Patrimonio y escenario
Cuando en 1966 Orson Welles hizo de Chinch¨®n Macao para rodar Una historia inmortal, a¨²n no hab¨ªan llegado a la muy noble y muy leal villa chinchonera, ciudad desde 1916, los invasores de Extremo Oriente, una minor¨ªa ¨¦tnica mayoritaria en el contingente tur¨ªstico que se derrama por los alrededores de su c¨¦lebre, hist¨®rica y t¨ªpica plaza, ce?ida por sus soportales y galer¨ªas adinteladas. La capilla del antiguo monasterio de los agustinos, rehabilitado como parador nacional de turismo, se ha convertido en los ¨²ltimos a?os en un lugar de culto nupcial para muchas parejas niponas que celebran su luna de miel en plena Alcarria madrile?a. La ex¨®tica iniciativa de una avispada agencia de viajes de Albacete que cre¨® este pack tur¨ªstico-matrimonial, que para los japoneses debe resultar tan ex¨®tico como las bodas en Bali que pusieron de moda en las revistas rosas de esta parte del mundo los famosos, aunque cabe esperar que los enlaces de Chinch¨®n sean m¨¢s duraderos y ver¨ªdicos.
Un d¨ªa cualquiera de primavera, laborable y soleado, se ven grupos de japoneses asomados a las balconadas de los numerosos restaurantes de la plaza que miran y retratan a otros japoneses entremezclados con viajeros de variadas edades y nacionalidades, ni?os de colegio y excursionistas del Imserso que esperan pacientemente el autob¨²s en uno de los ¨¢ngulos del irregular coso, taurino desde septiempre de 1502, cuando se celebr¨® un festejo presidido por el llorado Felipe el Hermoso.
"Chinch¨®n, an¨ªs, plaza y mes¨®n", rezaba uno de aquelos primitivos lemas tur¨ªsticos que en los a?os sesenta pegaban los espa?oles patriotas en el cristal de sus utilitarios junto al coj¨ªn de croch¨¦ o el perrito que mueve la cabeza. Un eslogan que no dice nada, por ejemplo, ni de los toros, ni de los ajos, ni, por supuesto, de sus bellezas monumentales y paisaj¨ªsticas, de sus calles empinadas y blancas y de su r¨²stico caser¨ªo constuido sobre un cerro que domina un f¨¦rtil valle en cuyas laderas crecen olivos de peque?o porte y vides que producen los j¨®venes y poderosos caldos de la tierra.
Los vinos de Chinch¨®n son definidos en el programa de actos de la quinta feria del an¨ªs y del vino, celebrada en la localidad recientemente, como "especialmente arom¨¢ticos, equilibrados, armoniosos, suaves y brillantes".
En la feria del vino y del an¨ªs se celebr¨® un concurso gastron¨®mico que inclu¨ªa como ingrediente obligatorio en todos los platos el c¨¦lebre chinch¨®n de la Alcoholera. De los aguardientes anisados de la zona puede leerse en el programa que son de "fragante aroma y equilibrado sabor, premiados y apreciados a nivel internacional". Y desde luego local, porque, entre otros muchos m¨¦ritos y galardones, desde 1892 los cosecheros del chinch¨®n de la Alcoholera son proveedores de la Real Casa, privilegio otorgado por la reina regente do?a Mar¨ªa Cristina, que debi¨® de ser buena catadora de las virtudes terap¨¦uticas del anisado. Virtudes que se?ala el ilustrativo programa de la feria, que lo alaba como poderoso remedio usado desde los tiempos m¨¢s remotos contra las m¨¢s diversas dolencias, y certifica su aserto con la autoridad de Plinio, que lo consideraba "un ant¨ªdoto inefable contra los achaques de la vejez, un poderoso somn¨ªfero y un laxante activo".
Propiedades extremadas en la m¨¢s rotunda de las preparaciones de la casa, un aguardiente extra-seco de 74 grados, a la sombra, pues todav¨ªa no se han probado los efectos de consumir a palo seco y bajo el sol de agosto este montaraz brebaje. A palo seco, porque sin duda con este excelente licor se deben preparar refrescantes y veraniegas "palomitas", an¨ªs, agua y/o hielo, que son reconfortantes y muy terap¨¦uticas. El chinch¨®n de 74, que se diferencia de sus hermanos menores por el color violeta de la anilla que rodea el gollete, est¨¢ a 3.400 pesetas en un moderno establecimiento del casco antiguo.
"Casi todos son impuestos", comenta la amable encargada de la tienda, dedicada a la venta de especialidades aut¨®ctonas, ristras de ajos y vinos de las bodegas locales y comarcales; vinos de Madrid, blancos, rosados y tintos, cada d¨ªa m¨¢s cuidados y competitivos; chocolates, cera y miel de La Alcarria, y jabones y agua de la cercana localidad de Caraba?a, que se exhiben en el fresco interior de este local de dise?o r¨²stico.
Chinch¨®n produce tambi¨¦n buenos dulces, monjiles y laicos, y es tierra de alfareros, vidrieros y herreros, representados en algunos talleres y comercios de artesan¨ªa. Pero la fama se la llevan, sobre todo, los mesoneros con los asados de cordero, cochinillo y cabrito, el conejo de monte, las jud¨ªas chinchoneras y las verduras y hortalizas de su f¨¦rtil vega.
Entre sus monumentos, adem¨¢s de la plaza y el monasterio-parador, restaurado con esmero, est¨¢n las desoladas ruinas de su castillo-fortaleza, que no volvi¨® a ser lo que era desde que en la Guerra de la Independencia lo arrasaron las brigadas polacas al servicio de Napole¨®n y que durante un tiempo sirvi¨® como f¨¢brica de aguardientes. Tambi¨¦n hay una iglesia que no tiene torre y una torre que no tiene iglesia pero que tiene un reloj, lo que dio origen a un dicho local que figura en todas las gu¨ªas y folletos. La gu¨ªa m¨¢s completa, amena e ilustrada es la de Cecilio Serrano, en la que se incluye una detallada historia y un profundo an¨¢lisis del cuadro de la Asunci¨®n de la Virgen, obra de don Francisco de Goya que preside el retablo del altar mayor de la iglesia, un "obsequio" del pintor a su hermano Camilo, cuando era capell¨¢n de la parroquia.
Una variada galer¨ªa de personajes hist¨®ricos desde los Reyes Cat¨®licos a Tina Turner, pasando por Frascuelo, Manuel Godoy, Cantinflas, Claudia Cardinale y Alfonso XIII, dejaron leve y perecedera huella en esta ciudad, escenario hist¨®rico, gastron¨®mico, taurino y cinematogr¨¢fico, ciudad hospitalaria que sabe compartir sus dones con sus visitantes, sean monarcas o pensionista del Imserso, genios extravagantes, nobles mecenas o disciplinados hijos del Sol Naciente en ¨¦poca de apareamiento.
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