Esto no es San Sebasti¨¢n
Si alguien cre y¨® que Argandaes San Sebasti¨¢n (o Pamplona, sin ir m¨¢s lejos) estaba equivocado. Que uno se llame "del Rey" y otro "de los Reyes" no significa similitud. Los argande?os deb¨ªan de estar amostazados con este asunto y sacaron pancarta advirti¨¦ndolo. La verdad es que no hac¨ªa ninguna falta. Bastaba mirar el trap¨ªo que sacaron los novillos para comprobar que esa plaza no pod¨ªa ser la de San Sebasti¨¢n de los Reyes ni en sue?os. Ponen los seis toros de cualquiera de las corridas con figuras que se lidiaron en San Sebasti¨¢n de los Reyes detr¨¢s de uno de los novillos de Arganda del Rey, y ni se les ve.
El p¨²blico y el presidente tampoco ten¨ªan nada que ver. Se da la novillada de Arganda en San Sebasti¨¢n y les regalan a los novilleros un saco de orejas. En cambio en Arganda s¨®lo hubo una, y aun esa concedida a rega?adientes.
C¨¢mara / Aguado, Perlaza, Vicente
Novillos de Roc¨ªo de la C¨¢mara, muy bien presentados, aunque varios sospechosos de pitones, justos de fuerza; con casta; 5? y 6? mansos; dieron juego. Jes¨²s Aguado: media perpendicular atravesada ca¨ªda y rueda de peones (silencio); volteado por el 4? se clav¨® una banderilla y pas¨® a la enfermer¨ªa. Paquito Perlaza: estocada ladeada y rueda de peones (oreja); tres pinchazos y estocada (silencio); cuatro pinchazos y estocada ladeada (palmas). Iv¨¢n Vicente: dos pinchazos, estocada atravesada traser¨ªsima que asoma y tres descabellos (silencio); estocada trasera (palmas).Enfermer¨ªa: Aguado fue asistido de herida en un brazo de pron¨®stico reservado producida por una banderilla. Plaza de Arganda del Rey, 6 de septiembre. 1? corrida de feria. Dos tercios de entrada.
Se nota que en Arganda del Rey no han perdido ni la afici¨®n ni el sentido com¨²n. Es feria antigua, la argande?a, a la que acuden los aficionados -muchos llegados de Madrid- pues constituye una especie de selecci¨®n de los novilleros punteros. El Ayuntamiento contrata a los que destacaron durante la temporada, y normalmente les echa reses de trap¨ªo para que se vea si es verdad. Y entonces la afici¨®n juzga.
A veces los novilleros no son la mayor maravilla que conocieron los siglos. La Feria de Arganda es tambi¨¦n un reflejo del estado de la fiesta. Y si la fiesta va de capa ca¨ªda, en Arganda no se van a obrar milagros.
Los de la funci¨®n inaugural parec¨ªan cl¨®nicos. Y los tres, cl¨®nicos del escalaf¨®n entero. Es consecuencia de los malos ejemplos. Los novilleros se miran en las figuras, repiten sus tranquillos, y no se dan cuenta de que caen en la vulgaridad y acaban aburriendo al personal.
A lo mejor cuesta entenderlo; pero en este asunto de las figuras y sus triunfos, que se convierten en fracasos si se trata de sus imitadores, hay que aplicar buena carga de ciencia psicol¨®gica y de gram¨¢tica parda.
Los diestros que han alcanzado fama de figuras -a salvo excepciones- son unos ventajistas que hacen un toreo lleno de trucos y si triunfan cada tarde no es por ese toreo sino porque son figuras. ?Se capta el busilis de la vaina? El p¨²blico del tercer milenio es as¨ª. En cambio si llegan toreros sin nombre conocido y practican el mismo toreo, lo m¨¢s probable es que no les hagan ni caso.
Los tres del cartel inaugural incurrieron en la imitaci¨®n y as¨ª les fue. Las faenas que hicieron eran de libro; pero no el Coss¨ªo: el compendio de la neotauromaquia pegapasista. Primero mol¨ªan al novillo a derechazos, luego le daban unos naturales para que no se dijera, volv¨ªan a los derechazos, intercalaban el molinete y el pase del desprecio -que se lleva mucho- y acababan con los ayudados.
Todo esto corriendo, por supuesto. Ninguno de los tres espadas lig¨® un solo pase, y quiz¨¢ ni se le pas¨® por la cabeza. Hicieron suya la t¨¦cnica trotapases propia de las figuras y no pararon de recorrer, arriba y abajo, el pardo arenal.
Jes¨²s Aguado ensay¨® las gaoneras al estilo Tom¨¢s, y hubo de rectificar pues el novillo ser¨ªa noble pero no borrego y no se dejaba gaonear tan f¨¢cilmente. Igual talante sacaron los restantes novillos de Roc¨ªo de la C¨¢mara. Muy voluntarioso faen¨® Aguado, al cuarto le inici¨® la faena de rodillas, dio naturales, se arrim¨® en los derechazos, sufri¨® una voltereta y al caer se clav¨® una banderilla en un brazo. Naturalmente hubo de acudir a la enfermer¨ªa, aquejado de gran dolor.
Paquito Perlaza veronique¨® con gusto y ajuste al segundo novillo y, lamentablemente, no se le volvieron a ver excelencias en sus pundonorosos capoteos y trasteos, tanto a ese novillo como a los otros dos que hubo de matar. Iv¨¢n Vicente fue el que tore¨® m¨¢s al natural, lo que es un dato muy interesante. No en su primera faena, que dedic¨® a los derechazos; s¨ª en la segunda. Ocurri¨®, sin embargo, que el novillo, manso querencioso, escapaba a chiqueros, e Iv¨¢n le plante¨® en aquellos parajes la faena que, l¨®gicamente, transcurri¨® deslavazada. Mat¨® a la primera y nadie pidi¨® la oreja. Est¨¢bamos en Arganda; un respeto. La pancarta que pusieron en el tendido lo dejaba claro. Dec¨ªa: "Periodistas y pol¨ªticos: ?Enteraos ya! No queremos ser copia de Pamplona ni de San Sebasti¨¢n". Pueden quedar tranquilos los pancartistas: por lo que respecta a la fiesta de los toros, San Sebasti¨¢n y Arganda nada tienen que ver.
Sustituci¨®n
Juan Bautista, anunciado hoy, ser¨¢ sustituido por Guillermo Alb¨¢n. Al parecer, desde hace una semana otros novilleros se ofrec¨ªan para esta sustituci¨®n pues sab¨ªan (o barruntaban) que Bautista no acudir¨ªa a torear los novillos del Conde de la Corte. Efectivamente, los organizadores recibieron ayer la comunicaci¨®n de que se ca¨ªa del cartel, con un certificado m¨¦dico seg¨²n el cual padece gastroenteritis.
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