipiente movimiento democr¨¢tico.
A diferencia de los a?os anteriores, la oposici¨®n parece ahora m¨¢s madura y dispuesta a coordinar una campa?a contra el r¨¦gimen. La Alianza C¨ªvica encabezada por el joven y carism¨¢tico Goran Svilanovic act¨²a como paraguas de partidos menores. Su objetivo pol¨ªtico es claro: lograr la dimisi¨®n de Milosevic, convocar nuevas elecciones y demostrar que la popularidad del presidente se ha evaporado.
Pero fueron las palabras del carism¨¢tico Svilanovic las que lograron electrificar el ambiente. "?ste es el fin", proclam¨® en la tribuna. "?ste es el fin de Milosevic. Lo vamos a llevar a los tribunales", asegur¨® entre v¨ªtores. "?Hay que enjuiciarlo!", fue la reacci¨®n de los manifestantes.
Vladan Batic, l¨ªder de los cristianodem¨®cratas serbios y uno de los fundadores de la Alianza, dijo que la manifestaci¨®n de Cacak era s¨®lo el comienzo de un gran movimiento por la regeneraci¨®n de Serbia. "Iremos de pueblo en pueblo, de casa en casa, de hombre en hombre encendiendo la antorcha de la democracia en Serbia". La Alianza tiene previstas manifestaciones similares a la de ayer en otras 20 ciudades.
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