Verborrea nacionalista

Escuch¨¦ con verg¨¹enza desde Roma la retransmisi¨®n que del partido de f¨²tbol que enfrent¨® a las selecciones de Espa?a y Chipre en Badajoz realiz¨® Radio Nacional de Espa?a-Radio Exterior. Tal bochorno no se debi¨® al resultado, sino a los comentaristas de dicha emisora que, con total carencia de edu-caci¨®n y buen gusto, se permit¨ªan en pandilla una sucesi¨®n de comentarios chulescos y despreciativos hacia los jugadores, el juego y el pa¨ªs de la selecci¨®n visitante. Deber¨ªan saber que en Chipre, isla que por circunstancias personales conozco muy bien, el f¨²tbol no es un negocio y que sus jugadores, lejos de ser profesionales del deporte, se limitan a divertirse con lo que no es sino un juego y a entrenar en los d¨ªas que les quedan libres de sus respectivos trabajos.Por otra parte, si, como afirmaban con groser¨ªa y entre constantes burlas, en realidad solamente estaba jugando la selecci¨®n espa?ola, no se entiende un resultado tan escaso como 8-0, que, sin duda, deber¨ªa avergonzar a un equipo de multimillonarios minuciosamente entrenados y mimados que adem¨¢s juega solo. Pero, desde luego, lo que se comprende peor es la falta de caballerosidad y elegancia de unos individuos que hablan para millones de personas y que, en mi modesta opini¨®n, deb¨ªan haber respetado unas ciertas normas de cortes¨ªa para con un pa¨ªs que vive en su d¨ªa a d¨ªa la penosa circunstancia de una ocupaci¨®n militar que, gracias a la ilusi¨®n demostrada por un grupo de amigos que juegan al f¨²tbol, acaso consiguen mitigar. Me siento yo tambi¨¦n, en ellos, derrotado, y, como espa?ol, por supuesto orgulloso de no compartir esa verborrea nacionalista, desde?osa y humillante de mis compatriotas de esa radio que emiti¨® el partido para el mundo.-