Los lectores acuden a las tiendas virtuales para comprar libros dif¨ªciles de encontrar
El 20% de la venta editorial se realizar¨¢ a trav¨¦s de Internet en la pr¨®xima d¨¦cada
Hasta hace un par de a?os, muy pocos libreros y editores cre¨ªan en las ventajas que Internet podr¨ªa aportar a la venta de libros. Ahora, lejos de ser una amenaza, Internet se ha convertido en una bendici¨®n. Todos dan por sentado que los libros seguir¨¢n vendi¨¦ndose m¨¢s all¨¢ de la siguiente d¨¦cada a trav¨¦s de la infraestructura habitual de librer¨ªas. Pero el porcentaje de libros vendidos en tiendas virtuales ser¨¢, dentro de 10 a?os, al menos de un 20%. El usuario de las empresas espa?olas que practica el comercio digital adquiere especialmente libros descatalogados.
Los ¨ªndices de venta on line son "simb¨®licos", pero la tendencia es al alza. Javier Mu?oz, coordinador de la Casa del Libro para temas de Internet, recurre a las estad¨ªsticas: "En los ¨²ltimos dos a?os, las ventas se han quintuplicado, aunque en el valor de venta global no representan m¨¢s all¨¢ de un 2%; pero no vemos Internet como un negocio, sino como un veh¨ªculo para extender el comercio del libro a lugares inaccesibles". www.casadellibro.com no cuenta con infraestructura propia. Elsa Cabanillas atiende los pedidos en la trastienda de la librer¨ªa, en la Gran V¨ªa madrile?a. Acaba de recibir correo electr¨®nico de una lectora desde Singapur que les comunica que ha recibido los libros; el pedido se realiz¨® el lunes pasado y el mensaje es del jueves por la tarde. Los gastos de env¨ªo de siete vol¨²menes le han supuesto un extra de 8.000 pesetas.
Clientes de la red
En otro barrio de la capital, en la central de la cadena Crisol (www.crisol.es), se vive una situaci¨®n parecida. Antonio Castillo, director de tiendas, confirma que los clientes de la red se decantan por ejemplares que ya han desaparecido de las mesas de novedades. El cat¨¢logo virtual de esta librer¨ªa supera "los 200.000 t¨ªtulos y recoge la oferta de todas las editoriales espa?olas", dice. "Internet se ha convertido en un aliado para la venta de fondo. Nuestros clientes no recorren las librer¨ªas de cemento y ladrillo, les basta con pinchar el rat¨®n y elegir". El pago se realiza mediante tarjeta de cr¨¦dito o abono contra reembolso. "Algunos compradores todav¨ªa desconf¨ªan del uso de dinero de pl¨¢stico; de hecho, algunos nos piden que eliminemos los datos de la ficha tras la compra". Los que optan por seguir en el archivo reciben informaci¨®n puntual de las novedades editoriales. El incipiente comercio espa?ol no puede competir, de momento, con la oferta de las americanas Amazon (www.amazon.com) y Barnes & Nobles (www.bn.com), las librer¨ªas vituales m¨¢s famosas y las pioneras de las ventas digitales. Ambas incluyen en sus p¨¢ginas web informaci¨®n sobre el libro, el autor, la cr¨ªtica y la apreciaci¨®n de los lectores. "Estamos en el camino de personalizar las ofertas -la semana que viene es el cumplea?os de su padre. ?Qu¨¦ le parecer¨ªa regalarle un libro?-, pero no podemos competir con el mercado de libros en ingl¨¦s", aclara Castillo.El comercio americano tampoco funciona como el europeo. Al otro lado del Atl¨¢ntico ofrecen descuentos del 40% sobre el precio de venta al p¨²blico, y en Europa se impone el precio ¨²nico. Como cebo, las librer¨ªas europeas rebajan o regalan los costes de transporte. Bastan 30 segundos para realizar un pedido en Internet, pero puede ocurrir que tarde 15 d¨ªas en recibirse y es que la revoluci¨®n de las comunicaciones no se corresponde con la del transporte. Como te¨®rico de Internet, el escritor Ram¨®n Buenaventura apunta que en el futuro los libros podr¨ªan teletransportarse, como hac¨ªa la tripulaci¨®n de la serie televisiva Star Trek. El autor de El a?o que viene en T¨¢nger (Debate) cree que el porcentaje de ventas ir¨¢ creciendo por Internet en paralelo con las mejoras que experimente la estructura del comercio electr¨®nico. Buenaventura comparte las predicciones de Nicholas Negroponte, autor de El mundo digital (Ediciones B): "La edici¨®n de un libro ?pertenece al negocio de la distribuci¨®n de informaci¨®n (bits) o al de manufactura (¨¢tomos)? La respuesta, desde un punto de vista hist¨®rico, es que forma parte de ambos, pero esto no tardar¨¢ en cambiar a medida que las aplicaciones de la informaci¨®n vayan extendi¨¦ndose. Un libro tiene una cubierta llamativa, es ligero y f¨¢cil de hojear, pero, para hacerlo llegar hasta nosotros, hay que almacenarlo y transportarlo. En el caso de los libros de texto, el 45% del coste corresponde al almac¨¦n, transporte y devoluciones. Peor a¨²n, un libro puede agotarse. Pero los digitales nunca se agotan".
A la larga, dice Buenaventura, habr¨¢ una revoluci¨®n en el mundo del libro; los de referencia y cient¨ªficos desaparecer¨¢n del soporte papel para editarse en Internet -"la Enciclopedia Brit¨¢nica no volver¨¢ a imprimirse en papel"-. Sin embargo, "la parte de creaci¨®n y ficci¨®n ser¨¢ imbatible".
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