El Festival Son Latinos despide el verano con 200.000 personas y 12 horas de m¨²sica
Francisco C¨¦spedes conquista al p¨²blico que asisti¨® al macroconcierto en Tenerife
La segunda edici¨®n del Festival Son Latinos convoc¨® la noche del s¨¢bado al domingo en la playa Las Vistas, al sur de Tenerife, a una multitud de 200.000 personas que disfrut¨® de 12 horas continuas de m¨²sica. El ¨²ltimo fin de semana de agosto, el adi¨®s a las vacaciones y una programaci¨®n que inclu¨ªa a artistas como Compay Segundo, Hevia, Pedro Guerra y Mal¨², entre otros, atrajo a personas de todas las edades. El triunfador de esta fiesta, que acab¨® con la salida del sol, fue Francisco C¨¦spedes, capaz de conmover a la multitud, que se extend¨ªa a lo largo de un kil¨®metro de playa.
Un ni?o juega sentado en la arena con un vaso de pl¨¢stico que llena y vac¨ªa, totalmente concentrado en sus invisibles fantas¨ªas. Un mundo aparte. A menos de 20 metros de ¨¦l se alza un enorme escenario en el que ya atruenan los altavoces alimentados por 100.000 vatios de sonido. A su alrededor se mueven miles de personas inquietas, sonrientes, expectantes. Son las diez de la noche y el espect¨¢culo lleva ya dos horas, aunque los primeros artistas tuvieron que conformarse con breves actuaciones de una o dos canciones. La idea era agilizar el extenso programa que preve¨ªa m¨¢s de 15 formaciones distintas a lo largo de la noche.La gente iba preparada. O no. La amplia explanada al borde del oc¨¦ano permit¨ªa un aforo casi ilimitado y la entrada era gratuita. Adem¨¢s, inevitablemente, la m¨²sica se escuchaba a un kil¨®metro a la redonda. Hubo quienes prolongaron el d¨ªa de playa en una largu¨ªsima noche de mar y arena, vestidos s¨®lo con un ba?ador. Pero el uniforme parec¨ªa ser pantal¨®n corto y camiseta, minifaldas, tops y plataformas, aunque tambi¨¦n se ve¨ªan desmadres como se?ores de bigote y pareo hawaiano, seudopiratas y muchos tatuajes.
La primera parte del macroconcierto ten¨ªa la misi¨®n de levantar los ¨¢nimos y aup¨® a varios artistas bajo la denominaci¨®n de Fusi¨®n Salsa Canaria. Todav¨ªa luc¨ªa el sol, pero los brillos y lentejuelas ya tomaban posesi¨®n de la escena. Cantantes como la venezolana Josefina Alem¨¢n y el ¨¦mulo canario de Ricky Martin, David Ascanio, lucharon a cintura partida con los primeros problemas de sonido. Pero, acompa?ados por sus orquestas y unos entusiastas bailarines, lograron poner la nota de alegr¨ªa. La cubana Mayelin complet¨® el cuadro demostrando que tiene voz y ganas suficientes como para sostener una carrera dentro de la m¨²sica tropical.
Si el nombre del festival alude al esp¨ªritu de la m¨²sica latina, los organizadores han trabajado con un criterio bastante holgado en esta edici¨®n. La segunda parte del concierto agrupaba bajo el t¨ªtulo de Fusi¨®n Timples de Oro a los tres timplistas canarios que mayor reconocimiento han logrado en los ¨²ltimos tiempos: Benito Cabrera, Jos¨¦ Antonio Ramos y Domingo, El Colorao. La peque?a guitarra canaria de cinco cuerdas est¨¢ saliendo del c¨ªrculo local para emprender el camino del neofolclor universal, por eso se entiende el apoyo a estos m¨²sicos virtuosos en el programa. Aunque la gente, que ya hab¨ªa entrado en calor, no sab¨ªa muy bien qu¨¦ ¨®rdenes darles a sus pies ansiosos de baile.
Una situaci¨®n que tampoco lleg¨® a subsanar del todo Javier Vargas y su banda. Vargas ha reconocido que ¨¦l empez¨® en la guitarra porque quer¨ªa tocar como B. B. King y Jimi Hendrix. Pero su larga residencia en Caracas y Buenos Aires, dijo, hab¨ªa calado hondo, y le resultaba inevitable deslizarse hacia la fusi¨®n latina y el flamenco. El blues rock que ofreci¨® en Tenerife acusaba estas lejanas resonancias, m¨¢s cerca de Carlos Santana que de otra cosa. Definir "lo latino" puede resultar dif¨ªcil y discutible, pero si hay un elemento que no debe faltar es cierto "calor" en la expresi¨®n. Vargas estuvo fr¨ªo, y eso lo alej¨® del esp¨ªritu de la convocatoria.
Quien tampoco parec¨ªa encajar en esta denominaci¨®n, y ¨¦l fue el primero en reconocerlo, fue el gaitero asturiano Hevia. Pero sus problemas en Son Latinos fueron otros. La aparente incompatibilidad entre su gaita electr¨®nica y los controles del sistema de luces, adem¨¢s de otros graves problemas de sonido, deslucieron su actuaci¨®n, que acab¨® precipitadamente.
Tras Vargas, y casi a media noche, la polic¨ªa local contabilizaba en 200.000 personas los asistentes al festival. Sali¨® Mal¨², y esa masa de gente segu¨ªa en espera de m¨²sica de baile. Con Mal¨² no saltaron hacia el cielo, pero la joven cantante supo mantenerlos atentos. La argentina Marcela Morelo fue v¨ªctima tambi¨¦n del mal sonido. No dej¨® claro de qu¨¦ va. Quiz¨¢ algo cercano a Gloria Estefan.
Tuvo que llegar la banda local Sin Fundamento para que los tinerfe?os encontraran lo que buscaban. Su ¨¦xito del verano, Mi higo pico flag¨¹er, que vendr¨ªa a significar Mi flor de higo chumbo o Mi flor de cactus, es la t¨ªpica canci¨®n refrescante, simple, graciosa y sin ambiciones que engancha a los m¨¢s j¨®venes, sobre todo a los ni?os, que despertaron de su letargo y corearon felices su canci¨®n favorita.
Pero quien se llev¨® el gato al agua fue Francisco C¨¦spedes. El cubano ofreci¨® lo que los dem¨¢s no quisieron o no pudieron dar. Ll¨¢mese coraz¨®n, alma o entrega. C¨¦spedes sedujo con sus baladas y su saber estar en el escenario a esa incansable audiencia. Eran casi las cuatro de la madrugada y despert¨® las emociones ya indecisas despu¨¦s de ocho horas de expectaci¨®n.
Babelia
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