Solo nos falta la tuna
JAVIER MINA Hay una novela por ah¨ª cuyo protagonista antes de entregarse al lucrativo negocio de asaltar bancos se dedicaba a ense?ar filosof¨ªa no menos lucrativamente habida cuenta la relaci¨®n coste-beneficio del proceso que le llev¨® a la c¨¢tedra: "Hice de los jonios mi especialidad. Muy poca gente se da cuenta de que uno puede leer la obra completa existente de los jonios, lenta y cuidadosamente, en una hora. La mayor parte de esta obra viene en c¨®modos paquetes de aforismos. Importante en extremo: ellos fueron los primeros a quienes atraparon en un intento de hacer algo con su raz¨®n, los inventores del pensamiento y la ciencia remunerada -lo que suele encontrarse uno en la universidad- y resultan maravillosamente concisos". Por raro que parezca, lo citado ocurre en Cambridge y no en una de nuestras facultades veraniegas famosas no por disparar la capacidad de bronceado sino por intentar darles tono a las meninges. Para muestra un bot¨®n. A cierto adalid de nuestras esencias -los expedientes acad¨¦micos son como los de los enfermos, se cita el pecado pero no el pecador- le ha bastado con asistir un rato a la Joan Fuster para referirse a los ¨²ltimos atentados con el siguiente y abrumador p¨¢rrafo: "Todas las acciones perturbadoras de la convivencia, y que en el orden personal significan vulneraci¨®n de derechos individuales, entorpecen y dificultan la consolidaci¨®n de un clima de confianza". ?Con lo f¨¢cil que hubiera sido llamarlas por su nombre y condenarlas! S¨®lo que entonces no se le hubiera visto el plumero erudito sino el que nada le interesa. Por no ser menos, otro alumno aventajado de la c¨¢tedra estival e igualmente buceador de lo nuestro m¨¢s genuino ha preferido revisar sus conocimientos matem¨¢ticos y as¨ª donde dijo aquello tan revolucionador y epistemol¨®gico de que en pol¨ªtica dos m¨¢s dos no suman cuatro, dice que "si con 24 mahaikides hemos sido capaces de hacer lo que hemos hecho en un a?o y medio, qu¨¦ no seremos capaces de hacer a partir de ahora con 48 miembros en la direcci¨®n". Ojal¨¢ hagan m¨¢s, mejor y cada vez menos excluyente pero en sus palabras resuena lo de aquel que se pasmaba imaginando el Quijote que hubiera podido escribir Cervantes con dos manos visto el que fue capaz de escribir con una sola. Por supuesto, quienes tambi¨¦n se han dado una vuelta por las aulas de la can¨ªcula pero en su vertiente historia sagrada han sido los fabricantes del nuevo eslogan tur¨ªstico del Gobierno que nos gobierna y parquetematiza, de lo contrario no sostendr¨ªan que en su "Euskadi, con mucho gusto" preferieron Euskadi a Pa¨ªs Vasco porque "Euskadi es una marca". As¨ª se explica que s¨®lo se utilice Euskal Herria para llamar a lo mismo. ?Que por qu¨¦? No, no corra a matricularse a un cursillo acelerado en el campus veraniego que les venga m¨¢s a mano, yo se lo dir¨¦: porque con ello evitan pagar el canon de copirrait que supondr¨ªa utilizar una marca registrada. Me consta que en cierto conservatorio de m¨²sica y de verano est¨¢n probando arreglos para rellenar las notas que supondr¨ªa llevar el cambio a canciones tan populares como Gora Euskadi o el mism¨ªsimo Eusko Gudariak. ?Por Tutatis y que en otros p¨¢ramos tambi¨¦n cuecen habas! ?C¨®mo se explica si no es a trav¨¦s de unos estragos de verano -universitario- que ¨¦stos anden metidos en la bot¨¢nica del lino aqu¨¦llos en la perrolog¨ªa de las razas asesinas o la metaf¨ªsica de la financiaci¨®n auton¨®mica y que al propio Papa le haya dado por especular sobre el lugar donde se encuentra el Cielo? Quiz¨¢s no le ayude mucho pero deber¨ªa saber que seg¨²n algunos estudiosos -de invierno, ¨¦stos -el primer idioma que se habl¨® en el Para¨ªso fue el euskera, con que por ah¨ª pod¨ªa buscar orientaci¨®n. Lo cierto es que empezamos a vivir como Dios, y ah¨ª tendr¨ªa otra pista. De hecho, suenan a m¨²sica celestial las jerem¨ªadas de los m¨¢s empedernidos cuando se lamentan, v. g., de que cualquier esbozo de autocr¨ªtica es utilizado "por la trinchera de combate al nacionalismo" pues se ve que ah¨ª hay m¨¢s casco que cabeza y que estas batallitas y otros chistes s¨®lo sirven para que el personal se sienta en las nubes.
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