Ayudar a Montenegro
Durante esta d¨¦cada se ha derramado demasiada sangre como consecuencia de la independencia de algunas rep¨²blicas que formaban parte de Yugoslavia. M¨¢s de una vez el trastorno resultante ha arrastrado a EE UU a la guerra o a obligaciones de pacificaci¨®n. Ahora que una de las dos rep¨²blicas que a¨²n pertenece a Yugoslavia comienza a hablar sobre separaci¨®n y autonom¨ªa, es necesario que EE UU le preste atenci¨®n.La semana pasada, Montenegro, la hermana peque?a de Serbia dentro de la truncada Rep¨²blica Federal de Yugoslavia, reclam¨® nuevos poderes de peso dentro de la federaci¨®n. Si no le son concedidos, el Gobierno montenegrino se ver¨¢ forzado a celebrar un refer¨¦ndum sobre la independencia. (...) Montenegro quiere permanecer dentro de Yugoslavia pero pretende disponer de una moneda propia, de su propio ministro de Asuntos Exteriores y de su propio mando militar. En un sentido amplio, su t¨¢ctica es la respuesta inevitable a la brutalidad y al nacionalismo hostil de Milosevic y su r¨¦gimen. (...)
Montenegro ha proporcionado un esperanzador contraste frente al autoritario r¨¦gimen de Milosevic. El presidente Djukanovic apoya el establecimiento de instituciones democr¨¢ticas. Montenegro ha dado refugio a los dem¨®cratas serbios expulsados de su pa¨ªs. (...) Ahora, la esperanza reside en que las presiones de Montenegro sean otro factor m¨¢s para persuadir a los serbios de que estar¨ªan mejor sin Milosevic. Pero existe la posibilidad de que el dictador, acorralado, busque salvarse atacando una vez m¨¢s. EE UU y sus aliados deber¨ªan estar preparados para ambas posibilidades.
, 9 de agosto.
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