Alivio
F?LIX BAY?N S¨¦ que est¨¢ feo reconocerlo, pero confieso que me encuentro entre los marbell¨ªes que gozan con el sainete pol¨ªtico que se vive en Ceuta y Melilla desde las elecciones del 13 de junio. Hay algunos que se alegran porque son devotos de Gil. No es ciertamente mi caso, pero reconozco que esta comedieta me produce bastante alivio. Por un lado, porque me quita el miedo a haberme portado como un paranoico ante lectores y amigos al hablar y escribir sobre las sombras de Gil cuando ¨¦ste era todav¨ªa un simp¨¢tico personaje, siempre presente en todas las radios y televisiones. Alg¨²n d¨ªa, quiz¨¢ no muy tarde, se conocer¨¢ que no s¨®lo era simp¨¢tico, sino muy generoso con m¨¢s de un famoso periodista. Aunque est¨¦ feo reconocerlo, debo admitir que gozo como esos malasombras que, ante cualquier desgracia, sentencian: "Ya lo dec¨ªa yo". A¨²n as¨ª me sorprende la ingenuidad -si es que es s¨®lo ingenuidad- del PSOE, que no blind¨® sus listas en Ceuta y Melilla a pesar de los sospechosos casos de transfuguismo que se produjeron en las listas socialistas del pueblo malague?o de Casares, hace cuatro a?os, y despu¨¦s de haber reconocido, al disolver la agrupaci¨®n de Marbella, la infiltraci¨®n del gilismo en sus agrupaciones. S¨¦ que est¨¢ feo reconocerlo, pero me parto de risa al ver al PP agobiado por el grave problema que se le ha creado en Ceuta y Melilla, un problema que el propio PP ayud¨® a financiar, a partir de 1995, al dejar al GIL la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol a cambio de que le apoyara en la Diputaci¨®n malague?a. Reconozco que gozo tambi¨¦n comprobando que la gravedad del fen¨®meno GIL ha sido advertida al fin -aunque un poco tarde- por los grandes partidos pol¨ªticos, que comienzan a darse cuenta de que el asunto no era una broma, ni la f¨¢bula de un grupo de paranoicos. Hasta la sesteante fiscal¨ªa de M¨¢laga se ha puesto a desempolvar denuncias de hace dos a?os, garantiz¨¢ndose as¨ª unos buenos titulares. Pero a¨²n hay quienes parece que no se han enterado. La Junta de Andaluc¨ªa, sin ir m¨¢s lejos, sigue tratando a Gil con unos mimos que jam¨¢s usar¨ªa, por ejemplo, con el PP. Gil viene haci¨¦ndose el remol¨®n para evitar cumplir el mandato hecho hace m¨¢s de un a?o por la comisi¨®n provincial de urbanismo de M¨¢laga que le obligaba a reformar el Plan General de Marbella. Ahora va a presentar un documento que no es sino otra broma, un nuevo ardid para seguir ganando tiempo. No puede hacer otra cosa: si modifica el plan como le piden, estar¨ªa declarando ilegales buena parte de las licencias que ¨¦l mismo ha concedido en los ¨²ltimos a?os e, incluso, en las ¨²ltimas semanas. El tiempo ha ido pasando, Gil sigui¨® concediendo licencias contrarias a lo indicado por la comisi¨®n provincial de urbanismo, los edificios ilegales continuaron creciendo y a¨²n se anuncian algunos nuevos. Ya hay, incluso, cientos de familias viviendo sobre lo que deb¨ªan de ser zonas verdes. A pesar de que la tomadura de pelo de Gil es evidente, la Junta sigue dejando que corra el tiempo, sus dirigentes no se atreven a dar carpetazo al asunto ni se ponen a elaborar de una vez el Plan de Marbella dando la espalda a las burlas del alcalde.
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