Antecedentes pol¨ªticos del derribo de 'La Pagoda'
El catedr¨¢tico Carlos Sambricio afirma que la comisi¨®n t¨¦cnica asesora mantuvo la protecci¨®n para la torre de Fisac
Los picos de La Pagoda, de Miguel Fisac, el edificio singular de la calle madrile?a de Josefa Varc¨¢rcel demolido en parte en un confuso proceso supuestamente urban¨ªstico, siguen girando como las aspas de una cortante h¨¦lice. En una nueva vuelta de sus afiladas aspas, otro testimonio vino ayer a proyectar m¨¢s sombras sobre la verdadera responsabilidad en la autorizaci¨®n del derribo. Carlos Sambricio, catedr¨¢tico de Historia de la Arquitectura y del Urbanismo en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid, hizo ayer a este peri¨®dico un rotundo ment¨ªs: "La comisi¨®n mixta asesora que estudi¨® los edificios catalogados, de la que yo form¨¦ parte", explica, "nunca retir¨® la protecci¨®n integral m¨¢xima de la que gozaba el edificio de Miguel Fisac", se?ala el catedr¨¢tico.Carlos Sambricio se refer¨ªa al estudio sobre aproximadamente un millar de edificios de arquitectura contempor¨¢nea, erigidos entre 1950 y 1970, presentado el 22 de diciembre de 1990 a la Comisi¨®n tras ser elaborado por los arquitectos Julio Cano Lasso y Javier Carvajal, en el cual La Pagoda, de Fisac, qued¨® incluida, con aproximadamente 600 construcciones m¨¢s. El edificio paraboloide hiperb¨®lico de la autopista que une Madrid con el aeropuerto de Barajas revalid¨® el 31 de enero de 1994 su catalogaci¨®n de protecci¨®n integral, m¨¢ximo grado de cobertura urban¨ªstica, con la cual hab¨ªa sido guarecido previamente por Cano y Carvajal. "No ha habido responsabilidad de los t¨¦cnicos", dijo contundentemente Carlos Sambricio en defensa de los arquitectos que elaboraron, primero, y supervisaron, despu¨¦s, la catalogaci¨®n. "Decir ahora que la comisi¨®n asesora retir¨® la protecci¨®n integral de La Pagoda es falso y, adem¨¢s, falaz, entre otras razones porque aquel organismo mixto era de asesor¨ªa, por lo cual carec¨ªa de poderes de decisi¨®n", subraya el catedr¨¢tico madrile?o. "Asimismo", a?ade, "nunca un edificio que goza de ese grado de protecci¨®n experimenta un recorte tan dr¨¢stico, desde el m¨¢ximo protector hasta la completa desprotecci¨®n. La pr¨¢ctica usual, en todos los casos, consiste en respetar la catalogaci¨®n de procedencia, o bien en reducirla a un grado inferior, pero nunca se aplica un criterio tan r¨ªgido", agrega.
"La tipolog¨ªa de la protecci¨®n urban¨ªstica", explica Javier Guti¨¦rrez, a la saz¨®n miembro de la comisi¨®n asesora en representaci¨®n de la direcci¨®n general de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid, "contaba con tres grados, de mayor a menor: integral, estructural y ambiental. Cada tipo inclu¨ªa dos subtipos. La denominada integral puede ser singular, que protege lo que se considera arquet¨ªpicamente un monumento, y otra, meramente integral. La protecci¨®n estructural permit¨ªa mantener algunos aspectos estructurales internos del edificio y la modificaci¨®n de otros, pero siempre manten¨ªa indemne la fachada. En cuanto a la ambiental", agrega, "autoriza parcialmente demoliciones, siempre y cuando se produzca una mejora de los elementos integrantes del edificio original. En el caso de los edificios de arquitectura contempor¨¢nea", explica el miembro de aquella comisi¨®n asesora, "surge la particularidad seg¨²n la cual las protecciones parciales no tienen objeto, dada su integridad arquitect¨®nica, a diferencia de las que suelen aplicarse en el casco hist¨®rico, donde la mera conservaci¨®n de la fachada puede permitir arreglos internos que conservan su valor hist¨®rico", concluye. Otra particularidad es de naturaleza fiscal. Los edificios contempor¨¢neos sometidos a protecci¨®n integral no pagan el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI). Lo sucedido puede explicarse desde esta clave hipot¨¦tica, sugiere otro experto consultado. Del millar aproximado de construcciones contempor¨¢neas estudiadas entonces, alguien, alguna autoridad, redujo esa cifra a unos tres centenares largos -Cano Lasso se ci?¨® a 353-, con lo cual sobrevino un aumento de ingresos fiscales derivado de tal reducci¨®n y un ahorro, correlativo, en los protegidos.
El circuito seguido por la catalogaci¨®n se iniciaba en la Oficina Municipal del Plan, que encarg¨® el estudio a ocho equipos, dos de los cuales, que trataban s¨®lo sobre arquitectura contempor¨¢nea, fueron dirigidos por Cano y Carvajal. Segu¨ªa luego tr¨¢mite ante la Comisi¨®n Asesora, para retornar a la Oficina del Plan, que daba la catalogaci¨®n definitiva.
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