Trabajar con peligro
Los sindicatos pretenden poner a prueba al sector de la construcci¨®n. UGT y Comisiones Obreras (CC OO), en colaboraci¨®n con la Junta de Andaluc¨ªa, han puesto en marcha un plan de choque para intentar frenar el alto ¨ªndice de siniestralidad. En lo que va de a?o, se han producido en Andaluc¨ªa 49 accidentes mortales. El plan proyectado pretende examinar la mayor parte de las obras que se est¨¢n realizando en la regi¨®n y facilitar formaci¨®n de los trabajadores. Con este doble objetivo, los promotores del programa de seguridad aspiran a recordar a los empresarios su obligaci¨®n de cumplir la Ley de Prevenci¨®n de Riesgos Laborales e implantar una cultura de prevenci¨®n en los trabajadores, para que se conciencien de la necesidad de trabajar sin jugarse la vida en el andamio. Sebasti¨¢n Castillo y Pedro Cervantes son dos de los t¨¦cnicos de prevenci¨®n que forman parte de la batalla emprendida contra la siniestralidad por el sindicato UGT. El pasado lunes, con folletos informativos y carteles como ¨²nicas armas, se marcharon a una zona de Sevilla en expansi¨®n, Los Bermejales, dispuestos a cumplir una misi¨®n que no siempre se presenta f¨¢cil. El primer escollo que tuvieron que afrontar fue obtener el correspondiente permiso para visitar una obra. Intento fallido. Comenzaron la jornada encajando la negativa del jefe de obras de la empresa Necso, Ignacio Gallego. A su cargo est¨¢n 300 obreros y la responsabilidad de construir 434 viviendas. En sus 14 a?os de profesi¨®n, Gallego consider¨® que en las grandes empresas existen suficientes medidas de seguridad y asegur¨® que "el problema radica en las peque?as construcciones". Sin embargo se?al¨® a los operarios como los principales responsables de los incumplimientos sobre prevenci¨®n. Algunos trabajadores, afirma, "hacen o¨ªdos sordos" a las medidas de protecci¨®n que exigen los encargados de obra. Gallego afirm¨® que se han visto obligados en algunos casos a "despedir" a obreros por no ponerse el cintur¨®n de seguridad u otros elementos protectores facilitados por la empresa constructora. Opini¨®n compartida por Carmelo Campos, encargado de obra de la empresa Noriega. Seg¨²n ¨¦ste, los trabajadores de este sector "son profesionales, pero no conciben que los primeros perjudicados son ellos". Las labores de vigilancia de Campos no siempre resultan f¨¢ciles. Con 40 grados de temperatura le cuesta convencer a los operarios de la necesidad de usar el casco . "Tenemos que estar constantemente haciendo partes por no utilizar el material de prevenci¨®n", comenta. Sin embargo, a su entender, la siniestralidad laboral tambi¨¦n forma parte del destino de cada uno de los operarios. "Las obras son un nido de trampas y muchas veces ocurren estas cosas. Estamos constantemente tocando el riesgo", subray¨®. Riesgos Pero al riesgo tambi¨¦n se le dan facilidades. Durante la visita a la obra de Noriega, que construye una treintena de viviendas, se detectaron varias carencias. Dos trabajadores estaban montando un pilar al borde de un precipicio de m¨¢s de cinco metros sin ning¨²n tipo de protecci¨®n. No se hab¨ªan colocado redes ni barandillas. Uno de ellos, Manuel, con tan solo 16 a?os de edad y realizando sus primeros trabajos en la construcci¨®n, se estaba jugando la vida sin ser consciente de ello. La falta era responsabilidad del jefe de estructuras, dependiente de una subcontrata. Campos recrimin¨® su actuaci¨®n y le record¨® que en tres anteriores ocasiones le hab¨ªa parado la obra. La justificaci¨®n del responsable, que se identific¨® como Francisco, fue que no hab¨ªa dado tiempo a trasladar las redes protectoras debido a la llegada de la gr¨²a que deb¨ªa descargar el hormig¨®n. La prioridad fue el llenado de los pilares en vez de la seguridad. Y es que la prisa es la peor compa?era del andamio. As¨ª lo interpret¨® el encargado de colocar las guindolas en la Obra de Necso. Con el cintur¨®n de seguridad cubriendo su cintura, admiti¨® que los accidentes "son algo normal" cuando hay que trabajar a destajo. Pertenece a una subcontrata y cobra por la cantidad de trabajo realizado. "Si te vas enganchando y desenganchando al cintur¨®n pierdes mucho tiempo", asegura. Casado y con cuatro hijos, que no muestran inter¨¦s por seguir los pasos del padre, el encargado lament¨® la existencia de alba?iles de primera y segunda clase; aquellos que forman parte de la plantilla de una empresa importante tienen menos posibilidades de sufrir un accidente y los que tienen contratos precarios se juegan la integridad f¨ªsica para poder incrementar la productividad y obtener un mayor salario. Pese a las faltas detectadas en los comportamientos de los trabajadores, los sindicalistas terminaron su ronda de inspecci¨®n sin cambiar su teor¨ªa: el obrero es la parte m¨¢s d¨¦bil de la cadena de prevenci¨®n. "Hasta que un empresario no vaya a la c¨¢rcel los accidentes no van a parar", afirm¨®.
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