El Festival de Salzburgo acoge un bello e inquietante "Doktor Faust", de Busoni
El director de escena Peter Mussbach opta por una versi¨®n de est¨¦tica desoladora
ENVIADO ESPECIALEl Festival de Salzburgo y el Metropolitan de Nueva York se han unido para realizar una producci¨®n de Doktor Faust, de Ferruccio Busoni (1866-1924), estrenada anteayer en la sala grande de la Festspielhaus. No han regateado medios. El director de escena Peter Mussbach se ha rodeado de un equipo s¨®lido -escenograf¨ªa de Erich Wonder, vestuario de Andres Schmidt-Futterer, luminotecnia de Konrad Lindenberg- para levantar una propuesta inquietante y bella que incide en la est¨¦tica de la desolaci¨®n.
Los or¨ªgenes de la leyenda de Fausto se remontan al siglo XVI. Busoni parti¨® para el libreto de su ¨®pera de una pieza de marionetas anterior a la obra de Goethe, pero parad¨®jicamente es m¨¢s fiel al esp¨ªritu del escritor alem¨¢n que muchos de los que se inspiraron en ¨¦l. La ¨®pera es musicalmente importante y est¨¢ estructurada en seis cuadros: dos pr¨®logos, un intermedio y tres actos principales alrededor de la boda de los duques de Parma, una discusi¨®n filos¨®fica en una taberna y el pesimista desenlace final. Funcionan todos ellos independientemente desde el punto de vista formal, aunque adquieren su pleno sentido en la relaci¨®n mutua. Se prescinde en la ¨®pera de elementos sentimentales como los ligados al personaje de Margarita, se concentra la expresi¨®n musical en el viaje a ninguna parte de Fausto. En la m¨²sica est¨¢n latentes los conflictos entre posromanticismo y nuevos lenguajes musicales de la ¨¦poca, la doble nacionalidad del autor ("pienso en alem¨¢n y sue?o en italiano", sol¨ªa decir), las consecuencias generadas por la I Guerra Mundial. Busoni vivi¨® m¨¢s de 10 a?os obsesionado por poner en pie una partitura que al final se convertir¨ªa en su testamento musical. No logr¨® terminarla. Tuvo que ser su disc¨ªpulo Philipp Jarnach el que diese el toque final con que se estren¨® en Dresde en 1925, dirigida por Fritz Busch. Peter Mussbach es un director de escena cuyo concepto narrativo se apoya fundamentalmente en los valores pl¨¢stico-ambientales y en la sugerencia a trav¨¦s del enamoramiento visual. En Doktor Faust opta por crear un clima de pesadilla, fantasmag¨®rico, de enso?aci¨®n, claustrof¨®bico, inquietante hasta el desasosiego. Los personajes viven la realidad en un marco de irrealidad. Son m¨¢scaras, fantasmas del inconsciente. A Mussbach le importa m¨¢s retratar esta atm¨®sfera de opresi¨®n, de desolaci¨®n, que insistir en buscar perfiles teatrales excesivamente definidos. La escenograf¨ªa de Wonder incide en unas geometr¨ªas cerradas y absorbentes, o en unos misteriosos espacios abiertos casi inasequibles. Tiene colores puros a lo Rothko y otros en el l¨ªmite de la indefinici¨®n. Su ¨²ltimo cuadro es escalofriante por su soledad de fondo para enmarcar la degradaci¨®n de Fausto, con la noche, la nieve y unos postes el¨¦ctricos. K. Lindenberg da una lecci¨®n magistral de iluminaci¨®n con unas sutil¨ªsimas gradaciones que crean unas situaciones angustiosas sin perder la fascinaci¨®n de una belleza extra?a y atormentada. Los figurines de Schmidt-Futterer alimentan tambi¨¦n la atm¨®sfera de pesadilla. La escena de la taberna o la de la boda tienen su sentido ¨²ltimo en esa forma de narrar con predominio de la hipnosis visual. Es un tipo de est¨¦tica que encuentra en esta obra un escenario ideal, al ser el viaje de Fausto m¨¢s interior que exterior, tan irracional como enigm¨¢tico. Evidentemente, la pasi¨®n teatral corresponde a la m¨²sica.
Precisi¨®n milim¨¦trica
Nada habr¨ªa sido tan hechizante sin una direcci¨®n tan virtuosista como la de Ken Nagano. Llev¨® la obra con una precisi¨®n milim¨¦trica, imbuido tambi¨¦n del clima de pesadilla, extrayendo un sonido et¨¦reo, ambiguo, refinado y hasta enfermizo de la secci¨®n de cuerda en las escenas donde los conflictos est¨¢n latentes, e impulsando toda la brillantez imaginable de la orquesta cuando la partitura invita a ello. La Filarm¨®nica de Viena estuvo excelsa bajo su direcci¨®n. Thomas Hampson y Chris Merritt encarnaron a Fausto y Mefist¨®feles, respectivamente. Convencieron. El bar¨ªtono es un cantante comunicativo, de extraordinaria elegancia en la l¨ªnea de canto; el tenor ha experimentado una gran evoluci¨®n desde sus brillantes primeros pasos rossinianos. Una sorpresa agradable fue la duquesa de Parma de Katarina Dalayman. El coro de la ?pera de Viena brill¨® en la escena de la taberna y estuvo muy matizado en el resto de sus intervenciones.
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