Miguel Fisac visita su obra viva en el D¨ªa de la Arquitectura
El arquitecto Miguel Fisac, autor de La Pagoda, edificio de oficinas derribado en julio pasado por sus propietarios con autorizaci¨®n municipal, habl¨® y habl¨® ayer del hormig¨®n pretensado, el material con el que hizo, entre otras esa obra. Sentado en un sal¨®n de actos proyectado por ¨¦l mismo (el del Centro de Estudios Hidrogr¨¢ficos), habl¨® tambi¨¦n de muebles, de las sillas que no tuvo m¨¢s remedio que inventar porque en los a?os sesenta, dec¨ªa el arquitecto, "cualquiera se fiaba de lo que hab¨ªa en el mercado".Fisac sali¨® ayer de paseo por Madrid e hizo de gu¨ªa en una ruta arquitect¨®nica que transcurri¨® por tres de sus edificios. Era uno de los actos, quiz¨¢s el m¨¢s sonado por el ¨²ltimo atentado contra la obra de Fisac, que se inclu¨ªa en la celebraci¨®n del D¨ªa Mundial de la Arquitectura.
"No esperaba tanta gente. Creo que estos homenajes no se deben hacer a los viejos porque les puede entrar la vanidad", brome¨® al iniciar su andadura por la arquitectura madrile?a. Fisac tiene 86 a?os y casi la misma vitalidad que los estudiantes, la mayor¨ªa de arquitectura, que acudieron ayer a la clase magistral del arquitecto a pie de obra. A las 10.30, visit¨® la parroquia de Santa Ana, en Moratalaz (calle de la Ca?ada). A las 11.30, el edificio del Centro de Estudios Hidrogr¨¢ficos (paseo bajo de la Virgen del Puerto, n¨²mero 2), y a las 12.30 lleg¨® al centro Mupag (calle de la Madre de Dios, 42).
Este ¨²ltimo edificio esta amenazada de reforma y a ¨¦l se refirio ayer Fisac. En ese inmueble ensay¨® el arquitecto por primera vez la t¨¦cnica del encofrado, con la que el hormig¨®n luce su propia textura, sin aparentar ser madera. Se trata de una t¨¦cnica patentada por Fisac. Y tambi¨¦n cobr¨® protagonismo porque la semana pasada se enter¨® el arquitecto de que hab¨ªan vaciado por dentro su obra para someterla a unas obras de reforma.
"Una cosa elemental a la hora de intervenir en un edificio es ponerse al habla con el autor, quien dir¨¢ c¨®mo es la estructura y cosas que conviene saber. Esta vez, el alcalde s¨ª ha tenido autoridad para detener la obra", se quej¨® Fisac refiri¨¦ndose al derribo de La Pagoda. Hubo otras alusiones a esta obra: "Me voy a hacer famoso por una obra que no existe", manifest¨® en tono jocoso. "Imag¨ªnense el dinero que me habr¨ªa costado la campa?a que han hecho a mi favor los que quer¨ªan hundirme", se?al¨® tambi¨¦n.
Fisac tiene un animado discurso que s¨®lo interrump¨ªa ayer cuando alguno de los organizadores le indicaba que era neceserio proseguir la ruta. Cont¨® muchas an¨¦cdotas relacionadas con su vida profesional. "Al principio era muy dif¨ªcil hacer edificios de hormig¨®n visto. Eso s¨ª, yo convenc¨ªa a los propietarios, les explicaba por qu¨¦ no hab¨ªa que cubrirlo. Una vez me dijo el due?o de uno: "Va a parecer que est¨¢ sin terminar". Tuve la suerte de que se lo mostr¨® a unos alemanes y a ellos les gust¨® mucho el hormig¨®n. Y as¨ª se qued¨®. Luego lo compraron otros alemanes que lo pintaron de blanco. Y yo pens¨¦: como Job. El Se?or me lo dio y el Se?or me lo quit¨®".
Hace cuatro d¨¦cadas, los edificios de Fisac chocaban con el gusto del momento, tal y como ¨¦l mismo reconoci¨® ayer. "Menos mal que me dieron la medalla de oro en Viena. Porque lo que en el extranjero dicen que est¨¢ bien se respetaba en Espa?a. Esa medalla me dio cierto prestigio y me sirvi¨® bastante para que no se metieran mucho conmigo", relataba el arquitecto en el interior de la iglesia de Santa Ana, en Moratalaz.
"Hay que olvidarse del estilo y llevar a cabo el programa que se nos pide. Hay muchos arquitectos que deb¨ªan de olvidarse de que son artistas porque a lo mejor no lo son. El arte o es un camelo o es aut¨¦ntico. No se puede jugar a ser artista", dec¨ªa este arquitecto, que tuvo que dedicar cuatro horas diarias a ver estatuas griegas para mejorar su dibujo y que entrenaba su sentido de la est¨¦tica con el arte para colocar flores de los japoneses.
"Me da verg¨¹enza la palabra artista. Lo importante es hacer una labor dedicada a la sociedad. Y si luego sale arte, pues sali¨®", relataba el arquitecto, que tambi¨¦n dedic¨® una recomendaci¨®n a las autoridades: dar una cantidad de dinero como presupuesto de conservaci¨®n cada vez que se emprende la construcci¨®n de un edificio.
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