"?Desesperada? Si s¨®lo llevo tres horas atrapada"

La carretera de A Coru?a fue ayer una v¨ªa r¨¢pida para la desesperaci¨®n. El desplome del p¨®rtico de de se?alizaci¨®n origin¨® r¨¢pidamente un gigantesco atasco."Por esta autov¨ªa pasan cada hora 5.000 coches, encima viernes y d¨ªa de Operaci¨®n Salida. Ya se pueden imaginar el atasco que hay", aventuraba el capit¨¢n Seco, de la Guardia Civil.

A ambos lados del accidente se acumulaban coches. "Nos hemos detenido en el kil¨®metro 20 a las diez. Al principio hab¨ªa mucha confusi¨®n, pero por la radio nos hemos enterado de que se trataba de un accidente y nuestra primera preocupaci¨®n era llamar a nuestrar casas para tranquilizar a la familia", explicaba Josefa que estuvo m¨¢s de dos horas atascada. "Al principio estaba muy cabreada porque llegaba tarde a la oficina", coment¨® Nuria. "Luego ya nos hemos tranquilizado, y entre la gente nos pas¨¢bamos los m¨®viles para llamar al trabajo y a casa".

El secretario general de Nueva Izquierda, Diego L¨®pez Garrido, se preguntaba en medio del atasco por qu "no ven¨ªan dos o tres gr¨²as de forma inmediata para levantar el puente".

Un autob¨²s interurbano de la Empresa Mart¨ªn permaneci¨® m¨¢s de hora y media detenido en el atasco, a un kil¨®metro del accidente. El conductor abri¨® las puertas y los pasajeros caminaron por la carretera hasta la estaci¨®n de cercan¨ªas de Renfe del Hipercor de Pozuelo de Alarc¨®n. "Hoy no lleg¨® ni a comer al trabajo, espero que me entiendan con la que se ha formado", dec¨ªa Margarita.

A las 13.30 continuaban atrapados los conductores que hab¨ªan agotado su paciencia y que eran desviados a cuentagotas hacia la M-40. As¨ª de enojada estaba Adela, al volante de un Seat Ibiza: "?Desesperada? Si s¨®lo llevo tres horas atrapada dentro de un coche y sin aire acondicionado. ?C¨®mo quieres que me encuentre? Vengo desde Torrelodones y nadie nos ha dicho nada. Hemos estado parados casi una hora y media, y luego hemos avanzado un metro cada cinco minutos". Al final del monumental atasco, sobre las cinco de la tarde, los conductores se topaban con la imagen de los dos coches aplastados por el p¨®rtico. Entre exclamaciones preguntaban con asomboro a los agentes: "?C¨®mo ha ocurrido esto?".