Un campamento dividido

Ansiosos por conocer su destino. Los 280 rumanos que viven en un p¨¢ramo junto a la avenida de Burgos no dejan de preguntar si se conoce cu¨¢l ser¨¢ su destino. Llevan una semana aguardando una soluci¨®n definitiva a su futuro. La divisi¨®n de opiniones dentro del grupo es patente. Unos defienden quedarse donde est¨¢n, todos juntos. Otros, por el contrario, con tal de mejorar su situaci¨®n prefieren ser repartidos, como quiere el Ayuntamiento, en cinco campamentos alejados de los n¨²cleos de poblaci¨®n.Pero mientras llega el arreglo definitivo, la vida contin¨²a dentro del campamento provisional. As¨ª, ayer, las mujeres aprovecharon el buen tiempo para lavar toda la ropa de abrigo, principalmente mantas y colchas. Mientras, muchos hombres salieron como cada ma?ana a vender por las calles los peri¨®dicos La Farola y La Calle. Entretanto, dos furgonetas de la Polic¨ªa Municipal y otra de antidisturbios de la Polic¨ªa Nacional vigilaban desde la sombra el poblado, donde bull¨ªan la preguntas sobre su futuro. Un mar de dudas que se origin¨® el viernes pasado cuando el Ayuntamiento hizo la pirueta de anunciar que ya dispon¨ªa de cinco solares adonde trasladar a los rumanos (de etnia gitana y sin permiso de residencia en Espa?a), pero ocult¨® su ubicaci¨®n para evitar el "rechazo social".

Este anuncio ha sembrado la divisi¨®n entre los rumanos. Unos prefieren quedarse en su actual emplazamiento de la avenida de Burgos. Afirman que est¨¢n bien comunicados (un autob¨²s les lleva a la plaza de Castilla), lo que les permite llegar a los supermercados de la zona y a lugares muy transitados para vender los peri¨®dicos, su ¨²nica forma de subsistencia. Adem¨¢s, una decena de grandes ¨¢rboles les dan sombra, "muy necesaria para pasar el verano un poco m¨¢s c¨®modos". "Tenemos muchos familiares entre los 280 que somos. Hay hermanos y primos; si nos separan, no nos veremos, porque los campamentos pueden estar muy lejos uno de otro", afirma George Varile, uno de los que se oponen al traslado. Eso s¨ª, piden duchas para asearse y m¨¢s aseos. Ahora s¨®lo tienen cinco.

Los partidarios de marcharse afirman, por el contrario, que en cinco campamentos habr¨¢ m¨¢s limpieza e intentar¨¢n integrarse en los barrios. "No queremos vivir lejos de la gente, en un solar alejado del mundo", se?alan.

Lo que m¨¢s da?o les ha causado ha sido que los vecinos de Villaverde se opusieran a su traslado a un cuartel militar del distrito. "No nos metemos con nadie y no causamos problemas. Nos han rechazado sin conocernos", se lamentan los inmigrantes. Solos y alejados de la ciudad, siguen pendientes de destino.