Condenados un m¨¦dico y el laboratorio que lo soborn¨® para recetar sus f¨¢rmacos

Dos directivos del laboratorio farmac¨¦utico Kendall, de Barcelona, han sido condenados por la Audiencia Provincial de Madrid a dos a?os de c¨¢rcel por sobornar a un m¨¦dico, Rafael Garc¨ªa Bobadilla, con dinero y estancias gratis en congresos profesionales a cambio de que ¨¦ste prescribiese en su consulta los f¨¢rmacos elaborados en el citado laboratorio. El facultativo, que trabajaba para la Seguridad Social, acept¨® las prebendas y tambi¨¦n ha sido condenado por la Audiencia a cuatro a?os y cuatro meses de c¨¢rcel y a otros siete de inhabilitaci¨®n profesional por delitos de cohecho y falsedad.

La sentencia, dictada por la Secci¨®n Sexta de la Audiencia de Madrid, declara probado que Luis Bahamonde Falc¨®n -administrador ¨²nico de los laboratorios Kendall- "decidi¨® incentivar a numerosos facultativos para que recetasen" los f¨¢rmacos Inkamil y Kenesil, elaborados en su empresa. Para ello, seg¨²n los jueces, dio instrucciones a su delegado en Madrid, el tambi¨¦n condenado Agust¨ªn Manche?o Llorente, para que abonase a los m¨¦dicos "gastos de estancia en congresos" y les diese dinero "por hacer un seguimiento farmacol¨®gico [en los pacientes] de los productos mencionados".Al tribunal le consta que Manche?o entreg¨® al menos 200.000 pesetas al doctor Garc¨ªa Bobadilla, de 66 a?os, que trabajaba en el ambulatorio que la Seguridad posee en el n¨²mero 13 de la calle del Aguacate, de Madrid. Y le consta tambi¨¦n que el m¨¦dico y Manche?o, en connivencia, falsificaron "al menos 224 recetas de pensionistas" con nombres de pacientes del ambulatorio en las que se prescrib¨ªan Inkamil o Kenesil.

Manche?o no s¨®lo rellen¨® algunas de las recetas, sino que en al menos una ocasi¨®n se traslad¨® personalmente a una farmacia de Madrid para recoger el producto. Las 224 recetas (300, seg¨²n el fiscal) fueron despachadas en 102 farmacias de Madrid y localidades pr¨®ximas "en los meses de abril, mayo y junio de 1993". Al ser recetas de pensionistas, el f¨¢rmaco lo costea al cien por cien la Seguridad Social.

Dos millones estafados

El tribunal estima en casi dos millones de pesetas la estafa perpetrada por los procesados al sistema p¨²blico de salud. No hay pruebas de que los empleados de estas boticas estuviesen en connivencia con los condenados, destaca la Audiencia, que ha decidido rebajar la pena a los acusados atendiendo el tiempo transcurrido desde la comisi¨®n de los hechos. El fiscal pidi¨® penas muy superiores.

Este fallo judicial afecta a los dos directivos y al m¨¦dico citados, si bien recoge testimonios lanzados durante el juicio que dejan entrever que el nivel de corrupci¨®n abarca a m¨¢s laboratorios farmac¨¦uticos y facultativos.

La declaraci¨®n de Manche?o ante el tribunal fue expl¨ªcita. Asegur¨® que su labor en Madrid era b¨¢sicamente "pagar a m¨¦dicos" para incrementar la venta de productos de Kendall, y que parte de las 200.000 pesetas que entreg¨® al m¨¦dico Rafael Bobadilla las puso ¨¦l de su bolsillo, aunque luego le fueron abonadas por la empresa.

A?adi¨® que el laboratorio, para ocultar los pagos a m¨¦dicos, les propuso que hiciesen estudios ficticios de "farmacovigilancia, que es una manera m¨¢s elegante de pagarles", y que te¨®ricamente consist¨ªa en seguir el efecto en los pacientes de ambos productos. No se elabor¨® ning¨²n estudio, afirma el tribunal. Seg¨²n Manche?o, su jefe le despidi¨® porque "otros laboratorios pagaban mucho m¨¢s dinero a los m¨¦dicos" y ¨¦stos se fueron con ellos. Tambi¨¦n manifest¨® -y as¨ª se recoge en la sentencia- que el "doctor Garc¨ªa Bobadilla" le pidi¨® en varias ocasiones "que le invitase a comer y que le adelantase dinero".

El tribunal atribuye al due?o de los laboratorios Kendall la decisi¨®n de "poner en pr¨¢ctica una pol¨ªtica" orientada a "potenciar la venta" de sus productos "incentivando a diversos facultativos mediante el pago de dinero o en especie. Fue su propio subordinado en Madrid quien le incrimin¨® en el juicio.

El abogado del m¨¢ximo responsable de Kendall intent¨® desacreditarle en el juicio alegando que sus testimonios eran una venganza por haber sido despedido poco antes del inicio del proceso penal. El tribunal s¨ª cree a Manche?o, y recuerda en la sentencia que ¨¦l no busc¨® su exculpaci¨®n al culpar a su jefe y que, adem¨¢s, no actu¨® guiado por "un m¨®vil espurio o bastardo".

Este caso fue destapado por inspectores del Insalud, organismo que actu¨® como acusaci¨®n particular en el juicio. Los inspectores vieron que este m¨¦dico prescrib¨ªa en exceso los citados productos y elevaron el caso a los juzgados tras comprobar que las decenas de pensionistas que figuraban en las recetas falsificadas no hab¨ªan pedido tales productos ni hab¨ªan visitado farmacia alguna para recibirlos. Afirma el tribunal que la confecci¨®n de recetas incluso lleg¨® a hacerse sobre la mesa de un bar.