LO QUE HAY QUE VER

Si interesante es la planta dedicada a la plater¨ªa -una de las tres mejores muestras de Espa?a en su g¨¦nero-, no lo es menos la selecci¨®n de obras que conforman la segunda planta del museo. Hay piezas de valor sentimental, sobre todo, como ese t¨ªmpano rom¨¢nico de la iglesia de San Jorge de Santurtzi, top¨®nimo que proviene del propio santo al que estuvo dedicado aquel templo. Ya en la sala dedicada al arte hispano-flamenco, se pueden destacar cuatro figuras, realizadas por escultores m¨¢s que por santeros (denominaci¨®n que se daba al artesano que se dedicaba a tallar im¨¢genes), como son la Piedad de Plentzia, la Virgen con ni?o de Gordexola, el San Sebasti¨¢n de Mendexa o el San Miguel de Zenarruza, de cuya colegiata -hoy monasterio- tambi¨¦n se muestra un banco decorado con motivos tradicionales vascos. Contin¨²a el recorrido con un cuadro que narra el juicio del Sanedr¨ªn a Jesucristo, restaurado por el equipo que trabaja en el mantenimiento del museo. Un poco m¨¢s adelante, llega otra sala monogr¨¢fica, dedicada al pintor Lucas Jord¨¢n. Se ofrece una serie de cuadros ¨²nica por su singularidad: adem¨¢s de dos tablas dedicadas al nacimiento de Jes¨²s, el resto conforman un V¨ªa Crucis que se regal¨® en su d¨ªa a la Bas¨ªlica de Bego?a. Junto a esta serie de Jord¨¢n se muestra el clavec¨ªn m¨¢s antiguo de Espa?a, obra de Salvador Bofill y en perfecto estado de conservaci¨®n que permite su uso sin problemas. En la planta baja, el museo ofrece exposiciones temporales. La que se puede visitar en la actualidad est¨¢ dedicada al Camino de Santiago en Vizcaya y en ella se pueden ver algunas de las im¨¢genes de este santo procedentes de distintos templos del territorio. Santiago Ap¨®stol, Peregrino, Matamoros u Orante ante la Virgen del Pilar, todas son muestras de la devoci¨®n por el popular santo, que cuenta con siete parroquias en Vizcaya como titular.