"He sido aprendiz de todo y maestro de nada"
Desde que naci¨®, hace casi 78 a?os, en un sof¨¢ de la Sala de los Cartones de Goya del Museo del Prado (su padre era el conserje de la puerta principal; su madre rompi¨® aguas mientras le visitaba), la vida de Ignacio Fern¨¢ndez S¨¢nchez no ha dejado de ser una sorpresa. Fue boy en la compa?¨ªa de Celia G¨¢mez a los ocho a?os, campe¨®n de Espa?a de claqu¨¦ ("todav¨ªa soy, porque no se ha vuelto a disputar"), bailaor y cantante en la compa?¨ªa flamenca de Lola Flores y Manolo Caracol, guardameta del Fuyma, filial del Atl¨¦tico Aviaci¨®n, boxeador en casi 50 combates, protagonista de 77 pel¨ªculas, actor y extra en 45 m¨¢s; supershowman, estrella del teatro y de la televisi¨®n, director de tres pel¨ªculas y compositor de la letra y la m¨²sica de "unos 500 pasodobles y canciones"; empresario millonario de revista, autor de cientos de guiones teatrales, padre de ocho hijos y abuelo de siete nietos...Tony Leblanc pasa el final del verano con su mujer Isabel y su hijo Julio en su casa de Villaviciosa de Od¨®n. Lo primero que sorprende de ¨¦l son sus manos, fin¨ªsimas, impensables para un ex boxeador y ex portero. Por lo dem¨¢s, parece fuerte como un toro, y el ¨²nico s¨ªntoma visible del accidente (conduc¨ªa su Mercedes cuando un coche invadi¨® su carril y le embisti¨® de frente: "un hijoputa") es una gran flojera en la rodilla derecha que le impide andar bien. "Si no fuera porque se me parti¨® la r¨®tula en cuatro trozos, estar¨ªa dando saltos por ah¨ª", dice d¨¢ndose unos pu?etazos terror¨ªficos en la mano.
Cree que el accidente le impidi¨® "ser una estrella internacional", pero se conforma con lo que es: "El actor m¨¢s querido de Espa?a, no el mejor, pero s¨ª uno de los mejores, y el m¨¢s polifac¨¦tico: he sido m¨²sico, poeta, bater¨ªa, trompeta, cualquier cosa...".
Pregunta. Se sabe que tambi¨¦n fue un gran mujeriego, pero en el libro no lo cuenta.
Respuesta.Es que soy un caballero y todav¨ªa ejerzo de hombre. Hay cosas que no se pueden contar. Fui mujeriego 18 a?os: desde los 12, cuando perd¨ª el virgo con una puta en la Cuesta de Moyano, hasta los 30, cuando me cas¨¦ con Isabel. Iba de bailarina de cl¨¢sico espa?ol en la compa?¨ªa de Enrique El Cojo, me entreg¨® su rosa en Jerez y yo le di mi amor. Luego me colocaron muchas novias que no he tenido. Concha Velasco, por ejemplo. Desgraciadamente, nunca he tenido nada con ella. Ya me hubiera gustado. Fui novio de Nati Mistral, eso s¨ª lo cuento. La llevaba en mi Harley Davidson por ah¨ª, hab¨ªa tres en Madrid, pero no nos llev¨¢bamos bien y lo dejamos. Luego, estando en Barcelona, Isabel se qued¨® un poquito embarazada y, a partir de ah¨ª, s¨®lo me interes¨® su amor.
P.En el libro deja caer algunas cosas que indican que su humor, sus mejores n¨²meros, han salido siempre de la realidad.
R.Claro, es que el humor y la desgracia est¨¢n muy cerca. Me acuerdo, por ejemplo, del gag de la manzana, el d¨ªa que me com¨ª durante nueve minutos una manzana en el programa de ??igo. Me dijo que ten¨ªa que hacer un n¨²mero que nunca se hubiera hecho en la tele y las pas¨¦ putas durante una semana pensando qu¨¦ hacer. Al final, la noche anterior, vi a mi hija Silvia comi¨¦ndose una manzana mientras ve¨ªa la tele y se me ocurri¨® hacerlo. Fue muy dif¨ªcil, una cosa hist¨®rica, sali¨® hasta una cr¨ªtica en el Times. Dec¨ªa m¨¢s o menos que Charlot a mi lado era un chalao.
P.?Pero usted ha pasado desgracias, aparte del accidente?
R.He tenido una vida con mucha suerte. La vida es un purgatorio muy parecido al infierno, y yo soy un creyente de andar por casa. Era hijo de un labriego de Cuenca y de una bordadora cordobesa, y toda mi familia era de obreros, electricistas, fontaneros. Admiro mucho a los mineros, pero sobre todo a los paletas, a los alba?iles, ellos son los que hacen el mundo. Ni La Moncloa ni la Zarzuela ni esta casa existir¨ªan si ellos no hubieran puesto el cemento. Nac¨ª en el a?o 22 y viv¨ª aquella guerra espantosa. Me salv¨® que era muy chulo, un p¨ªcaro, y por eso me hice especialista en golfos y pillos sanos. Debut¨¦ haciendo 500 festivales para los soldados de la Rep¨²blica, en el frente y en los hospitales, y muchas veces me quedaba solo bailando el Danubio Azul entre los morterazos. El cabr¨®n del pianista sal¨ªa corriendo...
P.?Y de d¨®nde sali¨® el nombre art¨ªstico?
R.En esa ¨¦poca me anunciaba como Ignacio Fern¨¢ndez, bailar¨ªn americano, y la verdad es que quedaba un poco raro. Con 14 a?os me met¨ª de aprendiz en una joyer¨ªa y el hijo del due?o se invent¨® lo de Tony Leblanc. Leblanc es uno de mis apellidos. Desde entonces, hasta mi padre me llam¨® Tony.
P.En aquella ¨¦poca veraneaban ustedes en Usera...
R.Las bombas de los animales de los alemanes nos destrozaron la casita de Usera. Era preciosa. No hab¨ªa para ba?o ni para tabaco, pero ¨¦ramos muy felices.
P.Luego le dio aire al dinero.
R.S¨ª, he sido suelto para la casa y para los amigos. Ahora no me falta un duro, pero tampoco me sobra ni uno. Un d¨ªa te invito a marisco hasta reventar, pero siete seguidos es m¨¢s dif¨ªcil. Tengo la pensi¨®n, una ayuda del Montep¨ªo de la SGAE y una rentita de los chal¨¦s que vend¨ª. Fui el primero de Espa?a que cobr¨® un kilo, hace 30 a?os, con Rafael Gil, pero he hecho cuatro o cinco pel¨ªculas al a?o, he llenado los teatros tarde y noche... Eso fue lo que me dio ese remanente. Si alguien me ayud¨® fue el p¨²blico. Aunque con Torrente gan¨¦ bastante, no ha sido tanto como la gente cree. P.Es majo Segura, ?no?
R.?Se pasa! El otro d¨ªa o¨ª que me comparaba con Cary Grant, y pens¨¦: ya se ha pasao, ahora viene Cary Grant a Villaviciosa y me pega dos hostias. P.?Guarda especial cari?o a alguna pel¨ªcula?
R.La mejor fue El hombre que se quiso matar, de Rafael Gil; era un personaje tragic¨®mico, lleno de contrastes, un pobre hombre humillao que no pod¨ªa ni matarse. La que m¨¢s triunf¨® fue Los tramposos. Y la que me retir¨® del cine fue Tres suecas y tres Rodr¨ªguez. Horrorosa. Aunque los cr¨ªticos siempre son generosos y salvan a Tony Leblanc. Pero la madre y el padre del actor es el teatro. Ah¨ª te la juegas. En el cine repites 30 veces una toma si hace falta. En el teatro vas a vida o muerte. Para m¨ª era f¨¢cil: bailaba, recitaba y silbaba perfecto, pod¨ªa decir "me cago en tu padre" silbando. Ahora no. De los dos orios posibles, estoy m¨¢s cerca del tanatorio que del sanatorio.
P.?Lo ha pasado bien escribiendo sus memorias?
R.He recordado muchas cosas. Unas se las iba dictando a mi hijo Julio y otras las escrib¨ªa yo.No soy una lumbrera escribiendo, ni Gala ni Cela, pero de joven los amigos me devolv¨ªan las cartas dici¨¦ndome que me quedaban muy bonitas. Y como tengo esa memoria... Me acuerdo hasta del tel¨¦fono de la casa de mis padres en el Prado...
P.?Hay alguna cosa que haya querido hacer y no haya hecho?
R.Siempre he querido ser maestro y no he podido. He sido aprendiz de mucho y maestro de nada. Igual me adelant¨¦ un poco al humor del futuro, como Jardiel. Para hacer el Cristobalito con 50 a?os hab¨ªa que echarle un par. He sido un autodidacta total, y he tenido el olfato de saber lo que le gustaba a la gente, ese sentido especial para hacer re¨ªr, la amenidad, el decir siempre la verdad. Pero no soy un hombre importante, porque no tengo enemigos importantes.
P.Eso est¨¢ bien. Pero lo que no se entiende es que nunca trabajara usted con Berlanga.
R.?l y Bardem nos llamaron a Nati y a m¨ª para hacer Viaje de novios, pero no cuaj¨®. Igual todav¨ªa nos da tiempo. Yo lo quiero mucho, porque hace poco, cuando el homenaje que me dieron en el Festival de M¨¢laga, escribi¨® una cosa muy bonita. . "Si Tony hubiera nacido en los Estados Unidos, ahora ser¨ªa un monstruo sagrado. Es un genio madrile?o del humor, el rey de la comedia espa?ola. Personifica toda una etapa, pero, para mi desgracia, nunca consegu¨ª trabajar con ¨¦l". .
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.