Cuidado con el perro
Soy un perro rottweiler, tengo siete meses, peso 29 kilos y me llamo Chavelo Vargas Llosa (nac¨ª en Robledo de Chavela; a mis due?os les gustan las rancheras, el bolero y la literatura). Aunque lo disimulo, estos d¨ªas ando con un humor de perros. La especie canina est¨¢ siendo sometida a una persecuci¨®n injusta, ingrata, algo hist¨¦rica. La gente duda de nosotros, especialmente si somos grandes y valientes, como es el caso. Estamos alborotados y temerosos.Recientemente he pasado 15 d¨ªas en una residencia canina y he podido constatar un nerviosismo generalizado en la clase perruna. No es para menos. All¨ª me hice amigo de un terranova a quien sus amos no han vuelto a buscar, un dogo expulsado de una casa donde llevaba cinco a?os y un pitbull abandonado en la carretera. En fin, quien m¨¢s quien menos, casi todos andamos con la mosca detr¨¢s de la oreja. Personalmente, no tengo problemas: adoro a mis due?os, y viceversa. Los informes que dieron de m¨ª los encargados de la residencia dicen textualmente: "Chavelo es un perro obediente y simp¨¢tico; es tambi¨¦n muy responsable, a pesar de su corta edad". O sea, que est¨¢n orgullosos de m¨ª. Pero cuando vamos de paseo (siempre salgo con collar y bozal) hay gente que me mira como si fuera un delincuente. Estas cosas me ponen triste porque a m¨ª me encanta estar con las personas, ayudarles, jugar con los ni?os y protegerlos, guardar la casa y hacer caranto?as a los que est¨¢n tristes. Los rottweiler llevamos protegiendo a la humanidad desde la ¨¦poca de los romanos.
Por lo que a m¨ª respecta, sal¨ª noble y leal, como mi due?o; listo y sensible, como mi due?a, que es culta como la madre que la pari¨®. Ella me ha ense?ado que los perros somos muy queridos en el arte y la literatura: El coloquio de los perros (Cervantes), el perro de Las meninas (Vel¨¢zquez), El perro del hortelano (Lope de Vega), Un perro andaluz (Bu?uel y Dal¨ª), La ciudad y los perros (Mario Vargas Llosa), el perro Cobi (Mariscal), Snoopy (Schulz). Me gusta recordar estas cosas e imaginar que la actual persecuci¨®n ser¨¢ pasajera.
Ayer por la noche estuve en el Festival de la Concordia Canina que se celebr¨® en la plaza de toros de Guadarrama. Me emocion¨® mucho comprobar la habilidad y el talento de algunos compa?eros. Hab¨ªa un pastor vasco que manejaba magistralmente a 400 ovejas, todas las cuales le obedec¨ªan como si fuera un dios; un pastor alem¨¢n que cuida de discapacitados f¨ªsicos en Segovia; un rottweiler de ?vila que es gu¨ªa de invidentes. Hubo tambi¨¦n una exhibici¨®n de agilidad de seis perros de Boadilla del Monte. El que menos fallos cometi¨® se llev¨® de premio un saco de pienso. Y me han hablado de otros perros sin raza que llegan hasta extremos sublimes de hero¨ªsmo y abnegaci¨®n y que son espabilados como el rayo.
He constatado que la mayor¨ªa de las veces los perrazos somos mucho m¨¢s pac¨ªficos y pasotas que los peque?itos. Tengo de vecinos a un samoyedo y un husky siberiano, dos bichos de mucha entidad que se pasan la vida acariciando a un gato y que mantienen relaciones fluidas con dos lirones y una lagartija.
De vez en cuando, mis amos se re¨²nen con amigos que tambi¨¦n tienen perro. Tengo una larga lista de colegas de otras razas. Me llevo especialmente bien con Henry, un bulldog con estampa imponente y talante de caramelo. Emiliano es un chihuahua presumido; te partes de risa con ¨¦l. Bon es un pastor alem¨¢n t¨ªmido, tierno, melanc¨®lico. Popea es una perrita faldera con instintos neronianos y con m¨¢s ¨ªnfulas que el botafumeiro. Frecuentemente le hacemos perrer¨ªas para que se le bajen los humos; al fin y al cabo es un caniche que se mea de miedo en cuanto le ense?as un diente. La tal Popea anda por ah¨ª alborotando a los perros miniatura e incit¨¢ndoles a tomar el poder, aprovechando que nos quieren hacer clandestinos a los grandes. No creo yo que un perrito caliente est¨¦ capacitado para la pol¨ªtica. Este tipo de bichitos est¨¢n bien para el circo y para espantar hormigas. Conozco tambi¨¦n a otro caniche llamado Tor, como el dios del trueno: valiente hasta la insensatez, es capaz de ladrar a un mast¨ªn leon¨¦s.
He hablado de todos estos colegas para llamar la atenci¨®n de la gente sobre nuestra situaci¨®n. Puede que tengamos nuestros defectos y nuestras neuras, pero hemos luchado codo a codo con la humanidad desde el principio de los tiempos. Nadie m¨¢s fiel que nosotros. Nosotros queremos a la gente. Tengan ustedes un poco de comprensi¨®n. De todas formas, y sea lo que sea, este rottweiler quiere que todos ustedes sean felices. Y yo que lo ladre.
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