La 'ola Hemingway' se desborda en EE UU en el centenario del escritor
Despu¨¦s de meses de conmemoraciones literarias serias, de publicaciones de libros de y sobre Ernest Hemingway (Oak Park, Chicago, 21 de julio de 1899- Idaho, 1961) en el a?o de su centenario y de que su hijo Patrick haya preparado una mezcla de autobiograf¨ªa y obra de ficci¨®n -Trust at first light- a base de manuscritos inacabados, la ola Hemingway se ha desbordado en EE UU con una catarata de manifestaciones para todos los gustos: peregrinos a la b¨²squeda del alma del escritor en Key West, concursos de dobles de Hemingway en Sarasota, falsos toros de San Ferm¨ªn por las calles de Chicago, patos de madera de reclamo y muebles inspirados en su mundo, camisetas y gorros de pesca del autor de El viejo y el mar
La imagen que los norteamericanos tienen de su compatriota, premio Nobel de Literatura, se ha visto alimentada por sus facetas rom¨¢nticas de corresponsal de guerra, gran cazador y pescador, conquistador de mujeres e inseparable del alcohol. Sus cuatro matrimonios, sus depresiones y su suicidio coronan la leyenda de Hemingway m¨¢s que sus escritos, y por eso en el centenario predomina un tipo de celebraci¨®n grotesca y kitsch que seguramente hubiera sonrojado al escritor.Michael Reynolds, autor de una biograf¨ªa de cinco vol¨²menes sobre el escritor, lament¨® a la agencia Reuters la fama y la parafernalia que rodean el centenario: "Hay gente que venera a Hemingway que nunca jam¨¢s ha le¨ªdo una p¨¢gina suya. No les gusta Hemingway el escritor, sino el aventurero".
Por esa raz¨®n, Key West, la isla del extremo de Florida en la que Hemingway vivi¨® entre 1928 y 1939, es uno de los principales lugares de peregrinaci¨®n de sus fieles, que pueden ver su casa de estilo espa?ol por 7,50 d¨®lares la entrada (1.200 pesetas). Es imposible, en cambio, para desolaci¨®n de los visitantes, encontrar el taburete en el que otra de las leyendas establece que se sentaba en uno de los bares frecuentados por el escritor, el Sloppy Joe"s, que asegura ser su tugurio favorito. Una de las piezas m¨¢s falsas del Sloppy Joe"s, seg¨²n los conocedores, es una supuesta mesa sobre la que habr¨ªa escrito Hemingway y que lleva el nombre de la barca de ¨¦ste, Pilar. Adem¨¢s, y desde el mes pasado, sus aparejos de pesca y su chaleco -al menos eso es lo que reza el reclamo- pueden verse en el Museo Pesquero de los Famosos de Dania, tambi¨¦n en Florida.
"Fue Hemingway el escritor el que populariz¨® al otro Hemingway", reconoce Michael Reynolds, que, adem¨¢s de bi¨®grafo, es presidente de la Sociedad Hemingway, que agrupa a unos 500 estudiosos, coleccionistas y seguidores del escritor. En el restaurante Hemingway de Sarasota, en Florida, otro centro de fascinaci¨®n con el escritor menos serio que la mencionada sociedad, se celebr¨® el pasado lunes el octavo concurso de dobles de Hemingway y una fiesta de cumplea?os en su honor. En Key West, donde hay m¨¢s apariencia de respeto a la figura literaria de Hemingway, los amantes de los libros acuden a la librer¨ªa Kew West Island Book Store para ver, tocar y eventualmente comprar primeras ediciones firmadas. En el peor de los casos, siempre es m¨¢s estimulante comprar all¨ª uno de sus libros que hacerlo en unos grandes almacenes. Hemingway escribi¨® durante los 11 a?os de su estancia en Key West tres de sus obras m¨¢s conocidas: Por qui¨¦n doblan las campanas, Adi¨®s a las armas y Tener y no tener.
Durante toda esta semana se ha celebrado el Festival del Centenario en Key West, con un programa que incluye eventos literarios, como un concurso de relatos y una lectura en p¨²blico de fragmentos de sus obras a cargo de una de las nietas del escritor, y tambi¨¦n deportivos, como un concurso de pesca. Igual que en Chicago y en Sarasota, tambi¨¦n en Key West se corren los falsos toros de Pamplona y se celebra un concurso de dobles. Todo ello en nombre de una persona que probablemente ver¨ªa con horror en qu¨¦ ha quedado el recuerdo de su vida y de su obra en su pa¨ªs natal.
Tambi¨¦n en Cuba se ha celebrado profusamente el centenario de Hemingway, que estuvo vinculado a la isla durante dos d¨¦cadas. Exposiciones, coloquios, conciertos y representaciones teatrales son algunos de los actos celebrados en La Habana desde el pasado enero.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.