Todo a ¨²ltima hora

Todo ocurri¨® a ¨²ltima hora. Los muchos espectadores que se fueron, visto lo visto, se lo perdieron.Dejaron de ver al zaragozano Jes¨²s Mill¨¢n salir por la puerta grande del coso valenciano. Cierto es que, como todo lo que se hace en el ¨²ltimo momento, se organiz¨® un peque?o guirigay. El presidente otorg¨® las dos orejas del que cerraba plaza y tambi¨¦n sac¨® el pa?uelo azul premiando al novillo con la vuelta al ruedo. Las mulillas lo arrastraron al desolladero mientras en el ruedo paseaban en hombros al triunfador de la tarde. En un momento dado sacaron de nuevo al animal y le dieron la vuelta honor¨ªfica. Total, el arrastre por un lado y torero y cuadrilla por otro, y el personal saliendo a todo correr. La tarde empez¨® con un minuto de silencio en memoria del corralero y conserje de la plaza Antonio Mart¨ªnez, que muri¨® en la madrugada de ayer. Tras ese instante inicial, lleno de emoci¨®n, hab¨ªa cierta expectaci¨®n por ver a Maite Alcal¨¢, una joven de 20 a?os, primera mujer valenciana que se viste de luces con caballos en este centenario coso. Tambi¨¦n eran nuevos en esta plaza el manchego Reina Rinc¨®n y el ma?o Jes¨²s Mill¨¢n. A la joven torera debutante habr¨¢ que verla con otro ganado con m¨¢s fuerza y casta que el de su deb¨².

Con su primero manej¨® con dulzura el capote, pero con la muleta se la vio algo insegura. Eso s¨ª, muy concentrada en su labor. Le falt¨® decisi¨®n a la hora de matar tanto este novillo como el que hizo quinto. Fue ¨¦ste un mul¨®n, alto como la luna, que se par¨® en la primera tanda y termin¨® acul¨¢ndose en tablas. All¨ª hubo de matarlo la joven diestra. A Maite se le silenciaron sus dos trasteos.

El manchego Reina Rinc¨®n, tambi¨¦n nuevo en la plaza, mostr¨®, igualmente, algunas carencias. Se not¨® m¨¢s la biso?ez en su primero. Desconfiado y un poco falto de sitio, al natural se defendi¨® m¨¢s con el noble novillo que abri¨® plaza. La espada tambi¨¦n le cerr¨® cualquier posibilidad de pasar del silencio en ambos. En el segundo de su lote estuvo m¨¢s animoso y lo recibi¨® con dos largas cambiadas. Galle¨® por chicuelinas para llevarlo al piquero y logr¨® un trasteo aseado, dejando detalles de su preparaci¨®n t¨¦cnica.

La tarde iba de mal en peor hasta que salt¨® al albero el ¨²ltimo, un novillo de cerca 500 kilos al que Mill¨¢n, el m¨¢s puesto de la terna, hizo un quite por navarras y tafalleras que anim¨® los tendidos. El animal con m¨¢s poder derrib¨®, causando una contusi¨®n al piquero, y Mill¨¢n aprovech¨® al encastado animal para hacerle una vibrante faena por ambos pitones que le vali¨® salir por la puerta grande.