Montalvo: "La plastilina no ten¨ªa ni un rasgu?ito"
Aquello era un guirigay. Nadie oy¨® c¨®mo sonaba el tel¨¦fono m¨®vil de Vicente A?¨®, el jefe de la organizaci¨®n. Nadie lo oy¨®, pero debi¨® de sonar porque poco despu¨¦s se acerc¨® A?¨® a Niurka Montalvo, que contaba su vida y su noche m¨¢gica por en¨¦sima vez. "Niurka, el ministro", le dijo A?¨®. As¨ª que dio un paso atr¨¢s y atendi¨® la llamada de felicitaci¨®n de Mariano Rajoy. Un respiro en el agobio. Un respiro en la pol¨¦mica."Perfecto", se o¨ªa gritar detr¨¢s a Rafael Blanquer, el entrenador de Montalvo, la persona que trabaj¨® pacientemente con su ¨¢ngulo de vuelo, con su potencia, con su velocidad de batida. "Perfecto", repite. "Se la ten¨ªa que jugar as¨ª. Ten¨ªa que entrar lo m¨¢s r¨¢pido posible en la tabla. Ten¨ªa que ajustar al mil¨ªmetro, hacerle la tangente perfecta a la plastilina. M¨¢xima velocidad, m¨¢ximo ajuste". Perfecto. 7,06. Oro. "Y no fue nulo. Si no hay huella en la plastilina la decisi¨®n queda a la percepci¨®n del juez. Y el juez se tom¨® su tiempo y levant¨® la bandera blanca. Yo he visto desde la perpendicular la batida y he visto que no fue nulo".
"Gracias, Iberia". ?Qui¨¦n es el osado? Jos¨¦ Sanleandro, el marido de la campeona, se lo cuenta a un italiano. "Es que conoc¨ª a Niurka en el aeropuerto de Barajas. Fue en el 93. Yo iba a La Habana y ella volv¨ªa de competir, junto a otros atletas cubanos. Y el avi¨®n sali¨® con seis horas de retraso. As¨ª nos conocimos".
Clic. Montalvo ha colgado. Ya puede contar su aventura otra vez. Avidez en las orejas de los periodistas. A¨²n no se sabe nada del jurado de apelaci¨®n pero nadie duda de qu¨¦ color va a caer la decisi¨®n. "Es que ni un rasgu?ito", repite Montalvo. "Ni un mordisquito. La plastilina est¨¢ intacta".
Niurka, May dice que fue nulo tu salto, le cuentan. "Yo no lo creo. Yo pienso que Fiona no sabe perder. As¨ª que todo es un problema suyo".
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