Cuatro gotas deslucen el pr¨®logo
Los principales favoritos tomaron precauciones por la lluvia y no pudieron luchar por la victoria de etapa, ganada por Igor Gonz¨¢lez de Galdeano
Unas gotas de lluvia inoportunas y un par de curvas tras la l¨ªnea de salida deslucieron el arranque de la Vuelta. Los favoritos debieron tomar alguna precauci¨®n (no demasiadas), llegaron de noche a la meta y sin demasiadas posibilidades de competir por la victoria. De esa suerte, el espa?ol Igor Gonz¨¢lez de Galdeano (Vitalicio) toma el liderato simb¨®lico tras la pr¨®logo contra pron¨®stico. Abraham Olano cumpli¨® las previsiones y dio la sensaci¨®n de que era el hombre fuerte para esta jornada, pero se qued¨® a un segundo de la victoria. Z¨¹lle (a 17 segundos de Olano) y Ullrich (a 10) quedaron en posiciones desconocidas para su rango en una etapa de este corte. No era cuesti¨®n de arriesgar una ca¨ªda por un pu?ado de segundos, con todo lo que queda por delante. Un circuito sin matices por las calles de Murcia (ni siquiera una somera cuesta para animar alg¨²n que otro debate, para especular con el estado de fuerzas aunque fuera a t¨ªtulo testimonial) fue el escenario de la salida de esta Vuelta tan se?alada. Apenas las curvas alcanzaban la media docena, calles anchas y perfil llano. No promet¨ªa el recorrido mucho sustento ni tampoco presagiaba diferencias para abrir boca entre los grandes especialistas. La ausencia de obst¨¢culos se limitaba a un par de curvas nada m¨¢s tomarse la salida, que imped¨ªan el arranque del corredor en toda regla desde la rampa de lanzamiento. Jornada para Olano, dec¨ªan los especialistas, que le pemitir¨ªa acceder al maillot amarillo (dicen que dorado a partir de ahora, novedad para esta Vuelta fin de siglo, iniciativa un tanto pretenciosa, ?qu¨¦ tiene de malo el amarillo?).
La jornada no presum¨ªa demasiada emoci¨®n, tanto fue as¨ª que ocup¨® mayor n¨²mero de comentarios la posibilidad de una tormenta de verano avanzada la tarde que otra cosa. El cielo se fue cerrando, la tarde oscureciendo, los ciclistas pasaban de uno a uno por la meta sin mayores novedades y, antes de llegarse a las ocho, aparecieron unas gotas. El suelo se moj¨®, el p¨²blico no busc¨® refugio (m¨¢s bien celebr¨® un poco de agua, tan escasa por estos pagos) y Santi Blanco inaugur¨® el tercio final de la carrera con un elegante porrazo en la primera curva, casi a c¨¢mara lenta, sin mayores consecuencias que la cara de tonto que se te pone. Se corri¨® la voz, los ciclistas salieron con m¨¢s precauci¨®n si cabe, tomaban las dos curvas de rigor y enfilaban la meta sin mayores obst¨¢culos. Como quiera que la lluvia ces¨® en poco tiempo, se evapor¨® la posibilidad de ver en mayores dificultades a los te¨®ricos favoritos de la jornada. La lluvia no se convirti¨® en tormenta, ni mucho menos. Eso permiti¨® al espa?ol Igor Gonz¨¢lez de Galdeano, que tom¨® la salida antes de la lluvia, situarse como candidato a la victoria, candidatura que fue ganando enteros conforme el personal fue d¨¢ndose perfecta cuenta de que los favoritos (o algunos especialistas) no llegaban a la hora en punto.
El tiempo de Galdeano (6.58) figuraba como una sentencia: a nadie se le ve¨ªa capaz de bajar de los siete minutos. Las dos curvas famosas frenaban en exceso a los corredores, el suelo mojado hac¨ªa su trabajo y la noche se echaba encima irremediablemente con la p¨¦rdida de visibilidad consiguiente. Falt¨® ver a Ullrich con buen estilo, pero con las referencias en su contra, para ver que no llegar¨ªa a tiempo. Bast¨® ver las extremas precauciones de Z¨¹lle en la segunda curva para darse cuenta de que no iba a tomarse ninguna alegr¨ªa.
Olano fue menos precavido y entr¨® en carrera con m¨¢s agresividad. Fue a tope, pero las condiciones presuntamente favorables que obraban en el libro de ruto y en la misma horizontalidad del recorrido no le fueron suficientes. Cerca estuvo de conseguirlo, sin embargo, pero hubo de ceder ante esta peque?a adversidad, que dej¨® sin contenido la jornada pr¨®logo. Cuatro gotas como quien dice. Tampoco fue asunto grave: la Vuelta dar¨¢ que hablar. Y, si no, al tiempo.
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