Mariano Rubio y la transici¨®n econ¨®mica
Es ahora cuando podemos contemplar la vida de Mariano Rubio en su conjunto y comprender la importancia de la obra que realiz¨®, limpia ya su figura del barro que le salpic¨®. Con sus llamadas de atenci¨®n sobre la grave situaci¨®n econ¨®mica creada tras la desaparici¨®n de Franco, o dirigiendo la operaci¨®n de salvamento durante la crisis bancaria, o ayudando a liberalizar el sistema financiero intervenido que heredamos del R¨¦gimen anterior, colabor¨® Rubio se?aladamente a la modernizaci¨®n de nuestra econom¨ªa.Su contribuci¨®n a la transici¨®n democr¨¢tica comenz¨® durente sus a?os de facultad, cuando, junto con otros estudiantes socialdem¨®cratas, tom¨® parte en la agitaci¨®n estudiantil de finales de la d¨¦cada de 1950. De resultas hubo de exilarse a Par¨ªs, donde trabaj¨® en la OCDE. Era grande el asombro de los jerarcas de la Organizaci¨®n al ver c¨®mo colaboraban el economista Rubio y los j¨®venes funcionarios venidos de Espa?a para acentuar la severidad de los informes que la Organizaci¨®n publicaba sobre la situaci¨®n espa?ola.
En 1963 volvi¨® a Espa?a, reclutado por el equipo del ministro de Hacienda Navarro Rubio. Cuando Navarro pas¨® a ser gobernador del Banco de Espa?a, el nuevo director del Servicio de Estudios, ?ngel Madro?ero, les reclam¨® a ¨¦l y a S¨¢nchez Pedre?o para ser los subdirectores de ese departamento. Por entonces ingres¨¦ yo en el cuerpo de T¨ªtulos del Servicio y fui testigo de la labor de ese tr¨ªo en la creaci¨®n de un cuerpo de economistas que ha dejado su huella en la vida espa?ola. Recuerdo bien la temperatura dial¨¦ctica de los seminarios de los s¨¢bados, en los que los economistas del banco fuimos abandonando nuestros prejuicios keynesianos para acercarnos al monetarismo moderado. Se crearon entonces las condiciones para la aplicaci¨®n de una pol¨ªtica monetaria activa de control de la inflaci¨®n, una de las piedras sillares de la ortodoxia financiera que ha permitido a Espa?a participar en la Uni¨®n Monetaria.
Un grupo de economistas del Banco de Espa?a y del Ministerio de Comercio relanzaron la revista Espa?a Econ¨®mica como publicaci¨®n cr¨ªtica de la pol¨ªtica econ¨®mica y social del R¨¦gimen. Por esas rarezas de la dictadura, nuestra doble vida era conocida y tolerada. En las discusiones de redacci¨®n donde se fue forjando el ideario econ¨®mico de la Transici¨®n destacaba siempre el futuro gobernador Rubio: entre nosotros hab¨ªa quienes iban a ser ministros de Su¨¢rez y de Gonz¨¢lez.
El ministro de Franco Monreal Luque cre¨® especialmente para ¨¦l la Direcci¨®n General de Pol¨ªtica Financiera. Pero, a finales de 1970 y apenas pasados tres meses de su nombramiento, Rubio decidi¨® dimitir, por su desacuerdo con el juicio militar de Burgos contra unos activistas de ETA, cuya condena a muerte acab¨® conmutando Franco. La dimisi¨®n de Rubio result¨® irrevocable: ni siquiera se ech¨® atr¨¢s cuando el ministro Monreal envi¨® la Guardia Civil para traerlo a su presencia.
Llegada la Transici¨®n, se uni¨® al Partido Social-Dem¨®crata liderado por Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez y pronto fundido en la UCD. Fue el ya subgobernador Rubio que, en julio de 1979, reuni¨® en el Banco de Espa?a a los flamantes ministros econ¨®micos del Gobierno Su¨¢rez para hacer que el nuevo director del Servicio de Estudios, ?ngel Rojo, le explicase la grav¨ªsima situaci¨®n de la econom¨ªa espa?ola, con tasas de inflaci¨®n que rebasaban el 30% anual. Ello contribuy¨® a que Fuentes Quintana, que estaba presente, comenzara a pensar en las medidas estabilizadoras que encuadr¨® luego en los Pactos de la Moncloa. Como la principal virtud de esos pactos fue la de permitir al Banco de Espa?a aplicar una severa pol¨ªtica monetaria, que evit¨® que Espa?a se instalara en unas tasas de inflaci¨®n bananeras, puede colegirse f¨¢cilmente lo trascendente del papel de Mariano Rubio.
Era Mariano Rubio a¨²n subgobernador cuando acert¨® a leer los primeros s¨ªntomas de la crisis bancaria, que iba a afectar a m¨¢s de la mitad de la banca espa?ola, entre ellos uno de los cinco grandes. Cre¨® el Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos y la Corporaci¨®n Bancaria y as¨ª pudo liquidar a m¨¢s de una cincuentena de bancos. Fui testigo del elogio que durante su visita a Espa?a le dirigi¨® Milton Friedman, cuando dijo que el Banco de Espa?a hab¨ªa sabido hacer lo que la Reserva Federal no supo hacer de 1929 a 1932.
Como Gobernador se mostr¨® hostil a toda clase de intervenciones ociosas. Suprimi¨® los enfadosos coeficientes de inversi¨®n y liber¨® los tipos de inter¨¦s de sus topes m¨¢ximos y m¨ªnimos, con lo que contribuy¨® se?aladamente a la modernizaci¨®n de las finanzas espa?olas. Incluso en el momento en que se plante¨® la injusta expropiaci¨®n de Rumasa, s¨¦ que el Banco de Espa?a, que defend¨ªa la intervenci¨®n, objet¨® vigorosamente al expolio de la propiedad de los accionistas. Soy testigo de que en sus ¨²ltimos a?os se inclinaba cada vez m¨¢s por una visi¨®n abierta y liberal de la sociedad, opiniones que apoyaba con copiosas y profundas lecturas.
La p¨¦rdida de un amigo irremplazable ser¨ªa a¨²n m¨¢s dolorosa si el brillo de su magn¨ªfica trayectoria quedara empa?ado por una leve indiscreci¨®n, magnificada y deformada por la batalla pol¨ªtica. Mariano Rubio fue gran defensor del inter¨¦s p¨²blico, que nunca dej¨® que sus propios intereses torcieran el curso de sus decisiones como servidor del Estado.
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