Juan Pablo II amenaz¨® a Breznev con compararle con Hitler si invad¨ªa Polonia
Las tropas sovi¨¦ticas no entraron en Varsovia en 1980 para aplastar la incipiente rebeli¨®n anticomunista en Polonia gracias a la intervenci¨®n personal del primer Papa polaco de la historia: Karol Wojtyla. Seg¨²n una nueva biograf¨ªa, Witness of Hope (Testigo de la esperanza), escrita por el estadounidense George Weigel, Juan Pablo II tom¨® papel y pluma para escribir al l¨ªder sovi¨¦tico del momento, Le¨®nid Breznev, y advertirle con "tono amable pero perentorio" de que, si las tropas de la URSS entraban en su pa¨ªs, denunciar¨ªa la invasi¨®n compar¨¢ndola a la de las tropas alemanas de Hitler en 1939.
El texto de esta carta es una de las grandes aportaciones de la biograf¨ªa no autorizada de Karol Wojtyla que est¨¢ a punto de publicarse en Estados Unidos. No obstante, el autor, George Weigel, entrevistado por el diario de la Confederaci¨®n Episcopal Italiana (CEI) Avvenire, reconoce que ha trabajado en perfecta sinton¨ªa con el Vaticano para redactar el libro, aparte de haber tenido acceso al propio Pont¨ªfice. Weigel ha mantenido 10 largas conversaciones con Karol Wojtyla y ha entrevistado a centenares de testigos de su pontificado en todo el mundo para elaborar esta "biograf¨ªa rigurosa pero no autorizada", en palabras de los editores. Seg¨²n Weigel, que describe al Papa como una persona incre¨ªblemente sencilla, lleno de una "serena dignidad" y con gran sentido del humor, Wojtyla es mucho m¨¢s modesto que muchos de sus admiradores e incluso que sus detractores a la hora de juzgar su papel en la ca¨ªda del comunismo en la Europa del Este. Juan Pablo II considera que el comunismo era un "¨¢rbol caduco" cuando ¨¦l fue elegido Papa, y que su influencia hist¨®rica en el derrumbe de este sistema fue peque?a. "Me limit¨¦ a darle un buen empuj¨®n", confiesa en el libro.De todos los jerarcas sovi¨¦ticos, s¨®lo Yuri Andropov fue capaz de darse cuenta de que el Papa polaco representaba "la mayor amenaza afrontada hasta entonces por el imperio sovi¨¦tico", seg¨²n Weigel. Una amenaza subestimada por el Gobierno t¨ªtere de Varsovia, que habr¨ªa de pagar cara su miop¨ªa. La tesis de Weigel no es completamente nueva, dado que el Papa polaco demostr¨® desde el primer d¨ªa de su elecci¨®n un inter¨¦s enorme por el destino de su pa¨ªs, por razones puramente patri¨®ticas pero tambi¨¦n simb¨®licas, en la medida en que el fracaso del comunismo en Polonia habr¨ªa de tener similares consecuencias en todos los pa¨ªses de la Europa del Este. La gran novedad de Weigel es la de haber aportado material documental como la famosa carta escrita por Juan Pablo II a Breznev.
Pero, si el r¨¦gimen del general Jaruzelski pec¨® de ingenuidad al analizar el empuje pol¨ªtico del Papa, otros l¨ªderes comunistas han tomado buena nota de ello. Por ejemplo, dice George Weigel, los l¨ªderes chinos, que han optado por mantener a Juan Pablo II lo m¨¢s alejado posible de su territorio. Hasta el punto de que el Pont¨ªfice no ha sido autorizado a viajar ni siquiera a Hong Kong.
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