P¨¦talos contra la intolerancia
,Corr¨ªa el siglo XVI cuando Purchena, noble villa extendida a los pies de la sierra de Los Filabres, se convirti¨® en abanderada de la convivencia entre distintas culturas y en maestra del arte de la tolerancia. Para Purchena, tan complicada empresa, fue s¨®lo cuesti¨®n de juego. De aquellos juegos que, en 1569, instaur¨® Aben Humeya, el rey de los moriscos, rescatado para la historia con la recreaci¨®n de la que fue, muchos siglos atr¨¢s, una de sus mayores haza?as. Purchena, un peque?o municipio almeriense que apenas re¨²ne 1.700 almas, ofrece desde hace ya un lustro un contundente ejemplo de respeto hacia la memoria que forj¨® la identidad del pueblo que es hoy. Mirar hacia atr¨¢s, con cari?o y voluntad de aprender, es siempre un sano ejercicio. Y eso es lo que han hecho los purcheneros, azuzados por el entusiasmo de gentes como el periodista y escritor Jos¨¦ Acosta Montoro y el alcalde de la noble villa, Luis Caparr¨®s. Ambos se cuentan entre los responsables del resucitar de la historia de Purchena y, por ende, de la memoria olvidada del Valle del Almanzora. El primero se encarg¨® de escudri?ar en el pasado. El segundo, de aliar a los dirigentes del presente en el rescate de la historia pret¨¦rita. La apuesta era arriesgada. Pero los purcheneros han sabido estar a la altura de las circunstancias. Parece que todos han hecho suyo ese Protocolo de Paz y Tolerancia en el que se establece que la tierra que acogi¨® las culturas jud¨ªa, isl¨¢mica y cristiana "desea seguir poniendo p¨¦talos de rosa donde hubiese espinas clavadas por la intolerancia que tanto da?o hizo a la sociedad andalus¨ª y a toda la pen¨ªnsula ib¨¦rica". EL Protocolo de Paz y Tolerancia qued¨® rubricado con motivo de los III Juegos Moriscos y se ha convertido en se?a de identidad de las sucesivas ediciones. Cuando las tropas de Aben Humeya llegan a la plaza del pueblo, comienza la regresi¨®n al pasado. La lucha entre bravos mozos, el levantamiento de peso, las carreras de velocidad, el tiro con arco o el lanzamiento de cantos, son algunas de las pruebas que se desarrollan dentro de estos juegos moriscos. Adem¨¢s de las competiciones deportivas, un encuentro entre j¨®venes andaluces y magreb¨ªes, el ya consolidado concurso gastron¨®mico de recetas populares y las actuaciones musicales que han amenizado las noches de cinco d¨ªas de fiesta, conforman la propuesta de unos juegos que han despertado incluso el inter¨¦s del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI). Los Juegos Moriscos de Aben Humeya se han definido como "el eslab¨®n perdido entre la antig¨¹edad y el mundo moderno". Y para comprobar su calado, este a?o se ha desplazado hasta el municipio almeriense Carmen Eberenz, una representante del Comit¨¦ Ol¨ªmpico que asistir¨¢ a la clausura esta noche con la entrega de placas a los participantes de la distintas pruebas. Un mercado medieval en el que se pueden encontrar las m¨¢s variadas y bellas piezas artesanales es otra de las propuestas de esta quinta edici¨®n en la que se ha inaugurado la escultura El Arquero, s¨ªmbolo de los Juegos instalada a la entrada del pueblo. El Arquero, obra del joven artista Roberto Manzano, se convierte en el ejemplo del afianzamiento que est¨¢n alcanzado estos juegos desde que se organizaron por primera vez hace cinco a?os. La participaci¨®n de los purcheneros en estos Juegos, as¨ª como el inter¨¦s que la propuesta ha despertado entre gentes de municipios y provincias cercanas, ha sido el principal ¨¦xito de este a?o en el que la presencia de p¨²blico se ha duplicado respecto a ediciones anteriores. Ese es el principal mensaje de estos Juegos, el que se refiere a la noble voluntad de los purcheneros del siglo XX que han sabido mirar hacia atr¨¢s con respeto y tratar de meterse en la piel de quienes fueron sus antepasados. Y a¨²n hoy se desprende de estas pruebas deportivas otro mensaje m¨¢s contundente. El que establece el Protocolo de Paz y Tolerancia en el que se recoge expresamente: "S¨®lo los pueblos que respetan todas las religiones merecen que las suyas sean respetadas. Porque la paz y la tolerancia son patrimonios comunes capaces de desterrar por siempre la faz oscura de la incomprensi¨®n y sustituirla por la apertura acogedora y solidaria". Los juegos que se iniciaron el pasado lunes con una recreaci¨®n de la llegada de las tropas moriscas al Valle del Almanzora se despiden esta noche con una actuaci¨®n del grupo de m¨²sica andalus¨ª de Eduardo Paniagua. Una estela de m¨²sica para acompa?ar, y despedir hasta el pr¨®ximo a?o, al poso de historia devuelta al presente durante estos cinco d¨ªas.
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