La artiller¨ªa rusa mata a 28 refugiados chechenos que regresaban a sus hogares
Cuesta creerlo. Anteayer, los chechenos llevaron a un grupo de periodistas extranjeros al norte del r¨ªo Terek para que viesen sobre el terreno c¨®mo se propon¨ªan "defender hasta la muerte" el distrito de Naurskaya, incluida la ciudad del mismo nombre. Ayer, el jefe de la administraci¨®n presidencial, Abti Batalov, anunci¨® el repliegue, no s¨®lo de este distrito, sino tambi¨¦n del vecino de Shelkovskaya. Esto significar¨ªa que se considera indefendible la l¨ªnea del Terek, y que los rusos podr¨¢n consolidar all¨ª su franja de seguridad y ocupar un tercio del pa¨ªs.
Mientras, ajenos al ritmo de la guerra, los da?os colaterales siguen cobr¨¢ndose vidas de civiles, las principales v¨ªctimas del conflicto. La noche del martes, las bombas disparadas por carros de combate rusos alcanzaron de lleno a un autob¨²s en el distrito de Shelkovskaya y mataron, seg¨²n fuentes chechenas, al menos a 28 refugiados (mujeres y ni?os en su mayor¨ªa) que regresaban a sus hogares, al norte del Terek, tras confiar en la promesa de que su seguridad estaba garantizada.Aunque los rusos niegan el ataque, ¨¦ste tuvo ayer una clara expresi¨®n gr¨¢fica en las seis fotos publicadas en la p¨¢gina de Internet www.kavkas.org, que controlan el ex viceprimer ministro Movladi Ud¨²gov y su aliado el se?or de la guerra Shamil Bas¨¢iev. En una de ellas se ve un veh¨ªculo pr¨¢cticamente destrozado, y en las otras, algunos de los los heridos m¨¢s graves.
Seg¨²n fuentes chechenas, las bombas alcanzaron tambi¨¦n a los equipos que acudieron al rescate. Entre las v¨ªctimas se halla, supuestamente, Suaib, uno de los acompa?antes que el pasado domingo tuvo un grupo de periodistas occidentales en su periplo por la zona monta?osa fronteriza con Daguest¨¢n, donde Bas¨¢iev y los islamistas wahab¨ªes tienen sus principales bases.
Taus Bogur¨¢iev, el general que dirig¨ªa las operaciones en Naurskaya, ya reconoc¨ªa el martes que los rusos progresaban lentamente hacia el r¨ªo, y a la pregunta de cu¨¢nto podr¨ªan resistir los batallones isl¨¢micos, respond¨ªa en su papel: "S¨®lo Al¨¢ lo sabe". Aunque se neg¨® a revelar cu¨¢ntos combatientes ten¨ªa a sus ¨®rdenes, se?al¨® que eran "muchos menos de mil". Muy pocos para enfrentarse a la m¨¢quina de guerra rusa en ese frente llano, pero suficientes, seg¨²n ¨¦l, para ofrecer una feroz resistencia en las calles de la ciudad y en el bosque que la separa del r¨ªo Terek.
Bogur¨¢iev dec¨ªa: "Ofreceremos una resistencia a ultranza". Y ofrec¨ªa una larga relaci¨®n de blindados y armamento capturado al enemigo. Ayer, tras el anuncio de retirada, su frase y su lista sonaban huecas, pero eso no significa que los chechenos den por p¨¦rdida la guerra con Rusia.
Guerra santa
El presidente checheno, Asl¨¢n Masj¨¢dov, que fue jefe del Estado Mayor durante el primer gran desaf¨ªo contra Rusia (diciembre 1994-agosto 1996), ha vuelto a tomar el mando directo de todas las operaciones, decretado el estado de emergencia en la rep¨²blica independentista y declarado la guerra santa contra el invasor. Probablemente, Masj¨¢dov ha decidido que no tiene sentido librar una gran batalla en un terreno como el del Terek, poco propicio para los medios con los que cuentan.
La pr¨®xima l¨ªnea de defensa, si es que los rusos deciden proseguir su avance hacia el sur, ser¨ªa la capital Grozni, un nombre que simboliza la derrota y la humillaci¨®n para las fuerzas herederas del Ej¨¦rcito Rojo sovi¨¦tico. All¨ª, en un laberinto de calles angostas, la guerrilla cuenta con una superiodad t¨¢ctica incuestionable. Ya lo demostr¨® en 1995 con sus granadas anticarro.
Pero ni siquiera una eventual p¨¦rdida de la capital significar¨ªa el fin del conflicto: los chechenos ya demostraron entonces que son capaces de superar los reveses y reconquistar el terreno.
La gran pregunta es la siguiente: ?proseguir¨¢n los rusos su avance hacia el sur? El ministro de Defensa, ?gor Sergu¨¦iev, no lo descartaba ayer. "Todo depender¨¢ de la situaci¨®n", dec¨ªa sin comprometerse. Pero voces de tanto peso como las de los ex primeros ministros Yevgueni Primakov y Sergu¨¦i Stepashin, y la del l¨ªder liberal Grigori Yavlinski aconsejaban que no se d¨¦ ese peligroso paso, que posiblemente significar¨ªa la guerra total y miles de muertos por ambos bandos.
Puede que, de momento, haya un respiro. Seg¨²n el jefe del Estado Mayor ruso, Anatoli Kvashnin, el principal objetivo de la ofensiva es crear una zona de seguridad que proteja la Federaci¨®n de eventuales "ataques terroristas", como las incursiones de agosto y septiembre en la vecina Daguest¨¢n. Si el "repliegue t¨¢ctico" que ayer anunciaron los chechenos se confirma, ese fin se habr¨ªa alcanzado ya. Y sin demasiada dificultad (igual que en 1994-1996, cuando los chechenos no presentaron batalla al norte del Terek). Esta situaci¨®n aumenta el riesgo de que el liderazgo ruso se conf¨ªe y piense que est¨¢ en condiciones de sacarse la espina de su ¨²ltima derrota y de conjurar de una vez por todas la amenaza que le llega del C¨¢ucaso. Es lo que esperan los chechenos: llevarles a su terreno.
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