El "efecto Schumacher"
Los reiterados errores del equipo McLaren-Mercedes desde que su enemigo principal, el piloto de Ferrari Michael Schumacher, se qued¨® en el dique seco tras el grave accidente que sufri¨® en el Gran Premio de Gran Breta?a, s¨®lo tienen una explicaci¨®n psicol¨®gica: su dependencia estrat¨¦gica del piloto alem¨¢n. La ausencia de Schumacher, unida al descaro y la irreverencia del irland¨¦s Eddie Irvine, ha conseguido poner nervioso al equipo m¨¢s g¨¦lido e impenetrable de la f¨®rmula 1, al que tal vez habr¨ªa que recomendarle una sesi¨®n colectiva en el div¨¢n del psicoanalista, un psicodrama en toda regla para superar la sensaci¨®n de orfandad que les agobia al haberse quedado sin su punto de referencia. Mientras tanto, en Maranello, en el feudo de los b¨®lidos rojos, el p¨¢rroco don Alberto mand¨® ayer que repicaran las campanas para celebrar el doblete conseguido por Ferrari en Hockenheim y el salto de Irvine a la cabeza del campeonato. Tambi¨¦n en Italia el efecto Schumacher ha tenido mucho que ver con lo que est¨¢ sucediendo, porque ahora empieza a quedar claro que la dependencia que el equipo m¨¢s emblem¨¢tico del automovilismo hab¨ªa desarrollado con el genial alem¨¢n pesaba, tal vez, m¨¢s de la cuenta y limitaba las posibilidades de un equipo que lo tiene todo para ser campe¨®n del mundo pero hace 20 a?os que no lo consigue. Hay que decir que los dos ¨²ltimos grandes premios eran, sobre el papel, favorables a los b¨®lidos plateados con motor Mercedes, un pron¨®stico que asum¨ªa el propio Schumacher, convaleciente en Suiza. Pero ahora todo ha cambiado. Pasado ya el ecuador del campeonato, lo menos que puede decirse es que ¨¦sta es la temporada de las paradojas. Desde la inesperada eclosi¨®n de Irvine, ya vencedor en el primer gran premio del a?o, hasta la peripecia vital del otro finland¨¦s, Mika Salo, dejado en la cuneta, en el ¨²ltimo momento, por el equipo Arrows; repescado por BAR, mediada la temporada, sin pena ni gloria, y reconvertido en el h¨¦roe de Ferrari que cede la primera plaza a su compa?ero en beneficio del equipo. Aunque, para paradoja, la de los dos pilotos espa?oles. El te¨®rico n¨²mero uno, Pedro Mart¨ªnez de la Rosa, se desespera intentando hacerse notar con un coche que, como ¨¦l mismo reconoce, ya ni siquiera va a evolucionar en lo que resta de temporada. El punto que arranc¨® en Australia ser¨¢ todo lo que saque de un a?o maldito. Por no mencionar el hecho de que cuando Damon Hill anunci¨® su intenci¨®n de retirarse, hace unas semanas, quien hubiera heredado el Jordan, el coche m¨¢s competitivo del campeonato a excepci¨®n de los McLaren y Ferrari, hubiera sido ¨¦l de haber seguido como piloto probador de esta escuder¨ªa. Todo lo contrario debe sucederle a Marc Gen¨¦, llegado a la f¨®rmula 1 casi de rebote, en el ¨²ltimo momento, al equipo cenicienta, Minardi, y que ahora se permite el lujo de pelear entre el grueso del pelot¨®n y acabar un gran premio sin ser doblado, adem¨¢s de impresionar durante los entrenamientos y ganarse la condici¨®n de primer piloto de su equipo sin dejar lugar a dudas. As¨ª, mientras unos suben o se revalorizan, como el hispanoalem¨¢n Heinz Harald Frentzen, otros decepcionan, como Jacques Villeneuve. El mercado de pilotos, ahora en plena ebullici¨®n, de buen seguro tomar¨¢ nota de los cambios de cotizaci¨®n.
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