El Pacto de Toledo toca a revisi¨®n

Alt¨ªsimo nivel de paro, escasa creaci¨®n de empleo y envejecimiento de la poblaci¨®n trabajadora. En 1993, Espa?a no iba bien. Las cifras econ¨®micas no daban muchas alegr¨ªas y los servicios de estudio de los bancos y cajas de ahorro dejaban caer un informe tras otro en los que las perspectivas para el sistema espa?ol de pensiones aparec¨ªan muy oscuras. Seg¨²n los analistas, para el 2020, las pensiones estaban amenazadas y el sistema de la Seguridad Social se encontrar¨ªa al borde de la quiebra en pocos a?os. Pasado el tiempo, el objetivo de partidos pol¨ªticos y sindicatos es bien distinto: conseguir la equiparaci¨®n de las pensiones m¨ªnimas al salario m¨ªnimo, que en la actualidad es de 69.270 pesetas.El principio de la soluci¨®n data de febrero de 1994, cuando Converg¨¨ncia i Uni¨® solicit¨® una ponencia parlamentaria que estudiara el futuro de la Seguridad Social. Despu¨¦s de un a?o sin acuerdo, representantes de PSOE, PP, IU y CiU se encerraron, a principios de 1995, en el Parador de Toledo. Y ofrecieron una soluci¨®n. Primero dictaminaron la viabilidad del sistema de pensiones. No hab¨ªa nada que temer, la Seguridad Social no iba a quebrar. Despu¨¦s se dieron 15 recomendaciones al Gobierno (en ese momento, socialista) para asegurar su predicci¨®n anterior. El ¨²ltimo punto era la revisi¨®n en el Parlamento del sistema de Seguridad Social cada cinco a?os. En la primavera del 2000 se cumple el primer plazo. En 1996, sindicatos y Gobierno firmaron un acuerdo similar, que la patronal no firm¨®.

Tormentas auton¨®micas

Con la econom¨ªa creciendo por encima de las previsiones y las pensiones aseguradas, nada hac¨ªa presagiar tormenta. El oto?o pasado, sin embargo, la Junta de Andaluc¨ªa rompi¨® la tranquilidad con su anunci¨® de subir las pensiones no contributivas por encima de la inflaci¨®n. Este tipo de pensiones, que no exist¨ªan hasta 1991, se crearon para quienes al llegar a los 65 a?os no ten¨ªan derecho a una pensi¨®n por no haber trabajado, por no haber cotizado o por no haberlo hecho suficientemente durante su vida laboral, algo muy frecuente en Espa?a en la d¨¦cada de los sesenta y setenta. La pensi¨®n m¨ªnima no contributiva, sin c¨®nyuge, es de 37.955 pesetas; con c¨®nyuge, 64.567 pesetas. Este mes, los Gobiernos de Catalu?a, Canarias y Baleares han anunciado medidas similares a la andaluza.Partidos pol¨ªticos, sindicatos y Gobierno reconocen la efectividad del Pacto de Toledo y la inoportunidad de la pol¨¦mica con las autonom¨ªas. Seg¨²n Gerardo Camps, del PP, "se intenta comprar el voto por 700 pesetas al mes". Juan Francisco Mart¨ªn Seco, de IU, y Juli¨¢n Ariza, de CCOO, coinciden en que las comunidades aut¨®nomas no deben gestionar este tipo de pensiones porque entonces las comunidades ricas podr¨¢n pagar m¨¢s que las pobres y se crear¨¢ un sistema insolidario. Ariza explica que, por ley, es el Presupuesto del Estado el que fija la cuant¨ªa de estas pensiones no contributivas, y las autonom¨ªas no pueden modificarla. Por eso, contin¨²a, los anuncios de subida no son m¨¢s que una ¨²nica paga que no necesariamente se mantendr¨¢ en las n¨®minas de los pensionistas para el futuro.

De todas formas, todos recuerdan que Espa?a va bien, y es hora de que se beneficien los m¨¢s desfavorecidos y de subir las pensiones m¨¢s all¨¢ del ¨ªndice de subida de precios. Joaqu¨ªn Almunia, secretario general del PSOE, pidi¨® ayer al Gobierno una subida de las pensiones m¨ªnimas en septiembre, por decreto y sin esperar a los pr¨®ximos presupuestos. Josep L¨®pez de Lerma, de CiU, cree que hay margen para "un incremento, que aunque no sea un gran salto, podr¨ªa se?alar un rumbo de sensibilidad social del Gobierno". Los sindicatos tambi¨¦n solicitan que las pensiones suban por encima de la inflaci¨®n.

Seg¨²n el punto 11? del pacto, el compromiso estricto es mantener el poder adquisitivo de las pensiones, en otras palabras, incrementarlas s¨®lo lo que aumente la inflaci¨®n. El viernes, Juan Carlos Aparicio, secretario de Estado de Seguridad Social, no quer¨ªa o¨ªr hablar de subidas de pensiones m¨¢s all¨¢ de la inflaci¨®n. El s¨¢bado, Juan Chozas, secretario de Estado para el Empleo, asegur¨® que el Ministerio de Trabajo estaba dispuesto a subir las pensiones no contributivas, siempre que haya consenso dentro del pacto. El PP ya ha anunciado que convocar¨¢ a los partidos con representaci¨®n parlamentaria a la vuelta de vacaciones para hablar sobre el asunto.

A esta pr¨®xima revisi¨®n, quiz¨¢ adelantada por la pol¨¦mica veraniega, partidos y sindicatos llegan con m¨¢s an¨¢lisis del pasado que propuestas de futuro. Todos coinciden al se?alar cu¨¢l es el punto principal del pacto que a¨²n no se ha rematado: la separaci¨®n de fuentes de financiaci¨®n.

Esto quiere decir que las pensiones contributivas (las percibidas por trabajadores jubilados por edad o invalidez) se sufraguen con las cotizaciones que los trabajadores en activo abonan a la Seguridad Social -que los trabajadores paguen a los trabajadores-, mientras que la sanidad y las pensiones asistenciales salgan de los impuestos, a trav¨¦s del Presupuesto del Estado -que entre todos se pague a los m¨¢s desfavorecidos-. Las pensiones asistenciales (conocidas como ayudas familiares) las reciben aquellos que no alcanzan una renta m¨ªnima, aunque tengan menos de 65 a?os. En el 2000, las asumir¨¢ definitivamente el Estado, liberando de esa carga a la Seguridad Social.

Complementos a m¨ªnimos

Hasta ahora, Seguridad Social y Presupuestos costean lo que les corresponde seg¨²n el pacto, excepto en un punto, el de los complementos a m¨ªnimos, el dinero extra que abona el Estado a los que, habiendo cotizado, no lo han hecho en la medida suficiente para llegar a la pensi¨®n contributiva m¨ªnima. Se les abona la diferencia entre lo que cobrar¨ªan seg¨²n lo cotizado y ese m¨ªnimo, fijado por el Gobierno (en la actualidad, 67.050 pesetas, pensionistas con c¨®nyuge, y 56.990 pesetas, sin c¨®nyuge). Este dinero, 600.000 millones de pesetas que salen de la Seguridad Social aunque por su naturaleza social deber¨ªan salir de los impuestos, es el motivo de mayor desacuerdo. De hecho, se pospuso hasta el 2000 la discusi¨®n sobre el origen definitivo de esos fondos.Una vez que cada pensi¨®n se pague de la cuenta adecuada, hay acuerdo en el resto de objetivos. La solidaridad -y el pacto- obliga a constituir un fondo de reserva de la Seguridad Social. En tiempos de bonanza econ¨®mica puede sobrar dinero de las cotizaciones para pagar las pensiones. El excedente hay que guardarlo para mantener las pensiones en momentos de vacas flacas.

A partir de ah¨ª, pocas propuestas nuevas. Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n, del PSOE, afirm¨® a EL PA?S que "si hace falta se har¨¢n propuestas, pero lo que hay que ver es qu¨¦ se ha hecho". Gerardo Camps, del PP, respondi¨®: "No queremos que se abra un debate preelectoral. Las propuestas las llevaremos en su momento". L¨®pez de Lerma dijo: "No tenemos propuestas concretas". S¨ª coincide con Mart¨ªn Seco, de IU, en su inter¨¦s por igualar las pensiones y los salarios m¨¢s bajos.