El sonido de la "saudade"
Am¨¢lia Rodrigues, la voz de la melancol¨ªa, naci¨® en Lisboa en 1920. En la primavera de 1939 comenz¨® a cantar en p¨²blico en un cabar¨¦ de la capital portuguesa. Su voz dej¨® anonadados a los p¨²blicos: versatilidad, nitidez, esplendorosa intimidad, magia, afinaci¨®n perfecta y una brisa de tristeza vaga que emocionaba desde los primeros compases. Su primer gran ¨¦xito fue un fado sublime y tradicional, Ai, Mouraria. Otro fado, H¨¢ festa na mouraria, de Gabriel de Oliveira y Alfredo Marceneiro, fascin¨® a los intelectuales, hasta el punto de que Fernando Pessoa y Ant¨®nio Botto la incluyeron en su antolog¨ªa de la moderna poes¨ªa portuguesa. Ella dio al fado su clima definitivo y consigui¨® que la saudade lusa sonara en todo el mundo.Fue una artista y una mujer de mucho temperamento. No admit¨ªa intromisiones ni en su vida, ni en su repertorio. En los a?os cuarenta, actuando en el Caf¨¦ Luso, cuando el presentador anunciaba que Am¨¢lia Rodrigues iba a cantar una canci¨®n espa?ola, el p¨²blico se encabritaba. Algunos aplaud¨ªan fren¨¦ticamente, pero otros protestaban con similar frenes¨ª: consideraban que Am¨¢lia era fadista y que s¨®lo pertenec¨ªa al fado. Pero ella hac¨ªa caso omiso de todo y se arrancaba con Ojos verdes, Los Piconeros, La Salvadora, e incluso con Doce cascabeles. Al final, el p¨²blico la ovacionaba siempre. El cr¨ªtico portugu¨¦s V¨ªtor Pav?o dos Santos la entendi¨® muy bien: "Am¨¢lia cantaba lo que le gustaba y acababa por gustar a todos".
La verdad es que cant¨® de todo, y a todo le imprim¨ªa saudade y elegancia. Entre sus centenares de grabaciones, hay autores tan dispares como Quintero, Le¨®n y Quiroga, Cuco S¨¢nchez, Ram¨®n Arcusa y Manuel de la Calva (D¨²o Din¨¢mico), Adamo, Gilbert B¨¦caud, Charles Aznavour, Ira Gershwin o George Gershwin (una versi¨®n sorprendente de Summertime).
Recopilaci¨®n
Acusada de apoyar la dictadura de Salazar, la cantante fue relegada tras la revoluci¨®n de los claveles (1974). Pero volvi¨® triunfalmente a los escenarios de Lisboa en 1985. En 1989, para celebrar sus bodas de oro art¨ªsticas, se editaron siete compactos recopilatorios primorosos. En uno de ellos, la cantante dio otra muestra de su temperamento con una preciosa versi¨®n de Gr¨¢ndola, Vila Morena, la canci¨®n de Jos¨¦ Afonso convertida en himno de la revoluci¨®n de los claveles.Esos ¨¢lbumes, editados por la EMI portuguesa, no fueron publicados en Espa?a, aunque aqu¨ª tiene el fado miles de seguidores entusiastas. Aunque algo tarde, ¨¦ste es buen momento para la edici¨®n espa?ola. El repertorio es casi exhaustivo. Estos son sus t¨ªtulos: Os Compositores, Os Poetas, Os Poetas Populares e a pr¨®pria Am¨¢lia, Teatro e cinema, Folclore e as Marchas, Ao Vivo, Internacional. Siempre nos quedar¨¢ la melancol¨ªa.
Babelia
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