Algo pasa en Soria
Soy parte de esa realidad espiritual de esa Soria repartida por el mundo; soy una soriana (y sanjuanera) que sinti¨® una sensaci¨®n inexplicable cuando, al ir a su tienda de peri¨®dicos habitual para comprar EL PA?S, se encontr¨® en primera p¨¢gina un titular con alusiones a su tierra. Algo pasa en Soria. ?Ah! Pero ?en Soria pasa algo? Me respondi¨® una espa?ola que se encontraba conmigo en esos momentos: "La imagen que yo tengo de Soria", me dijo, "es de un pueblecito peque?o, donde nunca pasa nada y por donde parece que no pasa nunca el tiempo". Y ¨¦sa es la imagen con la que nos hemos resignado a?os y a?os, no obstante, siendo felices. Tenemos que dar las gracias al deporte (Ferm¨ªn Cacho, Abel Ant¨®n, a los ¨¦xitos del voleibol), y particularmente al Numancia, que nos ha sacado del letargo y de nuestra particular manera conformista de vivir. Letargo del que las autoridades pol¨ªticas han sido fiel reflejo. El triunfo del Numancia ha roto el silencio del soriano. Soria abre sus fronteras, sus puertas, hacia el a?o 2000, con muchas ilusiones y proyectos.- . .
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