Mon¨®tona velada de los 'tres bar¨ªtonos' en Peralada

Inventada con motivo del Mundial de 1990 en Italia, la f¨®rmula de unir a tres tenores sobre un escenario -Jos¨¦ Carreras, Pl¨¢cido Domingo y Luciano Pavarotti-, que por obra de la mercadotecnia se han convertido en los tres tenores, ha perdido con la reiteraci¨®n la gracia y el morbo que supuso ver compartir concierto a rivales de los escenarios l¨ªricos.El ¨¦xito del invento tuvo secuelas no s¨®lo de los propios protagonistas de la entonces novedosa propuesta, sino de sopranos, bajos e incluso contratenores. El s¨¢bado por la noche, el Festival de Peralada (Girona) present¨® la ¨²ltima versi¨®n de la f¨®rmula al unir a tres bar¨ªtonos espa?oles de intachable carrera internacional: Carlos ?lvarez, Carlos Chausson y Juan Pons, que protagonizaron una velada que evidenci¨® el agotamiento de la f¨®rmula pese a la indiscutible calidad de los int¨¦rpretes. Mon¨®tono. ?ste es el adjetivo que mejor define la velada con los tres bar¨ªtonos. La monoton¨ªa de una sola tesitura a tres voces, que provoc¨® m¨¢s de un bostezo. La propuesta se plante¨® como un concierto serio, sin canciones populares ni napolitanas, con un programa exclusivamente l¨ªrico a base de arias y un d¨²o de ¨®peras de Mozart, Rossini, Donizetti Verdi y Gounod.

Desequilibrio

La ¨²nica transgresi¨®n fue la Canci¨®n del toreador (Votre toast, je peux vous le rendre), de la ¨®pera Carmen, de Bizet, con la que concluy¨® el concierto, y que ?lvarez, Chausson y Pons cantaron pas¨¢ndose las estrofas uno a otro y haciendo los tres el coro. La ordenaci¨®n por compositores y de forma cronol¨®gica de los fragmentos oper¨ªsticos confiri¨® coherencia, pero desequilibr¨® las intervenciones. El zaragozano Carlos Chausson es un bajo-bar¨ªtono especializado en personajes buffo-c¨®micos con mucho Donizetti, Rosssini y Mozart a sus espaldas, que por el orden establecido en el programa le convirti¨® en el protagonista de la primera parte. El menorqu¨ªn Juan Pons y el malague?o Carlos ?lvarez, con repertorios centrados en Verdi, impusieron su presenacia en la segunda.

Chausson es un profesional experimentado. Su seguridad sobre el escenario, dicci¨®n perfecta y convincente bis c¨®mica son una garant¨ªa de ¨¦xito. Su Gi¨¤ d"insolito ardore de La italiana en Argel, de Rossini, arranc¨® aplausos del p¨²blico antes de que finalizara. Juan Pons tiene tan interiorizados los personajes de Giorgio Germont, de La Traviata; Iago, de Otello, y Falstaff, que consigue, incluso sin escenograf¨ªa, transportar al p¨²blico a las situaciones de los personajes. El s¨¢bado, alg¨²n problema de emisi¨®n hizo intuir alguna afecci¨®n de laringe. Carlos ?lvarez no s¨®lo poesee una bella y timbrada voz, sino tambi¨¦n un instinto musical de primera; su presencia f¨ªsica y su arrojo interpretativo seducen en pocos minutos al p¨²blico, que en Peralada le vitore¨® intensamente. La Orquestra Simf¨®nica de Barcelona acompa?¨®, bajo la direcci¨®n segura y atenta para las voces del suizo Mathias Aeschbacher, con solvencia y siempre en un eficaz segundo plano a los bar¨ªtonos.