La rigidez del ¨²nico debate de la campa?a impide la confrontaci¨®n de los candidatos

La estricta rigidez de los turnos de intervenci¨®n impuestos a los candidatos impidi¨® ayer, en el ¨²nico debate que se celebrar¨¢ en la campa?a de las elecciones auton¨®micas, un contraste efectivo de las propuestas e ideas de los distintos partidos. Los candidatos a la presidencia de la Generalitat se vieron, por tanto, encorsetados en este esquema que diluy¨® el duelo sobre el que pivota toda la campa?a: la continuidad del nacionalista Jordi Pujol o el cambio que propone el socialista Pasqual Maragall.

En el debate de ayer no hubo claros vencedores y dif¨ªcilmente servir¨¢ para dilucidar el resultado de los comicios catalanes m¨¢s re?idos desde 1980. La misma mec¨¢nica con la que se plante¨® el debate y el hecho de que se celebrara el primer d¨ªa de la campa?a lo impidi¨®.Los dos moderadores del debate, que se emiti¨® en la noche de ayer por la televisi¨®n auton¨®mica y el circuito catal¨¢n de TVE, impusieron a los siete candidatos presentes un riguroso turno de intervenciones de dos minutos como m¨¢ximo. Adem¨¢s de Pujol y Maragall, intervinieron los candidatos del Partido Popular, Alberto Fern¨¢ndez D¨ªaz; Esquerra Republicana, Josep Llu¨ªs Carod-Rovira; Iniciativa per Catalunya, Rafael Rib¨®; Esquerra Unida i Alternativa, Antoni Lucchetti, y Els Verds, Elisenda For¨¦s.

La presencia de tantos candidatos tambi¨¦n contribuy¨® a restar fluidez al debate, agravado por el tono cortante de los moderadores. M¨¢s que confrontaci¨®n, el debate se convirti¨® en una sucesi¨®n de mon¨®logos y apenas se entr¨® en el cuerpo a cuerpo. El debate se estructur¨® en tres grandes ¨¢reas que coinciden sustancialmente con los puntos b¨¢sicos que CiU trata de situar como eje de la campa?a: incremento del autogobierno, mejora del sistema de financiaci¨®n y Estado del bienestar.

Todos los candidatos, a excepci¨®n del conservador Fern¨¢ndez D¨ªaz, coincidieron en reivindicar m¨¢s poder pol¨ªtico y econ¨®mico para Catalu?a. No obstante, la oposici¨®n en bloque recrimin¨® a Pujol su incapacidad para lograr este objetivo en sus 19 a?os al frente del Gobierno catal¨¢n.

Pujol y Maragall adoptaron una actitud institucional y hablaron como futuros gobernantes, seguros de su victoria el pr¨®ximo 17 de octubre. Por ejemplo, el candidato socialista le espet¨® al presidente que no se preocupara de cumplir su promesa de construir 30.000 guarder¨ªas: "Ya me encargar¨¦ yo de hacerlo", dijo Maragall.

El candidato nacionalista presumi¨® de la alta valoraci¨®n que todas las encuestas dan a su Gobierno. Entre los sondeos cit¨® en concreto el realizado por Demoscopia para EL PA?S. Adem¨¢s, Pujol le ech¨® en cara a Maragall que el 60% de los votantes socialistas opinan lo mismo.

En su r¨¦plica, el socialista subray¨® que las mismas encuestas tambi¨¦n muestran que la mayor¨ªa de los catalanes apuestan por un relevo al frente de la Generalitat.

El mejor avalador de esta tesis fue el candidato de Inciativa Rafael Rib¨®, quien reclam¨® a todos los partidos de izquierdas un esfuerzo com¨²n para "acabar con 19 a?os de conservadurismo" en Catalu?a. Iniciativa se presenta coligada con el PSC en las circunscripciones de Tarragona, Lleida y Girona. El candidato de Esquerra volvi¨® a rechazar este ofrecimiento y dirigi¨® sus cr¨ªticas alternativamente a socialistas y nacionalistas.

El candidato del PP, ¨²nico que habl¨® en castellano durante unos minutos, ofreci¨® a los electores exportar a Catalu?a el modelo de gesti¨®n del Gobierno central.