Europa se detiene al paso del "Sol Negro"
El fen¨®meno congreg¨® a cientos de millones de personas en el campo y en las ciudades en un ambiente de fiesta
El eclipse m¨¢s esperado y anunciado de la historia barri¨® ayer Europa. Empezando por Cornualles, al suroeste de Inglaterra, y acabando en el Mar Negro, su efecto, m¨¢s all¨¢ del oscurecimiento del cielo y la bajada de las temperaturas, provoc¨® paros en los trabajos, atascos sin f¨ªn en las carreteras y muchas fiestas en todo el continente. M¨¢s de un mill¨®n de curiosos se reunieron ayer en Devon y Cornualles, en el Reino Unido, para seguir el eclipse, informa Isaber Ferrer. Otras 500.000 personas siguieron el acontecimiento desde el mar en 100.000 embarcaciones, pese a las nubes, que aparecieron como hab¨ªan previsto los meteor¨®logos. Poco despu¨¦s de las 11 de la ma?ana la zona se sumi¨® en la oscuridad, rota s¨®lo por los destellos de miles de c¨¢maras fotogr¨¢ficas. Gritos de admiraci¨®n y risas entrecortadas acompa?aron a una pregunta recurrente entre los ni?os all¨ª sentados: "?Es hora de dormir?".La emoci¨®n dur¨® poco para algunos. Menos de una hora despu¨¦s de concluido el eclipse se colapsaba el servicio telef¨®nico del Moorfields Eye Hospital de Londres. M¨¢s de un centenar de personas aseguraron tener problemas de visi¨®n. "Poco podr¨¢n hacer por ellos si acaban teniendo una retinopat¨ªa solar", dijeron portavoces del hospital.
Algunas compa?¨ªas como la British Aerospace en Plymouth, en plena franja del eclipse total, dieron a sus trabajadores un d¨ªa de vacaciones pagadas. En la planta de autom¨®viles Toshiba pudieron verlo durante media hora de pausa en una pantalla gigante. En el resto de Cornualles y Devon, bancos y comercios cerraron durante el fen¨®meno para evitar robos y tumultos.
En el resto del pa¨ªs el eclipse fue parcial, pero seguido con similar inter¨¦s. En Londres salieron a la calle gran parte de los 227.000 empleados de la City. Se calcula que durante el tiempo que se tomaron libre los empleados del centro financieron dejaron de hacerse negocios por valor de 25.000 millones de pesetas. En el aeropuerto de Heathrow los vuelos salieron con normalidad, y hubo dos especiales: un par de aparatos Concorde con 100 pasajeros a bordo cada uno siguieron la estela del eclipse muy por encima de las nubes. Los dem¨¢s ciudadanos tuvieron que conformarse con ver las im¨¢genes transmitidas por televisi¨®n desde un avi¨®n de las Fuerzas A¨¦reas. Unas 200 personas acudieron en la tarde de ayer a hospitales brit¨¢nicos con molestias o lesiones en los ojos, tras haber observado el espect¨¢culo sin la protecci¨®n correcta.
Embotellamientos para entrar y salir de Par¨ªs, carreteras colapsadas en la franja de 110 kil¨®metros de ancho en la que el eclipse era total, trenes tan repletos en los que el revisor opt¨® por quedarse en el and¨¦n, nubes, muchas nubes, un poco de lluvia, y 30 millones de gafas especiales que fueron insuficientes marcaron la jornada en Francia, informa Octavi Mart¨ª.
Las 30.000 personas reunidas en los acantilados de Contentin no pudieron ver c¨®mo la Luna ocultaba al Sol durante m¨¢s de dos minutos a causa de la capa nubosa que cubr¨ªa Normand¨ªa. En otras zonas -la Champa?a, Alsacia, la Picard¨ªa- las nubes alternaban con los claros, y Jessye Norman pudo cantar ante la catedral de Reims con la ¨²nica luz de la corona solar. En el aer¨®dromo de Soissons la multitud reclam¨® a gritos la luz cuando se hizo la oscuridad. En Noyon habitantes y turistas respetaron un silencio de dos minutos y 15 segundos, s¨®lo roto por gallos desorientados ante el nuevo clarear.
B¨¦lgica recibi¨® al eclipse con su saludo m¨¢s tradicional: nubes y lluvia, informa Walter Oppenheimer. S¨®lo en Gaume, una de las siete localidades del sureste del pa¨ªs privilegiadas con el espect¨¢culo de un eclipse total, se pudo apreciar el fen¨®meno durante el par de minutos de plena magnitud. Las 130.000 personas desplazadas hacia la frontera con Luxemburgo y al norte de Francia embotellaron las carreteras. Las autoridades tuvieron que reforzar la seguridad en la estaci¨®n de Bruselas, donde los abarrotados trenes que se dirig¨ªan al sur eran tomados al asalto por viajeros sin billete.
En la Grand Place de la capital belga el chasco fue tan grande como el charco que se form¨®. Tan s¨®lo en los primeros 20 minutos de eclipse el Sol se asom¨® limpiamente. Pasado ese tiempo, un enorme nubarr¨®n hizo imposible durante m¨¢s de una hora observar el m¨¢s m¨ªnimo rastro del Sol. La penumbra cay¨® sobre la ciudad mucho antes de que la Luna oscureciera el brillo solar. Mientras, una fuerte tormenta convert¨ªa Bruselas en lo que es casi siempre: una ciudad triste y mojada.
Las nubes se abrieron algo en el ¨²ltimo minuto y alg¨²n peque?o resquicio permiti¨® a los bruselenses observar el Sol casi tapado por la Luna en el momento cumbre, cuando el eclipse alcanz¨® el 98% de ocultaci¨®n. A partir de entonces empez¨® a despejar, y en cuanto acab¨® el eclipse volvi¨® a brillar el Sol sobre la ciudad.
Todos los belgas sufrieron el paso del nubarr¨®n negro que tap¨® casi toda la evoluci¨®n del fen¨®meno. Pero todos los que quisieron tuvieron un momento de felicidad, un resquicio entre las nubes.
Stuttgart, capital del eclipse El eclipse alcanz¨® el territorio alem¨¢n ayer a las 11.10 horas en el Estado del Sarre, donde la oscuridad lleg¨® a ser total, informa Pilar Bonet. En Stuttgart, autoproclamada capital del eclipse, las nubes echaron a perder los primeros minutos hasta que el cielo se despej¨® a las 11.26 horas. Poco m¨¢s tarde, a las 12.29, se alcanzaba el punto de m¨¢xima oscuridad. El medio mill¨®n de curiosos reunido en el centro de la ciudad organiz¨® una gran algarab¨ªa durante los dos minutos y 17 segundos que dur¨® el eclipse total.
En M¨²nich, en cambio, el espect¨¢culo pudo contemplarse satisfactoriamente a partir de las 12.37 horas, pese a la ca¨ªda de ligeras lluvias. Tras el eclipse, en las autopistas de Baden-W¨¹rt-temberg los atascos automovil¨ªsticos no ten¨ªan precedentes en la historia del tr¨¢fico local y se extend¨ªan sobre un conjunto de 300 kil¨®metros.
Salzburgo fue la primera ciudad austriaca en observar el Sol negro, a las 12.39. Un tercio de la poblaci¨®n laboral activa de Austria pidi¨® vacaciones para contemplar el eclipse. En el centro de Viena y con los comercios cerrados, los grupos de turistas se mezclaban con vieneses que celebraban el eclipse como si se tratara de la noche de fin de a?o, sekt -una especie de cava local- incluido.
El director de la NASA Daniel Goldin y un grupo de 200 parlamentarios europeos siguieron el eclipse desde Ruman¨ªa, el pa¨ªs donde el eclipse total dur¨® m¨¢s, dos minutos y 26 segundos.
El resto de Europa tambi¨¦n not¨® los efectos del Sol negro. Los Gobiernos de Eslovaquia y Suiza interrumpieron sus reuniones para contemplarlo; los congregados en Praga (Rep¨²blica Checa) se amotinaron contra el mal tiempo; los bancos cerraron en Hungr¨ªa, donde los sindicatos pidieron infructuosamente que se declarara festivo el d¨ªa. Quiz¨¢ Yugoslavia haya sido el pa¨ªs m¨¢s tranquilo. Siguiendo los consejos del Gobierno, la mayor¨ªa de la poblaci¨®n se encerr¨® en casa y sigui¨® el eclipse por televisi¨®n.
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