Invertir en autopistas tiene efectos econ¨®micos m¨¢s altos en Catalu?a que en el resto de Espa?a
Mil millones de pesetas invertidos en infraestructuras viarias en Catalu?a producen un rendimiento a corto plazo de 403 millones. En el conjunto de Espa?a, el beneficio es s¨®lo de 344 millones. Los puestos de trabajo generados en el primer caso ascienden a 167; en el segundo, a 135. A largo plazo, los empleos producidos suman 640 en Catalu?a, por 522 en Espa?a. Un mill¨®n de pesetas invertidas en este tipo de obras generan un efecto inducido superior que si se destinaran a otros sectores de la econom¨ªa. Los efectos son menores si la v¨ªa que se construye es de peaje que si se opta por una autov¨ªa.
La comisi¨®n sobre peajes del Parlament, que celebrar¨¢ hoy su ¨²ltima sesi¨®n, dispone de dos estudios elaborados por un equipo de profesores del Instituto de Estudios Europeos, de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. El primero analiza los efectos econ¨®micos y sociales de la construcci¨®n de una autopista, y el segundo se centra en las consecuencias de este tipo de infraestructuras en el ¨¢mbito local. Los autores son Pere Riera, Tonatiuh N¨¢jera, Roberto Pen¨ªn y Loli Garc¨ªa. Las conclusiones de los estudios (mayor rendimiento de las inversiones en Catalu?a) concuerdan con las de los realizados por el presidente de la C¨¢mara de Contratistas de Catalu?a, Rafael Romero. Los 403 millones de pesetas generados por 1.000 millones invertidos en Catalu?a en red viaria lo son en el primer a?o e incluyen los efectos directos y los indirectos. A largo plazo, los beneficios sobre el conjunto de la econom¨ªa catalana ascienden a 3.000 millones, afirma el estudio, que no se pronuncia sobre la conveniencia de utilizar el criterio de rentabilidad como exclusivo o prioritario para las inversiones. Los puestos de trabajo generados durante el primer a?o suman 167; de ellos, 110 son consecuencia directa de los trabajos, mientras que 57 son empleos inducidos. A corto plazo, el sector que aprovecha m¨¢s la inversi¨®n es el de la construcci¨®n (73%), seguido de los servicios (23%) e industria (3,8%). No ocurre lo mismo en los efectos inducidos. En este caso, es la industria la m¨¢s beneficiada 225 millones (siempre con una inversi¨®n de 1.000 millones), frente a los 165 millones generados en el sector servicios y s¨®lo 11 en el de la construcci¨®n. La preeminencia de los sectores es siempre la misma, tanto si se realiza la inversi¨®n en Catalu?a como si se hace en cualquier otro punto de Espa?a. A corto plazo, los sectores m¨¢s directamente beneficiados por la inversi¨®n son los contratistas de obra civil, el metal, los ¨¢ridos, el cemento, el transporte y la energ¨ªa. Los resultados a largo plazo, en cambio, tienden a igualarse si se tiene en cuenta el crecimiento del producto interior bruto (PIB), aunque no si se atiende al del empleo. Los 1.000 millones invertidos en Catalu?a generan un crecimiento del PIB de 4.050 millones y esa misma cantidad da lugar en el conjunto de Espa?a a 4.031 millones. Pero en Catalu?a se crean 640 empleos, frente a los 522 que se originan en el resto de Espa?a. Ventajas para el consumidor Las v¨ªas r¨¢pidas, de peaje o de libre acceso, tienen otras consecuencias m¨¢s dif¨ªciles de cuantificar, como la reducci¨®n de costes de la actividad econ¨®mica y el fomento del crecimiento econ¨®mico. Un tercer aspecto analizado por los autores del informe son los beneficios que recibe el ciudadano, denominados "excedentes del consumidor". ?stos son la reducci¨®n del tiempo de desplazamiento, un menor riesgo de accidentes y menor gasto en veh¨ªculo. En el caso del tiempo de desplazamiento, el estudio afirma que tiene una valoraci¨®n mayor en el caso de un movimiento laboral que si se trata de un trayecto relacionado con el ocio. La valoraci¨®n de este tiempo es de unas 100 pesetas por hora ganada. El m¨¦todo de cuantificaci¨®n empleado permite a los autores elaborar un sistema de "rentabilidad" de las infraestructuras y afirmar que "una nueva infraestructura es deseable si su rendimiento supera el 5%, descontada la inflaci¨®n". En el caso de los t¨²neles de Vallvidrera, el rendimiento social estimado es de 3.600 millones de pesetas para 1999. Un asunto diferente es saber si estas v¨ªas tienen que ser pagadas por el usuario directo (peaje) o por todos los ciudadanos (impuestos o tasas). El estudio recoge los resultados de una investigaci¨®n llevada a cabo por el profesor de la UPC Francesc Robust¨¦, en la que el tema se someti¨® a la discusi¨®n de un grupo de siete personas en din¨¢mica de grupo. El resultado fue de seis a favor del peaje y uno a favor del pago a trav¨¦s de impuestos. Esta persona argumento que las autov¨ªas favorecen a toda la colectividad y no s¨®lo a quien circula por ellas. El resto defend¨ªa que quien no utiliza una autopista no tiene que pagarla. Preferencia por las autov¨ªas El segundo informe de estos autores se?ala que los municipios coinciden en un orden de preferencias: primero quieren una autov¨ªa libre de peaje, pero prefieren el peaje a carecer de v¨ªa r¨¢pida. En este caso, reclaman una entrada y una salida en el propio t¨¦rmino. La opci¨®n m¨¢s deseada es tener dos v¨ªas r¨¢pidas, aunque una sea de peaje, y la m¨¢s rechazada es disponer de autopista de peaje y carecer de entrada y salida a ella. La accesibilidad, coinciden en afirmar los responsables municipales consultados, es un elemento motor de la econom¨ªa. De ah¨ª que las poblaciones valoren sus accesos, as¨ª como la proximidad a un puerto o aeropuerto, adem¨¢s de contar con una buena red de transporte p¨²blico. Las autopistas no s¨®lo tienen efectos sobre la movilidad hacia otras poblaciones. Entre los efectos positivos se cuenta la revalorizaci¨®n de los terrenos. En el caso del Vall¨¨s Occidental, esta revalorizaci¨®n se estima en unas 50.000 pesetas por metro cuadrado en el caso de vivienda y de la mitad para el suelo industrial. Asimismo los autores recogen un estudio que atribuye el 35% del crecimiento urban¨ªstico del Garraf a la existencia de la A-16.
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