El Kursaal se estrena como escenario de una comedia musical
El auditorio del Kursaal de San Sebasti¨¢n medir¨¢ el pr¨®ximo martes sus cualidades como espacio para representaciones esc¨¦nicas. Acoger¨¢ Dancing and singing the blues, una comedia musical que recrea la historia de los sonidos afroamericanos desde sus or¨ªgenes hasta nuestros d¨ªas. El espect¨¢culo, dirigido por Claud Paul Henry y Steward Avon Arnol, dos de los core¨®grafos m¨¢s aclamados de Europa, fusiona el baile con la m¨²sica en directo y supone el estreno del recinto como escenario de una representaci¨®n de estas caracter¨ªsticas. Dancing and singing the blues, dijo ayer Steward Avon, "es un viaje musical desde sus ra¨ªces hasta el hip-hop". Pero tambi¨¦n la historia del sufrimiento de millones de seres humanos que emigraron de ?frica para convertirse en esclavos americanos y que encontraron refugio en su propia m¨²sica. Era su m¨¢s preciado "medio de expresi¨®n". Por eso el blues "no es una m¨²sica alegre", explic¨® Avon; "es fruto de esa situaci¨®n que vivieron, de la depresi¨®n, pero en el fondo encierra una especie de esperanza vital". De ah¨ª parte el espect¨¢culo, que trata de reflejar los sentimientos ambivalentes de aquellas personas y demuestra que "el blues ha influenciado toda la m¨²sica moderna occidental".
Bailarines y m¨²sica reconstruyen en una ¨²nica representaci¨®n la p¨¢gina m¨¢s negra de esa historia. El espect¨¢culo no tiene un hilo argumental. Las variaciones, los distintos caminos que ha tomado la m¨²sica afroamericana a lo largo del tiempo, hac¨ªan imposible su inclusi¨®n en un ¨²nico montaje. Los directores han tenido que hacer una selecci¨®n rigurosa que se desarrolla en una docena de escenas y comienza con una breve evocaci¨®n de los cantos africanos.
Los or¨ªgenes del "blues"
Luego llega el blues de los or¨ªgenes, el que descubri¨® W. C. Handy a comienzos de siglo a orillas del Misisip¨ª, y se une a otras piezas de Quincy Jones, Bill Withers o Son House. El montaje busca la perfecta armonizaci¨®n de m¨²sica y danza, que se asienta la profesionalidad de los bailarines. De hecho, los artistas que escenifican este espect¨¢culo no forman parte de un grupo estable; fueron seleccionados en audiciones establecidas para la ocasi¨®n, pero han logrado, seg¨²n se?alan los directores, "formar un buen equipo". Este repaso recrea tambi¨¦n los bailes que surgieron de la mezcla de los esclavos africanos y los colonos irlandeses, de la convivencia de dos culturas.
El montaje, que tiene un decorado "sobrio por razones presupuestarias", arranca en su segunda parte con Choo Choo Ch" Boogie y se detiene en el tap dance antes de saltar a los a?os 70 con The greatest love of all, de George Benson y llegar a nuestros d¨ªas. Dancing and singing the blues llega rodado. Se estren¨® en enero de 1998 en Alemania y inicia ahora su segunda gira europea. El s¨¢bado y el lunes recalar¨¢ en Bayona y el martes, en San Sebasti¨¢n.
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