"La justicia navarra sigue teniendo serias deficiencias de infraestructura y de medios"
Rafael Ruiz de la Cuesta (Estella, 1933) es el nuevo presidente del Tribunal Superior de Justicia de Navarra. Presidente de la Audencia Provincial de Navarra desde 1993 y con 42 a?os de carrera judicial detr¨¢s, ha sido nombrado por el Consejo del Poder Judicial cuando la comunidad foral acaba de asumir las competencias de justicia. Pregunta. ?Cu¨¢l es el reto m¨¢s inmediato de la Administraci¨®n de Justicia en Navarra? Respuesta. Sin duda alguna, llevar a buen t¨¦rmino los recientes acuerdos de traspaso de competencias alcanzados entre el ministerio y el Gobierno de Navarra, que han tardado muchos a?os, pero que, finalmente, han llegado y deben servir para mejorar los servicios al ciudadano. El nuevo Palacio de Justicia signific¨® un gran avance en cuanto a medios materiales pero sigue habiendo serias deficiencias de infraestructura y de medios inform¨¢ticos y el Gobierno foral debe aportar los fondos necesarios para equiparar la justicia con otros servicios de gran calidad en esta regi¨®n como la sanidad p¨²blica, por ejemplo. P. ?Y en medios humanos? R. En ese terreno el Amejoramiento del Fuero faculta al Gobierno navarro para exigir al ministerio la implantaci¨®n de nuevos ¨®rganos jurisdiccionales. El cuello de botella de lo contencioso-administrativo afecta a toda Espa?a. En Navarra hab¨ªa unos seis mil asuntos pendientes acumulados. Y teniendo en cuenta que Navarra es una de las comunidades aut¨®nomas de Espa?a con mayor producci¨®n legislativa y nivel de competencias, la necesidad de solucionarlo era enorme. Para ello han entrado en funcionamiento tres juzgados nuevos. Y en cuanto a los dem¨¢s ¨®rdenes jurisdiccionales, necesitamos m¨¢s juzgados para implantar los juicios r¨¢pidos y necesitamos un cuarto juzgado de Instrucci¨®n. P. El Pa¨ªs Vasco arrastra un serio problema vinculado a la falta de aspirantes para cubrir numerosas vacantes judiciales en su territorio. ?Existe ese problema en Navarra? R. En Navarra existen matices de fondo que coinciden con los de Euskadi, fundamentalmente en lo que afecta al fen¨®meno terrorista y la inmediatez geogr¨¢fica de los juzgados a ese asunto. Pero hay una diferencia esencial: aqu¨ª tenemos un n¨²cleo de jueces navarros que no existe en el Pa¨ªs Vasco y que nos est¨¢ permitiendo cubrir perfectamente bien las vacantes que se producen. Tambi¨¦n hay una serie de jueces y magistrados procedentes de otros territorios espa?oles, pero que se han asentado aqu¨ª, se han casado, han creado familias y no piensan abandonar la comunidad. De manera que la plantilla judicial est¨¢ muy bien definida hasta el punto de que cuesta mucho que haya vacantes judiciales en Navarra a pesar de que hay jueces navarros o con afinidad con esta tierra que aspiran a trabajar aqu¨ª. En cualquier caso, el Pa¨ªs Vasco ha estado peor de lo que est¨¢ actualmente y hubo momentos en que s¨®lo las ayudas del Gobierno vasco permitieron reforzar las plantillas de jueces. P. Se ha cumplido ya un a?o sin asesinatos de ETA y la tregua terrorista contin¨²a. ?Ha facilitado el nuevo clima de paz el trabajo judicial? R. La tregua terrorista y la ausencia de violencia ha afectado a todos los ciudadanos. No s¨®lo a los jueces, sino principalmente a las fuerzas de orden p¨²blico, a los pol¨ªticos. A nosotros en Navarra nos ha afectado bastante menos que a otros funcionarios del Estado. Bien es cierto que en el desempe?o de nuestra labor notamos claramente esa distensi¨®n. P. ?Qu¨¦ opina de la progresiva implantaci¨®n del euskera en los usos judiciales ordinarios? R. Yo he trabajado ocho a?os en Euskadi, en Bergara concretamente, y mucho m¨¢s tiempo en Navarra, y conozco el tema del idioma. Quienes no son originarios de estos territorios encuentran muchas dificultades para aprenderla, derivadas de su complejidad. En el Pa¨ªs Vasco el problema del uso normalizado del vascuence en la justicia s¨ª ha constituido un problema, cosa que en Navarra no ha ocurrido. Y por eso los mecanismos de aprendizaje se han puesto en marcha con rapidez en los ¨²ltimos tiempos, incluso con ayudas p¨²blicas y tiempo retribuido para su aprendizaje. En Navarra esas clases de euskera no cuentan con ayudas p¨²blicas, excepci¨®n hecha de una m¨ªnima aportaci¨®n del CGPJ conseguida gracias al apoyo de los vocales territoriales de Navarra, Javier Moscoso, y de Euskadi, Emilio Olabarr¨ªa. Diecisiete jueces y magistrados los iniciaron y al menos ocho mantienen su asistencia. Algunos son capaces ya de celebrar parcialmente las vistas en euskera, aunque disponemos de la figura del traductor, que es tambi¨¦n muy adecuada. Se traducen las sentencias y se remiten en biling¨¹e las citaciones y mucho papeleo. Toda esta labor tendr¨¢ resultados visibles dentro de unos a?os. P. Navarra necesita una nueva c¨¢rcel que sustituya a la actual, pero el emplazamiento rural elegido, Muruarte de Reta, a 20 kil¨®metros al sur de Pamplona, provoca recelos y el rechazo de sectores de la abogac¨ªa. R. Desde luego no ser¨ªa deseable que permaneciera en el centro de la ciudad una c¨¢rcel como la de Pamplona, totalmente obsoleta en sus instalaciones. Es necesaria una c¨¢rcel nueva, m¨¢s digna, que albergue a los reclusos en condiciones adecuadas al cumplimiento de la legislaci¨®n y permita a los familiares, abogados y funcionarios desenvolverse mucho mejor. Naturalmente, que una c¨¢rcel est¨¦ en una ciudad o cerca de ella facilita la labor de atenci¨®n letrada, las visitas, etc¨¦tera, pero tiene otros inconvenientes. Ser¨ªa deseable un consenso pol¨ªtico amplio para disponer de una prisi¨®n moderna, lo suficientemente cercana a Pamplona como para no empeorar esa necesaria atenci¨®n a los reclusos, y que fuera el resultado de una negociaci¨®n con los municipios afectados. En cualquier caso la nueva prisi¨®n de Navarra es un problema urgente. P. ?Cree usted que la corrupci¨®n pol¨ªtica en Navarra ha acabado? ?Qu¨¦ va a pasar con el caso Otano? R. Ese caso que usted menciona est¨¢ sub iudice. Yo no puedo saber qu¨¦ es lo que va a pasar. En este momento est¨¢ pendiente de unas comisiones rogatorias que se han remitido a Suiza y de los datos que los tribunales de aquel pa¨ªs env¨ªen. P. Pero las sentencias del caso Urralburu est¨¢n recurridas y la investigaci¨®n del caso Otano apenas avanza. R. Ante todo, hay que acertar en la resoluci¨®n de los casos y no condenar ni tratar de tener una condena, incluso psicol¨®gica, de alguien que no haya cometido ning¨²n delito. Eso lo primero. Si la acusaci¨®n no tuviera contenido, no se basara en datos ciertos, no deber¨ªa seguir adelante, pero si hubiera alguna responsabilidad por parte de pol¨ªticos como fue el caso de Urralburu, aunque tampoco recaiga a¨²n sobre ellos sentencia firme, debe cumplirse la ley. No puedo decir que sea deseable el que aumente el n¨²mero de casos de corrupci¨®n en Navarra. La sociedad navarra no se lo merece. Ser¨ªa deseable que no hubiera evidencia de que los delitos han existido, aunque si se confirman, los acusados deber¨¢n pagar por ello.
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