Un torero visiblemente enojado

Vicente Barrera se march¨® visiblemente enojado de la plaza. Hab¨ªa cortado una oreja con su primero. Hubo fuerte petici¨®n en el que cerraba plaza y daba fuertes manotazos contra las tablas. El p¨²blico ped¨ªa trofeo. Barrera miraba a la presidencia y mascullaba. Arreciaba y se manten¨ªa el cl¨ªmax de la petici¨®n. Tras unos minutos de suspense, el desenlace; arrastraron al animal con sus orejas. Barrera trag¨® saliva, salud¨® en el tercio y se march¨® cabizbajo. Antes hab¨ªa dicho, tras cortar la oreja de su primer enemigo: "El inicio de la feria no ha sido malo. He dado muletazos de calidad, a pesar de que el de Samuel se ha ido a tablas. Ahora estoy contento".Pero la feria es as¨ª, agridulce, como algunos platos chinos. Y, claro, cada uno la cuenta seg¨²n le va. Enrique Ponce, entre abrazos y felitaciones, estaba feliz: "He cortado dos orejas de ley porque el animal sab¨ªa d¨®nde estaba yo y, al principio, parec¨ªa que quer¨ªa irse. Pero le he provocado la arrancada y evitado que se viniera andando. Me alegra este triunfo, adem¨¢s, porque el toro es de Samuel Flores y lo tengo por amigo. La corrida se ha venido arriba". Y tanto. El coso era un frenes¨ª. Maestro Espartaco, ?c¨®mo vive un torero un momento como ¨¦ste? "Con mucha emoci¨®n al ver al p¨²blico enardecido y disfrutando. Esto es un espect¨¢culo bello. Yo lo disfruto como aficionado, como torero y como compa?ero. L¨¢stima que hoy la espada me haya impedido saborear el triunfo". Quiz¨¢ otro d¨ªa la feria sea al rev¨¦s.