LAS PENSIONES Un debate clarificador
Asistimos en los ¨²ltimos meses a un debate enmara?ado en torno a las pensiones que pone sobre la mesa, a mi juicio, una de las claves de la pol¨ªtica espa?ola -incluso se podr¨ªa decir que europea- del inmediato futuro. En estos tiempos de "terceras v¨ªas", de falsos y triviales debates sobre la distribuci¨®n territorial del poder, de actitudes snob que se maravillan ante cualquier intento supuestamente modernizador siempre que vaya envuelto en el papel de celof¨¢n de la "eficiencia convergente", un debate sobre la subida de las pensiones m¨¢s bajas del sistema y de aquellas prestaciones asistenciales muy alejadas del Salario M¨ªnimo Interprofesional, es un soplo de aire fresco. Es una oportunidad para la claridad, concepto cartesiano que no deber¨ªa de olvidarse en la pol¨ªtica. Resulta clarificador saber qui¨¦nes est¨¢n a favor de una pol¨ªtica de redistribuci¨®n y qui¨¦nes no. Es bueno que los ciudadanos sepan que hay quienes desean que se produzca un esfuerzo para reducir las diferencias entre las pensiones m¨¢s altas y las m¨¢s bajas, para aproximar la cuant¨ªa de las m¨¢s bajas al salario m¨ªnimo, y hay quienes no quieren ni lo uno ni lo otro. Ayuda a la claridad en la vida pol¨ªtica que quienes vienen tomando decisiones para favorecer las rentas del capital, las plusval¨ªas a las grandes compa?¨ªas el¨¦ctricas, y a quienes tienen ingresos m¨¢s altos, los mismos se opongan a una subida moderada de las pensiones m¨¢s bajas por encima de la inflaci¨®n. Estamos asistiendo al esfuerzo de algunos por intentar distraer la atenci¨®n en este asunto coloc¨¢ndolo en el terreno de la constitucionalidad de la medida tomada por la Junta de Andaluc¨ªa, o bien argumentando cat¨¢strofes y amenazando con el hundimiento del sistema de la Seguridad Social, con falsedades tan burdas como la supuesta rotura de la llamada "caja ¨²nica". Tambi¨¦n alegan que acercar las pensiones m¨¢s bajas al Salario M¨ªnimo Interprofesional ser¨ªa socialmente pernicioso porque desincentivar¨ªa la b¨²squeda de empleo, como si el parado fuese un maleante que no encuentra trabajo porque no quiere. Atacan a quienes han propiciado el debate porque, dicen, se est¨¢ "politizando" una cuesti¨®n que deber¨ªa de estar fuera de la controversia pol¨ªtica y alejada del uso electoralista, como si no fuera precisamente esto y no otros suced¨¢neos al uso, lo que define lo m¨¢s noble y democr¨¢tico de la pol¨ªtica. Los ciudadanos deben de saber lo que defiende cada fuerza pol¨ªtica para que puedan decidir su voto con pleno conocimiento y en libertad, porque en esta cuesti¨®n, como en tantas otras, no todos somos iguales, afortunadamente. Nos encontramos ante una cuesti¨®n b¨¢sica en la coyuntura pol¨ªtica del momento, pero estamos adem¨¢s ante una cuesti¨®n decisiva que puede orientar el debate pol¨ªtico en Europa durante los pr¨®ximos meses. Las estrategias conservadoras, en Espa?a y en el resto de Europa, pasan por profundizar en un discurso que aparentemente concilia el mantenimiento del estado del bienestar con medidas progresivamente "flexibilizadoras" de las supuestas "rigideces" que impiden el ajuste eficiente del sistema. En nuestro caso, por cierto, esa estrategia viene "entreverada" con la desvergonzada pol¨ªtica de privatizaciones, al servicio de intereses de los amigos que luego utilizan las grandes empresas privatizadas para avanzar en el oligopolio de los medios de comunicaci¨®n, cuyo ejemplo m¨¢s reciente es el de la supresi¨®n del programa de Julia Otero tras la compra de Onda Cero por los amigos del se?or Aznar. Todo muy "liberal" y "eficiente", ya se ve. La liberalizaci¨®n trae consigo el mayor incremento de los precios de los carburantes -gasolina y butano- que recuerdan las cr¨®nicas, incrementos que chocan con la bajada de impuestos que vamos a "disfrutar" los espa?oles, una bajada del IRPF que es mucho mayor para una renta de ocho o nueve millones al a?o que para otra de cuatro o cinco, mientras que el incremento de impuestos sobre los carburantes afectar¨¢ por igual al bolsillo de unos y otros. El resultado final ser¨¢ una bajada neta de impuestos para las rentas m¨¢s altas y un aumento, v¨ªa impuestos indirectos, para las rentas medias y bajas. Todo, de nuevo, muy "liberal" y muy "eficiente". M¨¢s all¨¢ de las estrategias medi¨¢ticas y de las maniobras de distracci¨®n, en la pol¨¦mica de las pensiones lo que est¨¢ en juego, como lo va a estar en toda Europa en breve a cuenta de los ajustes debidos para la convergencia real y al hilo de la nueva mayor¨ªa conservadora en el Parlamento europeo, es el coraz¨®n mismo de la pol¨ªtica de bienestar. Una l¨ªnea que a¨²n hoy sigue marcando de qu¨¦ lado se hace pol¨ªtica, si de la inmensa mayor¨ªa o de una poderosa minor¨ªa, hablamos de la redistribuci¨®n. Si la pol¨ªtica fiscal de la derecha reduce la redistribuci¨®n en los ingresos p¨²blicos, frena el ritmo de la inversi¨®n p¨²blica en infraestructuras; si se incentivan estrategias favorecedoras de la prestaci¨®n privada de servicios p¨²blicos esenciales -como la Sanidad y la Educaci¨®n- en detrimento de la l¨®gica p¨²blica; si se controlan los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos y privados con un intervencionismo burdo y descarado; si, finalmente, se le niega a un amplio pero d¨¦bil sector de la poblaci¨®n -como son los cientos de miles de espa?oles que cobran una pensi¨®n o un subsidio por debajo de las cincuenta y pico mil pesetas- si se les niega, insisto, una medida tan clara y n¨ªtidamente redistributiva en el gasto p¨²blico como un aumento ligeramente superior a la inflaci¨®n en dicha pensi¨®n, es que estamos ante una pol¨ªtica conservadora qu¨ªmicamente pura aunque envuelta en todos los celofanes que queramos. Esas son las pol¨ªticas que hay que denunciar y explicar una y mil veces para persuadir a la inmensa mayor¨ªa de los ciudadanos de que, adem¨¢s de nefastas para sus intereses, esas pol¨ªticas nos conducen a una sociedad crecientemente ego¨ªsta, insolidaria, injusta y potencialmente violenta. Por eso es tan decisivo el debate de las pensiones, por eso es tan crucial que la opini¨®n p¨²blica se movilice para que el Gobierno del se?or Aznar rectifique, aunque sea tarde.
Manuel Gracia Navarro, diputado por C¨®rdoba y secretario general del Grupo Socialista en el Parlamento de Andaluc¨ªa.
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