La tr¨¢nsfuga socialista apoya la moci¨®n de censura en Ceuta vigilada por el GIL
Susana Berm¨²dez, la diputada tr¨¢nsfuga del PSOE, vot¨® ayer a favor de una moci¨®n de censura que entreg¨® el poder en Ceuta al Grupo Independiente Liberal (GIL). Durante toda la ma?ana, ni siquiera hubo un contacto visual entre ella y alguien que no fuera miembro del GIL o familiar suyo. Y durante la hora y cuarto que dur¨® el pleno, mientras todos los portavoces de los dem¨¢s partidos se dirig¨ªan a ella para recriminarle su decisi¨®n, Berm¨²dez los ignoraba, y se dedicaba a mascar chicle y charlar con Francisco Torres, diputado del GIL, ex socialista, y uno de los mayores art¨ªfices del pacto entre la tr¨¢nsfuga y el grupo de Jes¨²s Gil.En todo momento pareci¨® que no le interesaba la sesi¨®n, sino s¨®lo levantar su mano al final de la misma. Poco despu¨¦s, Gil anunciaba, de manera cr¨ªptica, que puede haber "sorpresas" en la relaci¨®n con Marruecos, y dijo que su grupo est¨¢ interesado en realizar inversiones en el norte de este pa¨ªs.
La estrategia dise?ada por el GIL era clara: mantener a Berm¨²dez alejada no s¨®lo de la prensa, sino de sus antiguos compa?eros de partido y de los otros miembros del Gobierno tripartito de la ciudad aut¨®noma, presidido hasta ayer por Jes¨²s Fortes, del PP. No fue muy dif¨ªcil mantener esa estrategia. Primero estuvo durante casi una hora con Gil en la habitaci¨®n del hotel donde Berm¨²dez hab¨ªa pasado la noche. Estuvieron acompa?ados por Antonio Sampietro, nuevo presidente de la ciudad.
Cuando ya se decidieron a dirigirse hacia la Asamblea, a unos 200 metros del hotel, Gil se qued¨® en la habitaci¨®n y Berm¨²dez hizo el trayecto flanqueada por su marido, Francisco Cazalla, y por Sampietro. Por si hab¨ªa alguna duda de qui¨¦n era la verdadera protagonista del d¨ªa, todos los simpatizantes del GIL que all¨ª hab¨ªa congregados (1.200 seg¨²n la delegaci¨®n del Gobierno) le dirig¨ªan gritos de ¨¢nimo. En cuanto lleg¨® a la Asamblea fue a reunirse con los 12 diputados del GIL en Ceuta.
Diputada ausente
Ya en la sala de plenos, Berm¨²dez no tuvo ni el m¨¢s m¨ªnimo contacto, ni siquiera un cruce de miradas, con el resto de los parlamentarios. Se sent¨® en un banco totalmente rodeada de diputados del GIL. Pero lo m¨¢s extra?o es que durante la hora y cuarto que dur¨® el pleno, Berm¨²dez dio la impresi¨®n de no estar all¨ª. Ni siquiera escuch¨® el discurso de Sampietro. Tampoco los de los portavoces de los otros grupos, que la citaban directamente para pedirle explicaciones.Francisco Torres, un ex socialista amigo de la familia y ahora diputado del GIL, se encargaba de distraerla. S¨®lo en un momento atendi¨® al pleno. Fortes hablaba de las familias necesitadas, y una persona del p¨²blico ironiz¨®: "S¨ª, la familia Berm¨²dez". Esta an¨¦cdota la divirti¨® y estuvo un rato coment¨¢ndola con Torres.
En todo caso, esta extrema protecci¨®n a la que la someti¨® el GIL no se ve¨ªa necesaria, puesto que mostr¨® una actitud muy segura, que a ratos pareci¨® chulesca. Como cuando, antes de entrar al pleno, una periodista le pregunt¨® c¨®mo estaba. "De puta madre", espet¨® con indiferencia.
Lo que se esperaba que pod¨ªa ser una jornada tensa, donde Berm¨²dez se enfrentar¨ªa a una decisi¨®n muy complicada, m¨¢s bien se transform¨® en un tr¨¢mite. Ni siquiera se inmut¨® cuando los portavoces la acusaron de haber cometido una "prostituci¨®n pol¨ªtica" y de haber entrado en el "selecto club de traidores".
Gil, que durante todo el pleno estuvo sentado cerca del padre de Susana Berm¨²dez, se dirigi¨® junto a ella y Sampietro a una ventana de la sala de plenos para saludar a su gente en la calle, que gritaba enfervorecida.
Los tres juntos se dirigieron de nuevo al hotel, donde ofrecieron una rueda de prensa. En ella, un Jes¨²s Gil euf¨®rico anunci¨® en tono cr¨ªptico que con el Gobierno de su grupo habr¨¢ "a lo mejor alguna sorpresa en cuanto a las relaciones con Marruecos". Luego aclar¨® que su grupo promover¨¢ inversiones para fomentar el turismo en el norte de este pa¨ªs. "En lugar de pateras y de otras historias, que es lo que se lleva ahora, puede haber un puerto de categor¨ªa, una atracci¨®n hotelera, urban¨ªstica y tur¨ªstica".
Con un discurso muy confuso, dijo que el programa electoral del GIL recoge un "trato excepcional" con Marruecos. "Y lo digo con conocimiento de causa". A?adi¨® que ¨¦l defiende a "Espa?a y la Monarqu¨ªa por encima de todo".
La relaciones con Marruecos son precisamente uno de los temas que m¨¢s preocupan a la que ahora ser¨¢ la oposici¨®n en Ceuta. Todos sus dirigentes est¨¢n convencidos de que la presencia de GIL las complicar¨¢ mucho, y como prueba de ello citan las declaraciones, dos d¨ªas despu¨¦s de que se presentara la moci¨®n de censura, del primer ministro Marroqu¨ª, Abderram¨¢n Yussufi, en las que aseguraba que la situaci¨®n de Ceuta y Melilla "no puede continuar".
Reivindicaciones marroqu¨ªes
La hist¨®rica reivindicaci¨®n de Marruecos de las dos ciudades aut¨®nomas, piensan los responsables de la oposici¨®n, se puede ver fortalecida por la inestabilidad que puede traer un Gobierno del GIL, extra?a amalgama de empresarios que se declaran "sin ideolog¨ªa".Las palabras de Gil ayer parecen querer despejar esos temores, aunque tambi¨¦n indican lo que podr¨ªa ser su inter¨¦s en Ceuta: controlar la zona para luego invertir en el turismo de la zona norte de Marruecos. El apoyo total que Gil ha ofrecido a Berm¨²dez no concluy¨® con la rueda de prensa. Poco despu¨¦s, y en el mismo hotel, el alcalde de Marbella invit¨® a comer a Berm¨²dez, su marido y su padre. Luego abandon¨® en un ferry la ciudad, y, por primera vez en 14 d¨ªas, el GIL, que ya hab¨ªa logrado sin mucha dificultad su objetivo, dej¨® sola a Berm¨²dez con su familia.
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