Eclipses a gog¨®
- En el d¨ªa de hoy. Salgo del hotel oliendo a nene limpio y me voy a tomar un cortadete, momento en el que descubro que a) Pujol debe de estar pensando seriamente en la jubilaci¨®n -de hecho, tiene la firme decisi¨®n de subir las pensiones-, b) Mario Conde sale de chirona -los traficantes de gomina de la trena, desesperados-c) a una chica de Ceuta le toca el Gordo -literalmente-, d) una simp¨¢tica abuelita que hay a mi lado vestida con un ba?ador de leopardo abre su Louis Vuiton, saca el m¨®vil y dice: "Hola, Piluca, mona: ?has visto a Soraya?", y e) a mi otro lado, un par de se?ores rusos est¨¢n cerrando la compra de un terreno en Marbella; la hija de uno de ellos, de 12 a?itos, se encarga de traducir lo que dicen al alem¨¢n; tan peque?ita y con tanta mala milk, parece la novia de Chucky. El resto del mundo habla del eclipse ¨¦se. En Marbella es dif¨ªcil ver el eclipse. Para ver el eclipse, previamente ser¨ªa necesario dinamitar la Marbella que se ha construido en los ¨²ltimos ocho a?os justo encima de Marbella. Los edificios altos pensados por se?ores bajitos convierten Marbella en la ciudad planetaria que m¨¢s ha cambiado su fisonom¨ªa en menos tiempo. Si exceptuamos Hiroshima.- Eclipse rosa. Sea como sea, la cosa de los eclipses empez¨® aqu¨ª antes del d¨ªa de autos, con un fiestorro al que se preve¨ªa que vendr¨ªa mucho famoso a re¨ªrse con el tax¨ªmetro puesto. La coreograf¨ªa del asunto ten¨ªa su met¨¢fora marbell¨ª. A saber: se trataba de la inauguraci¨®n de unos apartamentos que a¨²n no se han construido, en unos terrenos que, como todos los terrenos en Marbella, tienen tan mal rollo a cuestas que podr¨ªan ser tierra sagrada serbia. El toque de perfume lo deb¨ªa de poner Ana Obreg¨®n. Incluso se hab¨ªa especulado con que la Obreg¨®n pondr¨ªa toda la carne en el asador y, para esta gala, experimentar¨ªa con una nueva nota en su voz de pito. Lamentablemente, la estrella se raj¨®. Ten¨ªa otitis, de lo que cabe deducir que, como m¨ªnimo, a¨²n le queda una oreja por operar. Ante el vac¨ªo de poder rosa, la organizaci¨®n tir¨® en paraca¨ªdas varios famosos de guardia. Como Jacquel¨ªn de la Vega, protoprimera dama de Melilla que nunca est¨¢ en Melilla, posiblemente porque, al ser un enclave tan peque?o, no caben cuatro pr¨®tesis mamarias a la vez. Las se?oras del lugar acudieron al eclipse rosa vestidas con el traje regional de Marbella la nuit -una parte de Sissi, dos de fallera- y emplearon el tiempo en practicar la crueldad femenina. Crueldad femenina: dos se?oras se encuentran en una fiesta, se repasan mutuamente el culo con la mirada y, snif, saben inmediatamente qu¨¦ lugar ocupa cada uno en el mundo.
- Eclipsis verde. Bueno. Mezquita de Marbella. Hay otra, pero la usa en exclusiva el rey Fahd. ?sta la construy¨® su hermano, Salman Ben Abdul-Aziz al Saud, gobernador de Riad. El imam se encargar¨¢ de hacer una oraci¨®n especial con motivo del eclipse -"un eclipse es un aviso divino"-. Mientras llega o no el eclipse, hablamos de la vida. Perla: "Los espa?oles no son fan¨¢ticos. Adaptan las religiones a su forma. Cuando Felipe Gonz¨¢lez accedi¨® al poder, por ejemplo, muchos financieros ¨¢rabes me preguntaban si ten¨ªan que sacar sus fortunas del pa¨ªs. Yo les dije que Gonz¨¢lez era socialista, pero que era espa?ol y le gustar¨ªan las casas buenas y los coches. Y que se adaptar¨ªa". Por cierto, Roger Garaud¨ª, fil¨®sofo izquierdista convertido al islam, dice siempre que puede que el integrismo isl¨¢mico est¨¢ financiado por la monarqu¨ªa saud¨ª. "Garaud¨ª, a quien conozco, tiene el orgullo de los franceses".
- Eclipse a secas. Gil inaugura una piscina en la Hacienda de los Toros, un centro de desintoxicaci¨®n municipal. Gil llega en cochazo. Gil se queda en el cochazo 10 minutos, mientras el p¨²blico se fr¨ªe al solano. Gil baja del coche. El personal le recibe como al quinto beatle. Gil avanza a toda leche hasta la piscina seguido por todo el mundo, que lanza vivas al Al-leti. Gil proclama la piscina y la Sant¨ªsima Trinidad de Marbella, Ceuta y Melilla. Gil chulea por el micro a Ana, la corresponsal, y a m¨ª, que lo escuchamos todo con cara de ?en cu¨¢nto tiempo podremos correr los 100 metros obst¨¢culos? Gil finaliza su discurso con un "me sobra el dinero por todos lados". Todo el mundo se r¨ªe de la Luna con la boca llena de dientes y aplaude. Bueno. Necesito un trago. Esta noche me voy de copas. Se lo explico.
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