Escondamos a los pobres
En un conocido chiste de Quino se ve a Mafalda paseando con su amiga Susanita. Observan a un indigente y Mafalda, llena de preocupaci¨®n social, comenta que habr¨ªa que hacer algo para sacar a los pobres de su triste situaci¨®n. Susanita responde con un pragm¨¢tico "?no bastar¨ªa con esconderlos?".?sta es la primera idea que me ha venido a la cabeza tras leer el extenso art¨ªculo (EL PA?S, 23 de septiembre) sobre el informe de la ONU dedicado a la poblaci¨®n anunciando que pronto seremos 6.000 millones. Del informe parece deducirse que somos muchos, y esto es un problema porque los que crecen son los pobres. Los ricos ser¨¢n cada vez menos y m¨¢s viejos. La soluci¨®n pasa por aplicar los acuerdos de El Cairo, entre ellos facilitar 17.000 millones de d¨®lares "para mejorar los servicios sanitarios de control de natalidad". Pero el dinero no llega con fluidez y siguen creciendo... los pobres.
Resulta ultrajante que no se hable de programas, ni ayudas masivas para la educaci¨®n, la pr¨¢ctica de una agricultura moderna y productiva, la atenci¨®n sanitaria primaria, la ense?anza de higiene b¨¢sica o c¨®mo potabilizar el agua. Occidente, salvo honrosas excepciones en forma de ONG, no se compromete en ayudar a estos pa¨ªses a salir de su miseria facilit¨¢ndoles recursos para un aut¨¦ntico desarrollo. Puro colonialismo trasnochado es el que mantiene a los pobres en su indigencia, les "coloca espejitos" en forma de sofisticado armamento y les hace pasar por el aro de las pol¨ªticas de control de poblaci¨®n que s¨®lo sirven para que unos cuantos pol¨ªticos se pongan la medalla de que "hacen algo por el Tercer Mundo", naturalmente, en las conferencias internacionales cubiertas por los medios de comunicaci¨®n... occidentales. Y mientras, que los negritos, inditos y amarillitos contin¨²en muriendo de desnutrici¨®n, enfermedades, traslados forzosos y guerras inhumanas. Nos parecemos bastante a Susanita: los pobres nos molestan y lo mejor es, sencillamente, esconderlos, y si son pocos, m¨¢s f¨¢cil ser¨¢.- . .
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