Zaplana presenta un Consell de fieles que le sirva como plataforma para la pol¨ªtica nacional

Objetivo: La Moncloa. O, en su defecto, una mayor presencia e influencia en la pol¨ªtica espa?ola. El primer Consell de la segunda, y ¨²ltima, legislatura de Eduardo Zaplana al frente de la Generalitat es toda una plataforma sobre la que auparse para dar el salto a Madrid. El presidente del gobierno valenciano ha reunido a su alredor a un grupo de personas de su absoluta confianza y probada fidelidad que le permitan dedicarse por entero a los proyectos estrat¨¦gicos, pol¨ªticos y de inversiones, dejando los asuntos dom¨¦sticos en manos de Jos¨¦ Luis Olivas y Joaqu¨ªn Ripoll.

Las dos vicepresidencias del nuevo Consell, cuyas competencias est¨¢n a¨²n por determinar a la espera de la elaboraci¨®n de los reglamentos, pondr¨¢n en manos de Olivas y de Ripoll una importante porci¨®n de poder para coordinar las tareas de gobierno, toda vez que Zaplana pretende dedicarse a proyectos pol¨ªticos de alcance nacional. Una fuente del PP aseguraba que el objetivo prioritario del presidente de la Generalitat en esta nueva legislatura iba a ser la de "proyectar la imagen de la Comunidad Valenciana en Espa?a que supone, necesariamente, su propia proyecci¨®n personal y pol¨ªtica". Para alcanzar este objetivo Zaplana se ha rodeado de un grupo de personas de su absoluta confianza y de probada fidelidad personal. Un Gobierno que se calificaba desde el entorno de presidencia como "sin fisuras y que responde a la imagen de centro reformista coherente con las ideas expresadas en el discurso de investidura". De hecho, en el actual Consell s¨®lo hay un consejero, Seraf¨ªn Castellano, que proviene de la desaparecida Alianza Popular. El resto es una amalgama de antiguos militantes de la UCD, ex CDS (Jos¨¦ Emilio Cervera), ex PSOE (Rafael Blasco), ex UV (Mar¨ªa ?ngels Ram¨®n-Llin) y militantes de nuevo cu?o del PP. Dirigentes de este partido insist¨ªan ayer en presentar el ejecutivo como de "centro-izquierda". Una de las caracter¨ªsticas de este nuevo Gobierno, por contraste con el primero que form¨® Eduardo Zaplana en 1995, es el notable incremento del peso pol¨ªtico de la provincia de Valencia frente a Alicante y Castell¨®n. Si en aqu¨¦l los alicantinos tuvieron una notable influencia con la presencia de Ripoll, Cartagena y Such, en ¨¦ste son los representantes de la provincia de Valencia quienes, con siete consejeros sobre doce, adquieren un mayor protagonismo. Por contra, el presidente del PP en Castell¨®n ha visto c¨®mo sus candidatos se han quedado en la cuneta. Fernando Castell¨® y Vicente Rambla no son precisamente los consejeros que hubiera deseado Carlos Fabra, que apostaba por colocar a una mujer de su confianza y a Jos¨¦ Luis Ram¨ªrez al frente de Industria. La cuesti¨®n de la cuota femenina se ha resuelto recurriendo al segundo nivel. Eduardo Zaplana quer¨ªa tener a tres mujeres en el Consell, pero el tope legal impuesto por el Estatuto que limita a diez el n¨²mero de consejer¨ªas redujo a dos la presencia de consejeras (Carmen Mas y Mar¨ªa ?ngels Ram¨®n) y provoc¨® que Alicia de Miguel tuviera que conformarse con ser portavoz del Consell con rango de subsecretaria, aunque se sentar¨¢ en la mesa donde se celebran los plenos del Gobierno. La decepci¨®n vino del lado de Carmen Galipienso, quien pens¨® que iba a ser consejera -incluso recibi¨® las felicitaciones de algunos de sus compa?eros- porque aparec¨ªa en una de las quinielas publicadas ayer. Vicente Mart¨ªnez Pujalte tambi¨¦n sufri¨® una seria decepci¨®n. El martes estaba confirmado como el nuevo consejero de Sanidad, pero una llamada de Rodrigo Rato frustr¨® todas sus ilusiones. El vicepresidente segundo de Aznar no quiso prescindir del actual portavoz de la comisi¨®n de Econom¨ªa y Hacienda del Partido Popular en el Congreso de los Diputados en unas fechas en que se discuten los presupuestos del a?o 2000. El regreso de Rafael Blasco a la mesa del Consell, tras su ¨¦poca socialista, fue sin duda una de las grandes sorpresas de la jornada. Su destino como consejero de Empleo era interpretado de forma contradictoria seg¨²n las fuentes consultadas. Para unas, su nombramiento era todo un ascenso; mientras que otras no dudaban en afirmar que se trataba de "una patada por elevaci¨®n para separarle del n¨²cleo de Presidencia" a una consejer¨ªa de rango menor, toda vez que Blasco aspiraba a una hipot¨¦tica ¨¢rea de Medio Ambiente y Ordenaci¨®n del Territorio. Su desginaci¨®n, al igual que la de Ram¨®n-Llin, provoc¨® algunas reacciones negativas en el PP que entend¨ªan "se estaba premiando a los tr¨¢nsfugas". Por otra parte, la elecci¨®n como consejeros de personas clave en la organizaci¨®n del PP, como Olivas o Castellano, no supone autom¨¢ticamente que tengan que abandonar sus responsabilidades en la direcci¨®n regional del partido en el congreso que se celebrar¨¢ en septiembre. "El modelo de Aznar, se?alaron varias fuentes, no tiene porqu¨¦ ser el de Zaplana". Por ¨²ltimo, se?alar que, a diferencia de lo que ocurri¨® en 1995, en esta legislatura no dimitir¨¢n de sus esca?os en las Cortes Valencianas todos los consejeros. Olivas, Ripoll y Taranc¨®n compaginar¨¢n sus cargos en el Consell y el parlamento, pero no as¨ª Seraf¨ªn Castellano, Ram¨®n-Llin, Fernando Castell¨® y Carmen Mas que tendr¨¢n que dimitir de diputados. P?GINAS 3 y 4