Cuesti¨®n de car¨¢cter
El car¨¢cter en el f¨²tbol es una cualidad de orden difuso que, en algunos casos, puede interpretarse como la resistencia de un jugador o un equipo a aceptar la adversidad. La reacci¨®n del Madrid en su complicado duelo con el Valencia se tom¨® como una prueba de car¨¢cter. Con raz¨®n. El Madrid se neg¨® a asumir su condici¨®n de perdedor y estuvo a punto de salir ganador. De alguna manera, es lo que sucedi¨®. A los ojos de su hinchada, dio la vuelta al partido. La gente, que estaba dispuesta a tronar contra su equipo, se entreg¨® sin reservas a la causa madridista en el segundo tiempo y sali¨® satisfecha del encuentro, a pesar de sus funestas consecuencias.Sin embargo, por debajo de la admirable reacci¨®n del Madrid se ocultan actitudes que revelan precisamente falta de car¨¢cter. Si se trata de resistirse con entereza a la adversidad, algunos integrantes del Madrid ayudaron poco. Por ejemplo, Toshack y Hierro. El entrenador se vio sobrepasado por los acontecimientos y coloc¨® a su equipo en una posici¨®n insostenible durante todo el primer tiempo. La sustituci¨®n de Seedorf en la pleamar del Madrid tambi¨¦n es discutible. Despu¨¦s del encuentro, Toshack acept¨® honrosamente sus responsabilidades en alguno de estos aspectos. Pero tambi¨¦n se observ¨® otra cuesti¨®n mal resuelta por Toshack, atacado por los nervios cuando su equipo necesitaba precisamente lo contrario. Arm¨® un bochinche innecesario, fren¨® la crecida del Madrid, que ten¨ªa el empate a la vista, y desapareci¨® de escena. Desde una perspectiva algo m¨¢s que simb¨®lica, abandon¨® a sus jugadores en un momento cr¨ªtico. No fue una demostraci¨®n de car¨¢cter.
De Hierro se puede decir lo mismo. Durante todo el partido persigui¨® la expulsi¨®n. No dej¨® pasar momento alguno para protestar, crisparse y agredir (como ocurri¨® en su derrote al tobillo de Ilie). En un d¨ªa donde el Madrid necesitaba lo mejor de todos sus jugadores, Hierro hizo lo posible por borrarse del partido. S¨®lo la condescendencia del ¨¢rbitro evit¨® la expulsi¨®n del central. Hierro act¨²a demasiadas veces con patente de corso, como si el reglamento le fuera ajeno. Con esos modos est¨¢ desvirtuando lo esencial de su carrera: su fabulosa categor¨ªa como futbolista, la del mejor central del planeta -junto a Baresi- en la presente d¨¦cada. Hierro no estuvo a la altura de las exigencias del partido, ni entendi¨® las prioridades del Madrid. Le falt¨® el car¨¢cter que le sobr¨® a Ra¨²l, espejo donde deber¨ªan mirarse todos los jugadores que quieren ser algo en este negocio. Ra¨²l no se dej¨® llevar por la demagogia, ni se busc¨® l¨ªos in¨²tiles, ni se ofusc¨® en un partido que invitaba al descontrol. Ra¨²l interpret¨® el papel de los jugadores de verdadera fibra. Se resisti¨® a la derrota de manera emocionante, armado de juego y decisi¨®n. Armado de car¨¢cter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.