El accidente de Tokaimura es el m¨¢s grave desde el desastre de Chern¨®bil en 1986
La empresa culpa a tres empleados, pero viol¨® las normas de seguridad m¨¢s elementales
JCO, la empresa propietaria de la planta de uranio de Tokaimura, achac¨® ayer a una negligencia de tres empleados el origen de lo que la Agencia Internacional de Energ¨ªa At¨®mica (AIEA) califica ya como "el accidente nuclear m¨¢s significativo desde Chern¨®bil (1986)". Pero si los trabajadores pudieron cometer un error tan descomunal fue porque la empresa incumpli¨® las m¨¢s elementales normas de seguridad. Una medida tan simple como limitar el tama?o de las vasijas hubiera evitado lo que la AIEA, una agencia de la ONU, considera uno de los cinco peores accidentes nucleares de la historia.
El director de asuntos generales de la firma JCO, Makoto Morita, declar¨® ayer: "Somos responsables del accidente, puesto que nuestros empleados violaron las reglas de la compa?¨ªa. El incidente fue lamentable". De esta forma la empresa, una filial del grupo Sumitomo, achacaba el grave accidente al fallo humano de tres de sus trabajadores.Seg¨²n Morita, los tres empleados cometieron numerosas irregularidades. Por ejemplo, suprimieron un paso intermedio del procedimiento marcado por la compa?¨ªa y vertieron manualmente una soluci¨®n de uranio "en un recipiente de acero inoxidable inapropiado". En ese recipiente, los operarios pusieron una soluci¨®n que conten¨ªa 16 kilos de uranio, cuando de ning¨²n modo debieron haber superado los 2,3 kilos.
El contenido del recipiente super¨® as¨ª lo que se conoce como masa cr¨ªtica, la cantidad de uranio necesaria para generar una reacci¨®n nuclear en cadena, el mismo proceso que normalmente ocurre dentro del reactor de una central nuclear. Evitar que se alcance la masa cr¨ªtica es la precauci¨®n m¨¢s elemental que sigue siempre cualquier planta de este tipo. Los tres trabajadores vieron un fogonazo azul y enseguida empezaron a sentir n¨¢useas a causa de la enorme radiaci¨®n que recibieron. Es muy improbable que sobrevivan.
Los empleados, ciertamente, cometieron una negligencia casi inconcebible. Pero los fallos humanos ocurren s¨®lo donde las condiciones lo permiten, y lo que los expertos nucleares de todo el mundo no se logran explicar es que la firma JCO fallara estrepitosamente en su cometido m¨¢s fundamental: impedir la m¨¢s m¨ªnima posibilidad de que un recipiente superara la masa cr¨ªtica. Las negligencias de la empresa no acabaron ah¨ª. Los responsables de JCO, una filial de Sumitomo Metal Mining, tardaron 40 minutos en informar del accidente a la Agencia japonesa de Ciencia y Tecnolog¨ªa, y nada menos que una hora en alertar a las autoridades locales de Tokaimura, que, por cierto, se tomaron otra hora antes de aconsejar a los ciudadanos que se quedaran recluidos en sus casas. La radiactividad es, por desgracia, mucho m¨¢s r¨¢pida que todo esto.
El error cometido por los empleados fue posible debido a que la firma JCO no tom¨® medidas de seguridad com¨²nmente aceptadas en este tipo de plantas de enriquecimiento de uranio. La m¨¢s elemental de estas medidas es evitar la presencia de recipientes como el que usaron los trabajadores, suficientemente grandes como para acoger cantidades de uranio superiores a la masa cr¨ªtica. La forma del recipiente tambi¨¦n es importante. Si tiene la forma de una columna, la reacci¨®n en cadena es mucho m¨¢s improbable que si es esf¨¦rico. En una esfera, las part¨ªculas implicadas en la reacci¨®n interact¨²an m¨¢s f¨¢cilmente que en un cilindro alargado, donde es m¨¢s probable que sean absorbidas por las paredes de la vasija.
En estos recipientes adecuados, es absolutamente imposible que se produzca una reacci¨®n en cadena, por m¨¢s errores de procedimiento que cometan los operarios. Es dif¨ªcil imaginar una estrategia m¨¢s f¨¢cil y simple para evitar una cat¨¢strofe.
La AIEA, una agencia de la ONU con sede en Viena, predijo en la tarde del jueves, cuando a¨²n no ten¨ªa una informaci¨®n muy precisa del suceso, que su gravedad ser¨ªa de 2 o 3 en la escala de 0 a 7 que se usa para valorar los accidentes nucleares. Sin embargo, el portavoz de la agencia, David Kyd, revis¨® ayer al alza sus propias estimaciones.
"Es un accidente muy importante en t¨¦rminos de n¨²mero de heridos, y tambi¨¦n por los efectos sobre la salud de la gente que vive en los alrededores", dijo Kyd. "No recuerdo un accidente tan significativo desde el de Chern¨®bil, en 1986". De hecho, Jap¨®n evalu¨® ayer el incidente con un 4 en la misma escala de 0 a 7. Este nivel se reserva para los sucesos en que uno o m¨¢s trabajadores se irradian con tal dosis que tienen una alta probabilidad de morir, aunque la radiactividad que alcance el exterior de la planta sea moderada. El Gobierno japon¨¦s no descart¨® que esa evaluaci¨®n deba revisarse al alza cuando se disponga de m¨¢s datos.
El accidente de Three Mile Island (EE UU, 1979) fue de nivel 5. La ¨²nica cat¨¢strofe que ha alcanzado un nivel 7 en la historia de la energ¨ªa nuclear es la de Chern¨®bil (Ucrania, 1986).
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