Los arquitectos comparan el derribo de "La Pagoda", de Fisac, con la quema de un "mir¨®"
El autor afirma que la demolici¨®n del edificio es un ataque personal promovido por el Opus Dei
La demolici¨®n de La Pagoda, de Miguel Fisac, obra emblem¨¢tica del arquitecto y edificio de enorme valor art¨ªstico seg¨²n los arquitectos consultados, fue atribuida ayer por su autor a un ataque personal promovido por el Opus Dei a trav¨¦s del Ayuntamiento de Madrid. Fisac, de 86 a?os, dice que la licencia de derribo responde a intereses de la "secta" de la que ¨¦l fue miembro numerario entre 1936 y 1955, y con la que rompi¨® para siempre. Sus compa?eros denunciaron ayer la brutalidad de la acci¨®n emprendida bajo licencia del Ayuntamiento: "Es como quemar un mir¨®", dijo Juan Navarro Baldeweg.
La indignaci¨®n ante el derribo (a¨²n no consumado del todo) de la obra de Miguel Fisac, que seg¨²n el Colegio de Arquitectos de Madrid fue autorizada "por un aparejador", era ayer la t¨®nica general en la profesi¨®n. Fernando Chueca Goitia, decano del Colegio y acad¨¦mico de Bellas Artes, anunci¨® que el Colegio condena el derribo y pidi¨® que se detengan las obras inmediatamente, informa . "Eso es lo primero, luego hay que ver c¨®mo es el proyecto y pensar en reconstruir el edificio, si todav¨ªa fuera posible". Otros arquitectos de prestigio, como Juan Navarro Baldeweg, apelaron a razones tanto sentimentales como t¨¦cnicas para calificar la desaparici¨®n del edificio como una barbaridad: "Siempre que pasaba por all¨ª me maravillaba. Era una obra que te hac¨ªa girar la cabeza con agradecimiento y afecto. Tiene fuerza, valor y un concepto de juego exquisito. Tirarlo es un desprecio para todos, como si quemaran un mir¨®". Otros, como Emilio Tu?¨®n, dijeron que es indignante, y que "cosas as¨ª en Barcelona no pasan".
Proceso
Fisac tiene su versi¨®n: dice que el alcalde conoc¨ªa "este ataque personal" contra ¨¦l y que "no ha tenido el valor" de defenderle. Y luego explica el proceso de ese "ataque" con todo detalle. Cuenta que el propietario del edificio de Laboratorios Jorba, Jos¨¦ Mar¨ªa Jorba (quien en 1965 le encarg¨® la construcci¨®n del edificio), le anunci¨® hace seis meses que iba a vender La Pagoda. Que los nuevos propietarios le dijeron que no ten¨ªan intenci¨®n de derribar el edificio. Y que s¨®lo "el inter¨¦s manifiesto del Ayuntamiento por destruir el edificio" y el inter¨¦s del Opus Dei por destruir su imagen como persona y como arquitecto han sido las razones de la demolici¨®n.El derribo, aprobado en mayo pasado por la Junta de Distrito de San Blas -a la que pertenece el edificio-, avanza inexorable desde hace un mes, seg¨²n atestiguan los vecinos de la calle. Ayer, cuatro de las seis plantas hab¨ªan sido ya parcialmente derribadas.
"Hace un mes o dos vinieron a verme dos arquitectos j¨®venes de Valencia", cuenta por tel¨¦fono un Fisac lleno de energ¨ªa. "El Grupo Lar, los nuevos propietarios, les hab¨ªa encargado la ampliaci¨®n, la transformaci¨®n del edificio en oficinas .
"Me dijeron que no ten¨ªan intenci¨®n de destruir un edificio tan llamativo, que se ve¨ªa tan bien desde la autopista de Barajas", prosigue Fisac. "Estaban encantados de que siguiera en pie, e incluso hicieron una copia reducida, muy sencilla, de mi proyecto. Luego parece que la cosa se complic¨®. Los arquitectos municipales dijeron estupideces, que la obra no cumpl¨ªa la normativa contra incendios... Cuando lo hice, en 1965, todo estaba bien y, si quer¨ªan, me pod¨ªan haber llamado para poner unas escaleras exteriores".
Luis Armada, gerente municipal de Urbanismo, aduce que el Plan General de 1997, que no incluye entre las obras protegidas la torre de los laboratorios Jorba, fue supervisado por "arquitectos prestigiosos", como Javier Carvajal y el ya fallecido Julio Cano Laso.
El aludido Carvajal califica el derribo como "una barbaridad y un disparate". "Es muy grave convertir s¨®lo en valor cultural a nuestros amiguetes, a los partidos de f¨²tbol o a los intereses econ¨®micos", dice. Curiosamente, el arquitecto particip¨® con Fisac el pasado d¨ªa 5 en una mesa redonda en torno al paseo de la Castellana, dentro del seminario ?baco y ciudad: los dos criticaron las actuaciones y los cambios urban¨ªsticos en Madrid, sin hacer referencia al edificio.
Ayer, al ser preguntado por su participaci¨®n en el Plan General que dej¨® sin protecci¨®n a La Pagoda, Carvajal dijo que la postura del Ayuntamiento inculpando en el derribo a los supervisores del cat¨¢logo de protecci¨®n es "una reacci¨®n de mierda y una coartada est¨²pida". Carvajal explica que se limit¨® a asesorar sobre el cat¨¢logo, que no recordaba cu¨¢ntas ni qu¨¦ obras incluy¨® ¨¦l mismo ("pero podr¨ªa mirarlo"), y que en su ep¨ªlogo a dicho fichero ya advirti¨® de que "el cat¨¢logo no era exhaustivo".
Al conocer las denuncias de Fisac contra el Opus Dei como promotor del derribo en la sombra, Carvajal se mostr¨® a¨²n m¨¢s indignado: "Yo no soy del Opus, pero he dado muchos a?os clases en la Universidad de Navarra y s¨¦ que Fisac al Opus se la trae al fresco. Es verdad que se le ha tratado mal, con injusticia, con rechazo o, mejor dicho, con el silencio, porque dej¨® la Obra para casarse con una se?orita".
Y agrega: "Todos sabemos que Fisac fue el primer ap¨®stol de monse?or Escriv¨¢ de Balaguer, que fue uno de los fundadores... Pero no creo que haya nada personal en esto. Creo, m¨¢s bien, que todo es una cuesti¨®n de dinero. Todo lo que roza el dinero se acaba cayendo. Y yo lo siento con todo mi coraz¨®n. Pero las ordenanzas, a veces, son ciegas, sordas y mudas". "Delito cultural"
Mientras el portavoz socialista de Cultura, Salvador Clotas, calificaba el derribo como un "delito cultural", el Ayuntamiento madrile?o se lavaba las manos. Ayer todo fueron justificaciones legalistas del derribo, y algunos, como el gerente de Urbanismo, no dudaron incluso en relativizar el valor art¨ªstico de la obra.El alcalde de Madrid, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano, se limit¨® a "lamentar profundamente que los propietarios de La Pagoda hayan decidido derribar el edificio". Y a?adi¨®: "Al haber solicitado el derribo la propiedad y no estar catalogado el edificio, no tenemos ning¨²n respaldo legal para impedirlo". Luis Armada a?ade que en el Plan General, que protege unas 30.000 obras, hay 600 de arquitectura moderna, entre ellas cinco del propio Fisac ("cuatro con categor¨ªa m¨¢xima de proteccci¨®n"). ?Y hay forma de parar la demolici¨®n, ahora que la estructura todav¨ªa est¨¢ en pie? "No, no. Si ya se ha derribado...".
Babelia
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